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Confusión y una huelga indefinida en el comienzo del curso escolar

Manifestación de la 'Marea verde' en Madrid en mayo de 2012. Foto del Flickr de Popicinio.

Elena Cabrera

Hoy comienzan las clases... probablemente. En los colegios e institutos donde así lo marca el calendario escolar, como Madrid o La Rioja, han pasado el fin de semana trabajando a marchas forzadas y, aún así, no es probable que lleguen a organizar los cursos a tiempo. En comunidades donde las clases de Secundaria se inician a lo largo de la semana, como el jueves en Castilla La Mancha, Castilla León y Cataluña, el viernes en Aragón e incluso el lunes siguiente en Andalucía, Galicia o Extremadura, van más desahogados.

Empezar a impartir clases hoy o mañana es “prácticamente imposible”, según Laura Rodríguez Iglesias, profesora de Lengua Castellana y Literatura en el I.E.S. Parque de Lisboa de Alcorcón (Madrid). No da tiempo a corregir los exámenes de septiembre, que se realizaron los días 3, 4 y 5. Algunos profesores proponen, a medio camino entre la ironía y la frustración, que si se quiere empezar el curso el día 10, hay que hacer “los exámenes de septiembre en junio”.

Los jefes de estudio y los directores están intentando ajustar las previsiones que hicieron en julio sobre cuántos grupos y cuántos alumnos tendrían en este curso 2012-2013, “pero las previsiones a veces fallan”, cuenta Rodríguez Iglesias, que es exactamente lo que ha sucedido en su instituto. “Se han encontrado con muchos más alumnos de bachillerato de los que esperaban porque repiten más de los que suponían que repetirían y porque ahora se están matriculando muchos alumnos que vienen de centros privados y concertados con los que no contaban, hasta tal punto que necesitan abrir un grupo más”.

A más alumnos más profesores, a no ser que siga creciendo el ratio de alumnos por aula. Para crear un grupo nuevo en este instituto de Alcorcón se necesitan más profesores y esa es una medida que debe aprobar primero Inspección, “que no siempre está disponible”. Pero la inquietud de este escenario no acaba aquí para los profesores con plaza que no saben dónde van a trabajar este año, como son los que la sacaron en las oposiciones de 2010 pero que “debido al aumento de horario del curso pasado, estos días aún no tienen centro asignado porque, digamos, sobran”.

Lo mismo ocurre con los profesores desplazados porque “sus plazas han sido ocupadas por otros con habilitación para dar su asignatura en inglés o porque, con los recortes, se encuentran con que no tienen horas que impartir de sus asignaturas”, dice Rodríguez Iglesias. También pasa con los profesores que, aunque llevan años trabajando en centros clasificados como de difícil desempeño, no pueden seguir en ellos porque han dejado de concederse permisos por este motivo.

Laura Rodríguez Iglesias conoce bien esto último ya que ha pasado los seis últimos años con una comisión de servicio en el I.E.S. Villa de Vallecas, un centro de difícil desempeño por ser un centro social prioritario. Aunque los profesores sin destino fijo pueden estar un año en un centro y al siguiente no saben dónde, los que tienen comisión de servicio pueden seguir trabajando durante un tiempo prolongado en un centro que no es el que les corresponde, bien por necesidades del profesor —enfermedad o un familiar dependiente que vive cerca del centro— o de los alumnos.

Cuando el alumno está situado en una zona conflictiva, como es el Instituto Villa de Vallecas, es importante que cuando llega septiembre los jóvenes no se encuentren con personas nuevas que desconocen sus circunstancias personales. Pero desde el curso pasado estos permisos han dejado de concederse. Sin duda, este año los chicos y chicas del Villa de Vallecas tendrán que acostumbrarse a muchas nuevas caras, en parte también en aras del bilingüismo.

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha traído 28 profesores nativos, 23 de Reino Unido y 5 de Irlanda, para los centros de su red bilingüe a la espera de que el Gobierno central haga los cambios que permitan traer un número más elevado de estos profesores. En muchos casos los centros han comprobado que los profesores no hablan nada o prácticamente nada de español, lo que dificulta su trabajo como asistentes de idioma, su relación con otros profesores y con los alumnos que no tienen un buen nivel de este idioma.

Muchos claustros están rechazándolos porque consideran que hay profesores españoles habilitados por oposición y con plaza, y que están cualificados para esos puestos. Así sucedió en el instituto vallecano, al que llegó un profesor de tecnología británico de origen ruso el primer día de la semana pasada. No hablaba español. Abandonó a los pocos días. Antes del viernes la Consejería mandó otro británico para dar clase de Educación Física y, ese mismo día, el claustro lo rechazó por 63 votos en contra frente a tres en blanco y ninguno a favor.

Enrique, profesor de una escuela rural en Madrid, advierte que las decisiones cada día se toman de manera más ajena a los claustros y los consejos escolares, como la elección del director. “No está confirmado pero vemos que va a desaparecer la figura del consejo escolar dentro de los centros”, explica Montse, profesora de conservatorio. “Los directores serán un cuerpo escolar gestor y tendrán la potestad de elegir el 20% de la plantilla”, añade. “La escuela pública de 1989 se parece muy poco a la de hoy”, recuerda Montse.

