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Sánchez Galán descarga en su jefe de seguridad toda la responsabilidad de contratar a Villarejo

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (d) a su llegada este martes a la Audiencia Nacional para testificar en calidad de investigados por los encargos de la eléctrica a José Villarejo. EFE/ Zipi

Pedro Águeda

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El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha descargado esta mañana toda la responsabilidad de la contratación al comisario Villarejo por parte de la compañía durante 13 años en el que era su jefe de seguridad, Antonio Asenjo, al que ha concedido “autonomía total”. “Ni ordené, ni autoricé, ni conocí nada de este señor”, ha dicho el máximo responsable de la eléctrica en referencia a Villarejo, según han informado a elDiario.es fuentes presentes en la declaración. 

Sánchez Galán ha defendido que Asenjo tenía “autonomía total” y que, en cualquier caso, sus funciones no dependían de él ni despachaban juntos los asuntos. El presidente de Iberdrola ha declarado en calidad de investigado por los delitos cohecho activo, contra la intimidad y falsedad documental en relación con los encargos de la compañía al comisario Villarejo entre 2004 y 2017, cuando éste era un funcionario destinado en el centro de la seguridad del Estado. Han aparecido un total de 17 contratos por valor de 1.123.000 euros. 

El que fuera jefe de seguridad de Iberdrola hasta diciembre de 2019, Antonio Asenjo, asumió ante el juez la responsabilidad de haber contratado a la empresa del comisario Villarejo, si bien negó que constituyera alguna ilegalidad. Asenjo declaró que algunos informes de los elaborados por el policía llegaron a Ignacio Sánchez Galán, pero que éste desconocía que Cenyt perteneciera a Villarejo.

Antes de la declaración, la compañía hizo público un comunicado refiriéndose a la citación como investigado de su presidente de la siguiente forma: “Ignacio Sánchez Galán ha logrado, por fin, ser recibido por el juez Manuel García-Castellón, tras pedirlo desde hace meses y con el fin de poder defenderse de las calumnias de las que se le acusa y denunciar que fue Iberdrola la espiada por una tercera persona cuyas intenciones es hacerse con la compañía propiedad de sus casi cuatrocientos mil accionistas”.

En la sala, Sánchez Galán ha reiterado ese papel de víctima y ha rogado al juez García Castellón que investigue el supuesto espionaje al que le sometió el comisario Villarejo. El imputado ha comenzado respondiendo al juez que “jamás” trató con el policía, al que no conoció hasta que vió en la televisión. Algo similiar ha declarado de la empresa del policía, Cenyt, a través de la que facturaba el policía a Iberdrola, y cuyos recibos están incorporados a la cusa. O de Casesa, otra firma que, según los fiscales, Villarejo e Iberdrola utilizaron para que no dejara rastro del comisario. “En Iberdrola tenemos a 19.000 proveedores que emplean a 400.000 personas”, ha afirmado Sánchez Galán. 

El interrogatorio comenzó con tan buenas formas que el juez García Castellón advirtió al imputado de que no pretendía “ir a pillarle en nada”, pero luego el tono se fue endureciendo, sobre todo en las respuestas que el presidente de Iberdrola ofrecía al fiscal Miguel Serrano. “Jamás ordené contratar al señor Villarejo. Lo he dicho 17 veces”, afirmó Sánchez Galán levantando el tono al fiscal, según las fuentes consultadas. 

García Castellón ha leído a Sánchez Galán algunos fragmentos de las transcripciones de conversaciones entre Villarejo y Asenjo. El jefe de seguridad de Iberdrola le dice al policía en una ocasión que “cuándo le va a dar más” porque los informes que hace son “como una droga” para su jefe. El presidente de Iberdrola ha rechazado comentar conversaciones en las que ha dicho, él no intervenía, y ha añadido que le hacía “gracia” la terminología utilizada por los interlocutores. 

Una parte de la acusación a Sánchez Galán se sostiene en el testimonio de un antiguo directivo de la empresa, Antonio del Olmo, quien fuera director de Control de Funciones Corporativas. Del Olmo puso por escrito en 2004 que existían irregularidades en las facturas a Villarejo, así como que el director de seguridad, Asenjo, le había trasladado que Sánchez Galán había ordenado realizar unos trabajos especiales de vigilancia que ya se habían iniciado por la compañía Casesa, la supuesta tapadera del comisario. 

Ante el juez, Sánchez Galán ha vertido responsabilidades en el propio Del Olmo, imputado también al igual que Asenjo. Sánchez Galán ha declarado que si Antonio del Olmo no hubiera firmado esas facturas nunca se hubieran pagado y ha puesto de manifiesto que su denuncia ante notario, incorporada igualmente a la causa, ha tenido lugar catorce años después de dejar la compañía. Al respecto, Iberdrola ha dicho en su comunicado: “José Antonio del Olmo presentó una prueba que se ha acreditado que es falsa y está condenado. Falsificaciones y hurtos por los que ha sido condenado”.

Antes que Sánchez Galán ha declarado Fernando Bécker, quien admitó ante el juez del caso Villarejo que validó las facturas de la compañía eléctrica a las empresas del comisario, pero sin saber quién era éste ni de qué trataban realmente esos encargos. El antiguo presidente de Iberdrola España ha reconocido su firma en un correo electrónico, al tiempo que ha restado importancia a ese visado de los pagos a Villarejo por tratarse de cuestiones menores para una compañía de su tamaño.

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