Cristina Cifuentes aprovecha una donación privada para pagar la reforma de la UCI de un hospital público
Sanidad pública a base de donativos. El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha utilizado una campaña de donaciones caritativas de una fundación para renovar la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital pediátrico Niño Jesús. El proyecto de reforma y equipamiento ha costado 1,5 millones de euros aportados por la organización fundación Aladina.
La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, inauguró la UCI el 16 de diciembre. 11 meses antes, en enero, había firmado un convenio con Aladina para hacer esta reforma estructural. Aprovechó para recordar que así “se avanza en el cumplimiento del programa electoral, que en su medida número 36 se refiere expresamente a la mejora de los servicios de urgencias”, dijo.
Al estrenar la unidad, Cifuentes reiteró que se contaba con el “equipamiento tecnológico más avanzado” y que su Gobierno había invertido “más de 100 millones de euros en mejorar las infraestructuras de los centros sanitarios”.
A pesar de esto, un portavoz de la Consejería de Sanidad ha contestado a eldiario.es que “no se requería la renovación asistencial o sanitaria. La UCI estaba dando el servicio. Es más una renovación desde el punto de vista del confort”. La fundación opina que la reforma era “imprescindible”.
Con ese presupuesto, a la UCI se le ha dotado de 14 camas articuladas y otros tantos brazos móviles además de ordenadores. Se ha pasado de dos a seis boxes de aislamiento además de una nueva sala de control. También se le ha proporcionado luz natural, de ahí el aspecto de “confort” reseñado por Sanidad.
Los 1,5 millones de euros del proyecto han provenido de un crédito financiero que ahora debe devolverse. La fundación Aladina solicita las donaciones para cubrir ese préstamo. “Si no se llegara a recaudar todo, lo pagará el patronato de la fundación como avalista”, señalan.
No es la primera vez que el Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid echa mano de las donaciones para complementar el presupuesto de sanidad. En noviembre de 2011, Esperanza Aguirre firmó un acuerdo con Aladina para que la fundación pagara la remodelación de la unidad de trasplante de médula también en el Niño Jesús. Se trataba de convertirlo en una nueva “sala de hospitalización”.
Aguirre alabó la iniciativa: “Es un ejemplo de lo extraordinariamente beneficiosa que es la colaboración entre las instituciones privadas y las administraciones públicas”. La idea era financiar la unidad con la recaudación de la película Maktub, dirigida por el presidente de la fundación, Francisco Arango, aunque también recibió dinero del patronato, según informa Aladina. Arango fue heredero de la cadena de restaurantes VIPS. La inauguración tuvo que esperar más de un año: febrero de 2015. Y la unidad se llama ahora Centro Maktub.
Además, en 2014, la Consejería de Sanidad amplió su banco de leche materna del hospital 12 Octubre con otra donación transmitida por la misma fundación Aladina. El plan era multiplicar el volumen de leche materna donada, procesada y almacenada para enviarla a otros hospitales. En este caso, según han contado tanto el hospital como la ONG, se trató de una única donante anónima. El servicio pasó a denominarse Banco Regional de Leche Materna Aladina MGU, que sirve a cinco centros sanitarios.
Una portavoz de la fundación ha explicado que “más allá de debates ideológicos, es un regalo”.
Otros casos
En España se han dado más casos en los que los gobiernos regionales han cubierto sus necesidades sanitarias con inyecciones de capital privado. Y multimillonarias.
La fundación de Amancio Ortega firmó un convenio en 2015 con la Xunta de Galicia para renovar los mamógrafos y la radioterapia en los centros públicos con un presupuesto comprometido de 17 millones de euros hasta 2021.
Un año después, la misma fundación del dueño de Inditex repitió el esquema con la Junta de Andalucía para comprar 25 aceleradores de partículas de tratamiento oncológico por 40 millones en dos años.