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Ciudadanos implosiona en su momento más delicado

Inés Arrimadas y Edmundo Bal, esta semana en el Congreso de los Diputados.

Carmen Moraga

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La tensión ha vuelto a adueñarse de la vida interna de Ciudadanos en vísperas de la Asamblea General extraordinaria que el partido ha convocado para mediados del mes de enero de 2023. El cisma total escenificado este viernes entre Inés Arrimadas y el portavoz adjunto del partido en el Congreso, Edmundo Bal, certifica lo que desde hace varias semanas se venía barruntando: que Ciudadanos está partido en dos justo cuando atraviesa su momento más delicado, a escasos meses de las elecciones municipales y autonómicas, y todas las encuestas pronostican su desaparición.

El anuncio de que Bal se enfrentará a Inés Arrimadas en unas primarias para hacerse con el control político del partido pilló por sorpresa a muchos dirigentes de la propia dirección, que aunque conocían las tensiones que había entre ambos nunca imaginaron que el abogado de Estado iba a dar ese paso, desafiando a la líder de la que el actual portavoz de Ciudadanos ha sido hasta ahora su más fiel servidor. “Estoy alucinando”, confesaba a esta redacción uno de los dirigentes más destacados del equipo de refundación, fiel a la líder.

Pero la división entre ambos dirigentes se ha consumado no tanto por las discrepancias internas generadas en torno al nuevo modelo de bicefalia que acaba de aprobar la Ejecutiva, que también ha creado controversia interna, sino por las tensiones generadas por el voto a favor de Ciudadanos a la ley del 'solo sí es sí'. Un apoyo que después el partido se tuvo que apresurar a retirar de forma fulminante alegando “las lagunas jurídicas que tenía” y que han permitido rebajar las condenas o salir a la calle a algunos pederastas o condenados por agresión sexual, en base al criterio de los jueces.

La decisión de votar a favor de la ley fue tomada colegiadamente por el grupo, confiando en su portavoz adjunto, el propio Bal, que es abogado del Estado, y con el visto bueno de Arrimadas. Sin embargo, al comprobar el revuelo que ha levantado la medida, la líder del partido le reprochó a su propio portavoz que no hubiera estudiado mejor el articulado para prever las consecuencias de su aplicación. Y eso ha creado un cisma entre ellos, según reconocen otros diputados de la formación. El resultado de esa tensión ha sido la decisión de Bal de plantar cara a Arrimadas, cuyo liderazgo lleva tiempo siendo muy cuestionado internamente tras los sucesivos batacazos electorales.

“Me voy a presentar a liderar este proyecto. Quiero liderar este proceso de refundación”, confesaba Bal en declaraciones a la prensa este viernes. A nadie se le escapa que nuestro partido vive momentos difíciles. Las encuestas lo dicen todos los días, pero sin embargo formamos parte de un espacio político absolutamente imprescindible para nuestro país”, añadió ante las 'puertas de los leones' del Congreso poco después de que Arrimadas se dejara ver ante los ciudadanos que habían acudido a visitar la Cámara Baja en las jornadas de puertas abiertas.

La sorpresa de la decisión de Bal no se disimulaba en su entorno. Pero el portavoz adjunto desveló que había llamado previamente a Arrimadas para advertirle de sus intenciones: “Le he dicho que este es un partido de todos. Que es una decisión que he meditado mucho, muy sosegadamente”, contaba él. Arrimadas le pidió tomarse un café para abordar la situación antes de hacerlo público. Pero Bal prefirió posponer esa conversación para más adelante.

El nuevo modelo de la bicefalia

El anuncio de Bal llega justo una semana después de que la Ejecutiva aprobara en una tensa reunión el cambio de estructura del partido para dar paso a un modelo bicéfalo en el que se separarían las funciones orgánicas de las políticas. La decisión se tomó el pasado viernes, 25 de noviembre, con dos facciones enfrentadas: la que apoyaba ese modelo bicéfalo como el que hay en el PNV y en algunos partidos liberales europeos –un tándem con un secretario o secretaria general, que se encargará de las tareas orgánicas, y un o una portavoz nacional, que se ocupará de la acción política– y otra que apostaba por continuar como hasta ahora.

