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Rivera evita el debate interno en la crisis de Ciudadanos: abandonó el máximo órgano de dirección tras su discurso ante los medios

Rivera recibe los aplausos de los dirigentes de Ciudadanos en el acto del partido en Madrid.

Carmen Moraga

Albert Rivera ha tratado de solventar una de las crisis más importantes que ha sufrido Ciudadanos en sus trece años de existencia sin promover un verdadero debate interno en el partido. El Consejo General, máximo órgano entre Asambleas –equivalente al Comité Federal del PSOE– mantuvo el pasado viernes una reunión ordinaria en Madrid en la que Rivera lanzó un discurso en abierto, en presencia de los medios de comunicación. Poco después de acabar su intervención se ausentó frustrando así cualquier diálogo a puerta cerrada con el resto de dirigentes con asiento en ese órgano. El líder podía haber aprovechado el momento para conocer la opinión de los suyos pero prefirió irse con el buen sabor de los aplausos sin suscitar el debate interno en el partido.

La reunión estaba prevista hace tiempo, pero su celebración coincidió con la tormenta desatada por la dimisión de Toni Roldán y de Javier Nart como miembros de la Ejecutiva, tras la ruptura con Manuel Valls, las críticas a los pactos por parte de destacados fundadores del partido y después de más de dos semanas de absoluto silencio de Rivera, que delegó en Inés Arrimadas la gestión pública de todos estos asuntos. El cónclave, con este panorama, había despertado el máximo interés pero los miembros de la dirección escucharon lo mismo de su líder que quienes seguían desde casa su intervención en directo a través de los medios.

Rivera se limitó a soltar su discurso público en el que lanzó una invitación a fundar un partido a quienes quieran que Pedro Sánchez “campe a sus anchas”, y después se marchó del local dejando que el Consejo General continuara su reunión a puerta cerrada cuando en otras ocasiones sí se ha quedado. Si lo hicieron la mayoría de los miembros de la Ejecutiva que fueron los que tomaron las riendas de la reunión.

El orden del día incluía un turno de “ruegos y preguntas” en el que se presuponía que se iba a suscitar una retahíla de intervenciones sobre la situación interna que está atravesando el partido por los pactos entre Cs, el PP y Vox y la estrategia inamovible del partido de no facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Fuentes de la dirección, sin embargo, aseguran a eldiario.es que “nadie pidió la palabra”. Ante el desinterés del líder por el debate algunos de los que se plantearon intervenir no lo hicieron. Otros reconocen que prefieren callar porque “luego todo transciende” y no quieren “alimentar más la polémica”.

Aviso a Garicano e Igea: “Hay que remar todos juntos”

Pese a lo ocurrido el pasado viernes, Rivera presumía este martes de la “democracia” interna que hay en su partido en el que, según dijo, cada uno puede airear sus discrepancias sin problemas. Al mismo tiempo, lanzaba una nueva pulla a los discrepantes: “Democracia, siempre”, pero “como demócratas cuando hay decisiones todos tenemos que remar en la misma dirección” y “asumir las decisiones, que es lo que estamos haciendo desde esa votación”, declaraba en el Congreso tras reunirse con el presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Javier Esparza para firmar un manifiesto a favor de un gobierno “constitucionalista” en la Comunidad Foral.

Ciudadanos, ha insistido este martes Rivera, es “un partido democrático” y se siente “orgulloso” de ello. “Somos el partido donde más veces se toma la palabra” y “el que más vota en la Ejecutiva”, ha asegurado. El líder de Cs se refería a los dos acuerdos que tomó la dirección del partido “por unanimidad”: la primera, el 24 de febrero, para vetar al cualquier acuerdo con el PSOE de Pedro Sánchez tras las elecciones generales; y, la segunda, el 3 de junio, para dejar sentado que Ciudadanos no formaría parte de gobiernos “tripartitos” en los que participaran “populistas y nacionalistas”, eligiendo al PP “como socio preferente” para cerrar pactos después de las elecciones municipales y autonómicas.

Pero, poco después, las críticas a los pactos con el PP y Vox y las presiones para que Rivera cambiara de opinión sobre la investidura comenzaron a surgir dentro y fuera del partido. La crisis estalló con toda su virulencia cuando se conoció la dimisión de Toni Roldán como secretario de Programas de la Ejecutiva. Ese mismo día, los eurodiputados Luis Garicano y Javier Nart forzaron una nueva votación sobre esa cuestión en la Ejecutiva. Pero fueron derrotados. La estrategia de Rivera de mantener el 'no' a Sánchez y no contemplar tampoco una abstención obtuvo una clara mayoría, 25 votos frente a cuatro –Garicano Nart, Francisco Igea y Fernando Maura– y tres abstenciones. Tras la votación, Nart también dimitió de su puesto en la Ejecutiva.

El malestar en la cúpula del partido no se disimuló. Hasta el punto de que comenzaron a surgir rumores de que Rivera quería atajar el 'mal' por lo sano y se planteaba “remodelar” la Ejecutiva para colocar a dirigentes fieles en sustitución de las voces discrepantes. Pero el secretario general del partido, José Manuel Villegas, negó la mayor el pasado lunes y afirmó que el líder del partido no había sugerido nada de eso en la reunión.

De momento, Rivera ha colocado en el órgano de dirección a Marcos de Quinto, uno de sus fichajes estrella que acaba de afiliarse al partido. No obstante, el empresario no formará parte de la Comisión Permanente, es decir, el 'núcleo duro' de Rivera.

Acuerdos en el Consejo General “sin votos en contra”

Una vez finalizada la reunión del Consejo General, el partido emitió un comunicado en el que se señalaba que habían aprobado los Presupuestos del 2018 “por unanimidad”, destacando el “superávit del 10%” tras registrarse unos ingresos totales de 19.215.252 euros y unos gastos de 17.707.773 euros, arrojando un resultado positivo de 1.512.745 euros. El secretario de Finanzas, Carlos Cuadrado, presumió ante los dirigentes del partido de no tener “ninguna deuda ni compromiso financiero con entidades bancarias a 31 de diciembre de 2018”.

También fue aprobado el nombramiento de Marcos de Quinto como miembro de la Ejecutiva “sin ningún voto en contra”. En la nota no se hacía ninguna alusión al Informe de Gestión de la Ejecutiva, cuya presentación corrió a cargo del secretario general del partido, José Manuel Villegas. Según aseguraron fuentes del partido, dicho informe también fue aprobado “sin votos en contra”.

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