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La empresa patatera del marido de la presidenta de las Cortes de Castilla y León multiplicó por 30 sus beneficios cuando ella dirigía Agricultura

Silvia Clemente, en su etapa como consejera de Agricultura, en un acto de promoción de Tierra de Sabor en 2013 / Efe

Laura Cornejo

Las empresas de patatas de Javier Meléndez, el marido de la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, experimentaron un crecimiento exponencial de sus beneficios durante los años en que la política segoviana dirigió la Consejería de Agricultura en el Gobierno de Juan Vicente Herrera. Una de las sociedades, Patatas Meléndez SL, pasó de apuntar en sus libros de contabilidad pérdidas por medio millón de euros entre 2010 y 2012 a registrar 2,5 millones de euros de beneficios el último año en que Clemente estuvo al frente del departamento de Agricultura. 

Las sociedades de quien fue su novio desde 2008 y desde 2015 su marido consiguieron importantes subvenciones de la Administración regional. Según ha podido comprobar eldiario.es, Patatas Meléndez SL, la empresa que acabó en manos de Javier Meléndez tras sellar un pacto de confidencialidad con sus padres y hermano en enero de 2017 para poner fin a numerosos pleitos, fue la que recibió el grueso de las subvenciones del Gobierno de Herrera. Entre 2008 y 2018 (Clemente fue consejera hasta 2015 y luego saltó a la presidencia de Las Cortes de Castilla y León) el importe concedido es de 3,3 millones de euros, si bien dos de estas subvenciones fueron a cargo de la Agencia de Desarrollo Económico de la Consejería de Economía (143.569,88 euros, el 22% de lo solicitado) y el Centro de para el Desarrollo Tecnológico Industrial, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación (455.923,07 euros, el 44% de lo que reclamaba). Agroinnova SL, otra sociedad de la familia, recibió en la misma etapa 152.884,65 euros de ayudas del Gobierno regional.



Patatas Meléndez SL que sufrió grandes pérdidas durante 2010, 2011 y 2012 (533.503,34 euros de números rojos) empezó a remontar en 2013 cuando se anotó un beneficio de 90.003,15 euros. Pero su despegue definitivo estaba por venir. En 2014 ganó 2,8 millones de euros. En plena crisis económica, los beneficios de la empresa patatera se multiplicaron por 30. En 2015, el último año en que Silvia Clemente estuvo al frente de la Consejería de Agricultura -para pasar a presidir el parlamento regional- la firma de su marido declaró 2,5 millones de euros, que crecieron hasta los 3,1 millones el año siguiente. En 2017 se apuntó ganancias por seis millones.



Durante esos años en que su negocio vivió un crecimiento exponencial, Patatas Meléndez logró el sello de calidad de Tierra de Sabor, la marca que ideó Silvia Clemente desde la Consejería de Agricultura para distinguir a los alimentos de Castilla y León. La patata era uno de sus productos estrella. El logotipo, un corazón amarillo es, según algunas fuentes, un tubérculo. Fue diseñado por la prestigiosa agencia de publicidad 'Sra. Rushmore', que ganó el concurso para hacerse con la adjudicación que costó a las arcas públicas 200.000 euros. Según la agencia, el logotipo con forma de corazón hace referencia a conceptos de vida y salud y el color amarillo simboliza el campo castellano y el sol.

El presupuesto para Tierra de Sabor para el periodo 2008-2011 fue de 13,5 millones de euros. En noviembre de 2009, según informó la Consejería, la venta de patatas que se comercializaron bajo la marca Tierra de Sabor, aumentó un 60%. En ese momento, había 7 envasadores de patata fresca autorizados para esa comercialización, entre ellos, la de las empresas de Meléndez, que entonces ya era pareja de Clemente, aunque todavía no estaba casado con ella.

En 2011, la consejera Clemente firmó un acuerdo con la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), integrada por El Corte Inglés, Carrefour, Eroski y Alcampo, para la promoción de la venta de patata de Castila y León.

El pacto no estuvo exento de polémica. Un mes después de la foto de presentación, la Consejería de Agricultura arremetía contra las empresas de distribución a través de un comunicado y les acusaba de haber incumplido el convenio. El departamento de Clemente había detectado que seis cadenas de distribución realizaban “prácticas abusivas” en el precio de la patata y que algunas estaban comercializando tubérculo francés y perjudicando a los productores locales. La gran distribución recordó que en ninguna parte del acuerdo aparecía el compromiso que citaba Agricultura de “velar por que no se comercializaran las patatas por debajo de los costes”. El abogado de los hipermercados se justificó apelando al excedente de producción ese año y a que no se podía impedir al consumidor que comprase patatas de otra procedencia, especialmente variedades que demandaban los clientes y que no se producían en Castilla y León.

Además de aquella guerra, la marca Tierra de Sabor siempre ha estado bajo la lupa por los gastos que generó al Gobierno de Juan Vicente Herrera. Un Informe de Fiscalización del año 2011 de Itacyl, un organismo paralelo de la administración bajo el control de Agricultura, ya recogía gastos injustificados: desde suculentos contratos publicitarios otorgados a dedo a programas como ‘Herrera en la Onda’ por 112.000 euros, a facturas en restaurantes madrileños especializados en sushi o alquiler de vehículos. Entre las incógnitas por despejar está el salario que la marca regional abonó al actor de CSI Gary Dourdan por un anuncio de televisión. El logotipo de Tierra de Sabor apareció en eventos de todo tipo desde conciertos de Depeche Mode o Mark Knopfler a campeonatos mundiales de pádel o foros de mujeres rurales. El primer plan de promoción puesto en marcha por Clemente invirtió en la marca 13,5 millones de fondos públicos entre 2008 y 2011. En una sola anualidad del segundo plan, en 2014, consumió otros 4,4 millones.

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