Al final ganó la tesis defendida por Arrimadas y ambos cargos se presentarán en un ticket encabezando las listas que opten a dirigir el partido. Esas primarias están fijadas entre los días 9 y 10 de enero. Más adelante –el próximo otoño si no hay novedades– se celebrarían otras elecciones internas para designar la candidatura a las elecciones generales, cargo al que Arrimadas ha dejado ya entrever que se postularía.

Sin embargo, el paso de Edmundo Bal hace saltar por los aires cualquier consenso previo y sume al partido en una ruptura con la actual dirección cuyas consecuencias son imprevisibles. “Estamos en una situación tan delicada y extrema que a día de hoy todo son incógnitas”, reconocía este viernes a elDiario.es uno de los miembros del partido, que en estos momentos prefiere no posicionarse ni por uno ni por otro.

La idea tanto de Bal como del amplio número de dirigentes y diputados que lo respaldan es que Inés Arrimadas no sea la candidata en las elecciones generales del año que viene, una postura que defienden en base a la trayectoria que ha llevado al partido a casi desaparecer de la mayoría de territorios en los que se han celebrado elecciones en los últimos años: Madrid, Castilla y León y Andalucía, pero antes también en Catalunya –feudo de la líder– y en Murcia, en este último caso debido a la fallida moción de censura que intentaron presentar contra su propio Gobierno de coalición entre Ciudadanos y el PP.

En el partido esperan ahora con expectación el siguiente paso de Arrimadas, que este viernes permaneció callada. Nadie descarta ningún escenario: una auténtica batalla por el poder que pueda dividir aún más al partido o incluso que Arrimadas decida dar un paso atrás ante la falta de apoyos. Según ha podido confirmar este periódico, la práctica totalidad del grupo parlamentario respalda el paso dado por Bal a excepción del diputado por Málaga, Guillermo Díaz, que se mantiene al lado de Arrimadas.

Igea pide a Arrimadas que deje paso a un “nueva generación”

Pero ya hay dirigentes que han cuestionado que ella deba postularse para seguir siendo la voz del partido. Uno de ellos ha sido el único procurador que tiene Ciudadanos en las Cortes en Castilla y León, Francisco Igea, que fue rival de la propia Arrimadas en las primarias para presidir Ciudadanos tras la dimisión de Albert Rivera, cuya reaparición el otro día en una acto con Villacís levantó bastantes suspicacias. El partido estuvo a punto de desaparecer también en esa comunidad, tal y como le sucedió primero en Madrid y después en Andalucía. Esas derrotas ya abrieron un brecha interna. Un grupo de exdirigentes criticó con dureza a la líder y creó una corriente interna para exigir la convocatoria de unas primarias, la celebración de una Asamblea y exigirle su inmediata dimisión. Pero Arrimadas lanzó entonces la idea de la “Refundación”.

Uno de los que entonces pidieron que se fuera fue Ignacio Aguado, el excoordinador de Madrid que fue relegado como candidato por el propio Edmundo Bal. El pasado mes de agosto Aguado se despedía del partido en una carta que difundía a través de Twitter anunciando que se daba de baja del que había sido su partido durante más de nueve años. En ella acusaba a Arrimadas de “huir hacia adelante” por no dimitir tras la reciente y última debacle en Andalucía y pedía que Ciudadanos emprendiera “un nuevo rumbo y liderazgo”. Además, dudaba de que la renovación que había anunciado “disfrazada de una refundación” fuera “a ninguna parte”.

Ahora es de nuevo Igea –una de las pocas voces con peso que quedan ya en el partido– quien le pide que no continúe. El dirigente castellanoleonés ha advertido de que Ciudadanos necesita un “nuevo liderazgo” que dé un “golpe de ilusión” a la formación ante su proceso de refundación, al tiempo que ha defendido una candidatura de “unidad” que represente la renovación de la formación política.

“Ninguno de los que hemos estado marcados por errores del pasado deberíamos intentar liderarlo”, señaló, descartando que él vaya a pugnar de nuevo por el cargo. “Lo mejor sería llegar a tener una candidatura lo más unánime posible que tiene que implicar renovación”, apostando por “dejar paso a otra generación”. “Hay muchos nombres durante este proceso, lo que tenemos que procurar es ponernos de acuerdo en el quién. En el cómo ya estaríamos de acuerdo”, zanjó.

