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Rajoy no renuncia a intentar formar gobierno

Rajoy llega a la sede del PP para seguir los resultados de las elecciones

Luz Sanchis

Mariano Rajoy ha visto cómo el 20 de diciembre se ha cumplido su peor pesadilla: no llegar al 30% de los votos y no alcanzar con Ciudadanos la suma de los 176 escaños con los que hubiera podido ser investido presidente. El candidato del PP a la reelección en La Moncloa ha obtenido un 28,71% de los sufragios y 123 escaños, muy lejos del objetivo inicial en esta campaña de conseguir 140 diputados en el Congreso. Ni siquiera la anunciada abstención de Albert Rivera en la votación de la investidura sirve como consuelo. De los 10.866.566 votos con los que llegó a la mayoría absoluta hace cuatro años y un porcentaje del 44,63%, Rajoy se ha quedado esta vez con 7.185.190.

El varapalo de estas generales es el tercero para el PP desde que llegó al poder. Las europeas de 2014 supusieron dejarse por el camino muchos votos y los conservadores solo consiguieron cuatro millones y un 26%. Pero fueron las municipales y autonómicas de mayo, donde el partido se dejó dos millones y medio de votos comparados con los de 2011 y se enfrentó a una gran pérdida de poder territorial.

Antes de que cerraran los colegios, con las encuestas a pie de urna, los ánimos en la sede del partido del Gobierno auguraban que el recuento se alargaría. Desde la vicesecretaría de organización que dirige Fernando Martínez-Maíllo se había enviado un mensaje a todos los cabezas de lista. “Prudencia, que la noche va a ser muy larga”, era el texto del mensaje que recibieron los candidatos número uno de cada provincia. A partir de ese momento, en cuanto empezaron a recibirse los primeros datos, el desánimo se adueñó de la sede del PP.

Más allá de quedar primeros en votos y perder 63 escaños respecto a 2011, lo poco que había que celebrar convenció a los dirigentes de Génova de no comparecer en rueda de prensa una vez se completó el escrutinio. En su lugar, el candidato del PP, su mujer, la vicepresidenta y la dirección del partido salieron al balcón a saludar a los tres centenares de simpatizantes que agitaban banderas españolas y le gritaban “presidente”.

Rajoy dio las gracias a todos los militantes “porque el PP sigue siendo una vez más la fuerza más votada” y agradeció a los más de siete millones que han optado por él. “Soy consciente de que los cuatro años que hemos vivido han sido difíciles y complicados, con decisiones que no eran fáciles y que no le gusta tomar a un presidente”, se ha justificado. Aun así, ha añadido que como jefe del Ejecutivo ha cumplido con su obligación: “Como presidente he hecho lo que creía que era bueno”. En ese momento, los congregados a la puerta de Génova lo ha vitoreado y gritado el tradicional “que Bote Mariano”. El salto ha sido tímido.

Entre aplausos, el líder del PP ha anunciado lo que ha repetido durante toda la campaña: “quien gana las elecciones debe intentar formar gobierno”. Ha explicado que España “necesita un gobierno estable” y que él piensa buscarlo “con el único objetivo de servir a los intereses generales” del país. Ha dicho ser muy consciente de las dificultades que se le plantean. “No va a ser fácil, pero ante las dificultades será necesario negociar mucho y hablar más. Y yo lo voy a intentar”, ha prometido.

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