Nos abstenemos, pero solo un poquito
Brainstorming en Ferraz, a ver qué fórmula imaginativa se les ocurre para vestir la mona de la abstención:
“Que se queden once en el pasillo, o en su casa. O mejor aún: a la puerta del Congreso, como gesto de rechazo al gobierno”. “No, eso es una chapuza, nos crujirán a memes”. “Que se abstengan solo los once necesarios”. “Pero que lo hagan con mala cara, que pronuncien ‘abstención’ con la boca pequeña”. “Si hay que abstenerse, nos abstenemos todos, los ochenta y cinco, pero de espaldas, para dejar claro nuestro rechazo a Rajoy”. “Sí, y haciendo un calvo”, completa el gracioso de siempre.
“¿Y si usamos alguna fórmula original, una coletilla? En vez de decir ‘abstención’ sin más, añadimos ‘abstención por responsabilidad de Estado’, así queda clara nuestra postura”. “Abstención por imperativo del Comité Federal', va a decir alguno que yo me sé”. “Yo iría más lejos, diría ‘me abstengo pero prometo ejercer una oposición firme’, para que quede claro que seguimos siendo la oposición”.
“Esperad, tengo una mejor: ‘Me abstengo pero prometo trabajar por cambiar el gobierno; nunca más un país sin su gente, nunca más un país sin sus pueblos’. ¿Qué tal os suena?”. Como los compañeros de la gestora se quedan pensativos, el gracioso los despierta con una palmada: “¡Que es broma, joder, que esa es la fórmula que usan los de Podemos!”.
“A ver, compañeros, tampoco dramaticemos. Que somos el PSOE. Los de ‘OTAN de entrada No’, los de la reforma del artículo 135. Algo sabemos ya de tragarnos sapos, sables y reformas laborales o de pensiones, y aquí seguimos, que el tiempo lo cura todo. Da igual que se abstengan once con mala cara, o que todos votemos Sí y saquemos a Rajoy a hombros. A estas alturas, con lo rematadamente mal que lo hemos gestionado, todo lo que se aparte del 'no es no' va a caer mal entre nuestra gente. No hagamos además el ridículo”.
Quedan todos en silencio, hasta que uno levanta la voz, tímido: “Yo creo que lo de abstenernos solo por evitar elecciones… Queda pobretón. Se me ocurre algo mejor: nos abstenemos, sí, pero no damos un cheque en blanco. Exigimos antes al PP una serie de compromisos, con plazos de cumplimiento. Temas sociales, sobre todo. Y una comisión de investigación sobre corrupción. Además, nos comprometemos por escrito a no aprobar los presupuestos si no tienen un giro social, y no apoyaremos ni un solo ajuste que afecte a los ciudadanos. Por último, antes de abstenernos presentamos un programa detallado con las decenas de reformas que vamos a impulsar desde la oposición aprovechando la minoría parlamentaria del gobierno. Diría más: empezamos a negociar desde hoy mismo el programa con otros grupos, para asegurar que habrá mayorías suficientes. Ah, y mucha pedagogía: iremos a las agrupaciones a explicárselo a nuestros militantes, a debatirlo con ellos; y recorreremos los platós para comunicarlo bien”.
Tras unos segundos de mirar al techo, alguien habla: “Sí, está muy bien. Pero el Comité Federal es este domingo y la investidura la semana que viene, así que no se yo… ¿Cómo era eso de abstenernos de espaldas? ¿Añadimos también un brazalete negro?”.