En este clima de fuerte tensión el partido se enfrentará a la Asamblea General extraordinaria, que se celebrará a mediados de enero de 2023, y en la que se dará por finalizada esa “Refundación” que la formación emprendió en junio con el fin de renovar el proyecto.

Mientras tanto continúa el goteo de bajas en el partido que se prolonga ya desde hace meses. El eurodiputado Luis Garicano anunció hace apenas una semana que dejaba la militancia después de haber decidido cuatro meses antes abandonar su escaño como eurodiputado y su cargo de jefe de la delegación en el Parlamento Europeo para dar clases en una universidad norteamericana. Su marcha ha supuesto todo un varapalo para Arrimadas, que contaba con que Garicano participara en el cónclave de enero como un referente del partido.

Otro eurodiputado de Ciudadanos que se ha desmarcado de la nueva etapa ha sido José Manuel Bauzá, el expresidente –del PP– de Baleares fichado por Albert Rivera. Según ha dicho, no comparte los ejes aprobados por la actual dirección y ha reivindicado la gestión y el proyecto de Rivera al frente de la formación. Bauzá, pese a eso, mantendrá su escaño en Bruselas. Y aunque en el partido nadie está hablando alcanzar futuros pactos con el PSOE, él ya ha adelantado que está en contra de que se cierren. El eurodiputado ha señalado que sabe que “ser 'riverista’ es la posición minoritaria en Ciudadanos” y ha incidido en que, aunque no comparte el actual “posicionamiento” del partido, “tiene todo el derecho a plantear esta línea” y que “por supuesto” la “acata”.

Primeras bajas en el entorno de Begoña Villacís

Otra de las preocupaciones que se ciernen sobre Arrimadas es el posible desfile de cargos públicos que pueden empezar a anunciar que no quieren estar en las listas electorales de las próximas municipales y autonómicas ante los malos augurios que las encuestas les pronostican y el mal ambiente interno que reina. De hecho, le está costando trabajo designar a los cabezas de lista autonómicos. Algunos de los actuales cargos seguramente se marcharán al PP.

El pasado miércoles transcendía que la delegada de Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Sofía Miranda, dejaba la portavocía adjunta del Grupo Municipal Ciudadanos. Según ha podido saber esta redacción, la concejala no quiere repetir en la lista de las próximas municipales si la encabeza Begoña Villacís, con la que hace tiempo que mantenía evidentes desavenencias. Miranda, no obstante, continuará en su puesto como concejala hasta mayo y seguirá en política “sin descartar otras opciones”, lo que hace pensar que no cierra la puerta a marcharse al partido de Feijóo o bien a presentar su propia candidatura en las primarias de Ciudadanos.

La actual delegada de Deportes es la primera baja que sufre en su equipo Begoña Villacís, quien tampoco ha desvelado aún sus planes y no se sabe siquiera si concurrirá a las primarias para ser de nuevo la candidata municipal. Ella se limita a decir que le “encanta” la vida municipal y Madrid, pero sin aclarar su futuro, descartando, eso sí, su salto al PP. Pero la sombra de Juan Marín aún planea por los despachos de la calle Alcalá. El exdirigente del partido en Andalucía y excandidato a la Junta reiteró por activa y por pasiva que “jamás” se marcharía al PP y ahora, después de romper el carné de Ciudadanos, es un alto cargo del Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla, que le ha colocado como presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía.

El último CIS dio al partido un 2,5% de intención de voto, frente al 6,8% de sufragios que cosechó en noviembre de 2019, lo que implicaría la desaparición del partido del Congreso de los Diputados si se celebrasen ahora unas elecciones generales. En este contexto, en pleno hundimiento, con la formación partida en dos, acumulando bajas, y en este clima de tensión, lo que queda de Ciudadanos celebró este viernes su tradicional cena de Navidad. Según algunos de los asistentes a la cena -convocada solo para dirigentes y afiliados de Madrid-, la frialdad entre Bal y Arrimadas fue patente, mientras la líder del partido no se apartó de Begoña Villacís.

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