Por ello Enrique y Montse se van a poner en huelga indefinida a partir del 17 de septiembre. Ambos forman parte del comité de la huelga convocada por Red Verde, el sindicato CGT y docentes, estudiantes y PAS (Personal de Administración y Servicios).

“Estoy harto de hablar y siento que ha llegado el momento de actuar, no puedo soportar más simplemente quejándome, y eso se llama huelga indefinida”, afirma Enrique en el acto de presentación del paro en las enseñanzas medias madrileñas. José, integrante también del primer comité de huelga, opina que “la Comunidad de Madrid es el banco de pruebas de lo que el PP quiere para la educación pública en todo el Estado y por ello hay que empezar desde Madrid”. Como ejemplo, recuerda que María Dolores de Cospedal está imponiendo “a marchas forzadas” en Castilla La Mancha lo que en Madrid “se lleva viendo en los últimos años”: 3.900 profesores interinos y 61 escuelas rurales menos en Castilla La Mancha, “y aún así los sindicatos mayoritarios no se están movilizando nada”.

Uno de los profesores interinos que se acaban de quedar en paro en Castilla La Mancha es Núria Valdepeñas. Allí han pasado de 80 vacantes en Física y Química a 15. En la lista, Núria ocupa el puesto número 43 y “pues eso... ¡a la calle!”, nos explica. “Pedí medias jornadas pero cerca de Tomelloso, donde vivo, porque con la hipoteca y a media jornada y conforme está la gasolina... ¡tenía que poner dinero yo!”. Para poder desplazarse al instituto en el que impartía clase el año pasado, Valdepeñas tuvo que comprar un automóvil. Ahora su familia le ha pagado las letras del coche para poder llegar a fin de mes este año. Ella estaba decidida a venderlo pero cambió de idea al ver que apenas le ofrecían dinero por él y “en esta profesión no te puedes quedar sin coche”. El curso pasado esta profesora hacía 100 kilómetros en sus trayectos de ida y vuelta al instituto.

Al profesor interino de Castilla La Mancha José Antonio Malagón le ha pillado la noticia de quedarse en paro este año con dos niños recién nacidos. “Suena muy mal quedarse en paro cuando te vienen dos criaturas, pero es que al final, con nuestra situación laboral, me viene hasta bien. Porque dime si es mejor que me manden a 300 kilómetros de mi casa, con rebaja de sueldo y pagar alquiler y una gasolina que está por las nubes. Económicamente no compensa, solo hay que echar cuentas”.

El curso pasado se vivieron 12 días de paro en la enseñanza infantil, primaria y secundaria que no sirvieron para conseguir los objetivos de la denominada Marea Verde en cuanto a defensa de la educación pública. Por eso este curso Red Verde —plataforma surgida desde esa ola de contestación— ha recabado apoyos en los sindicatos y consiguió la implicación de CGT y el apoyo de CNT y Solidaridad Obrera.

El resto de fuerzas sindicales ha comunicado a la Asamblea por la Huelga Indefinida que “o no lo ven, como CCOO, o nos tachan de suicidas, como STEM”, explica Rafael Valentín Santo Tomás, de CGT, que califica esta huelga como un “acto potente, fuerte, valiente, responsable y coherente”. No obstante, la falta de respaldo el año pasado tiene a los profesores desencantados y desinteresados de los sindicatos que, sin militar en uno u otro, o independientemente de su afiliación, han decidido que secundarán la huelga.

El mismo 17 de septiembre, este paro coincidirá con otros sectoriales en Madrid, como el de Renfe o Metro, por lo que ese día por la tarde se realizará una manifestación conjunta en defensa de lo público. Por la mañana se convocará una concentración de docentes que marcará el inicio del paro indefinido. Además, cada día y durante todo el tiempo que dure la huelga, una decena de personas se presentará en el despacho de la consejera de Educación de Madrid, Lucía Figar, para pedir que les reciba y explicar los motivos de estas movilizaciones, que los docentes resumen en la privatización de la escuela pública mediante conciertos y cesiones a la iniciativa privada, las medidas que acentúan la falta de democracia interna de los centros y la precarización de las condiciones laborales de todo el personal docente.

“Muchos estuvimos a favor de una huelga indefinida el curso pasado, y en mi opinión, creo que es lo que deberíamos haber hecho”, concluye Laura Rodríguez Iglesias. “Sin embargo, yo no creo que durante este curso pueda tener el mismo efecto. Para empezar, no creo que pueda ser seguida por tantos profesores porque muchos aún no nos hemos recuperado de la pérdida económica que supusieron las del año pasado. Además, como funcionarios vamos a perder una paga este año, así que muchos, aunque quisieran hacerla, no creo que pudieran. Por otra parte, las circunstancias del país han empeorado en tantos sentidos que no sé cómo podríamos llamar la atención de nadie en medio de tanto desastre. Me cuesta mucho reconocer esto y no me gustaría desanimar a nadie que piense hacerla, de hecho, de aquí al 17 puedo sufrir otro ataque de romanticismo agudo y hacerla a pesar de saber que no conduciría a nada. No sería la primera vez”.

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