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Los roles no evolucionan: ellas a la cocina y ellos, los 'manitas' de la casa

Los roles no evolucionan. \ MLazarevsk

Mario Pais Beiro

Madrid —

Limpiar la casa, preparar la comida o hacer la compra siguen siendo cosas de mujeres. O al menos esto es lo que se desprende del último bárometro del CIS. El estudio muestra que el reparto de tareas sigue siendo más una cuestión teórica que práctica: aproximadamente un 50% de las mujeres afirma que son siempre ellas las que preparan la comida, friegan los platos, hacen la compra o limpian la casa.

Si a este porcentaje añadimos a quienes afirman hacerlo “normalmente ellas”, los porcentajes se disparan hasta el 70%. Una excepción a esta norma estaría en hacer la compra, tarea en la que destaca el porcentaje, del 26%, que afirma que se reparte equitativamente.

El Gobierno pretende modificar esta situación desde la infancia. Con el anteproyecto de Ley de Protección de la Infancia, el Ejecutivo da valor de ley a la igualdad en el reparto de las tareas domésticas. “Los menores deben participar y corresponsabilizarse en el cuidado del hogar y en la realización de las tareas de acuerdo con su edad y con independencia de su género”, reza el texto. Para lograr la implicación de los niños, el ministerio de Ana Mato se compremete a “promover acciones dirigidas a fomentar el cumplimiento de los deberes y responsabilidades de los menores en condiciones de igualdad”.

De acuerdo con el CIS, el cuidado de los hijos también es cosa de las madres, en las que recae la responsabilidad en un 80% de los casos durante los tres primeros años de vida. Y si no son ellas, son las abuelas, la segunda opción de la mayoría de las familias en caso de que los progenitores no puedan atender al niño. Pero no sólo del cuidado de los niños: un estudio del Centro Reino Sofía alerta de que muchas mujeres han abandonado el mundo laboral para hacerse cargo del cuidado de familiares dependientes. Eso sí, los 'manitas' son ellos: la mayoría afirma que se encargan de las pequeñas reparaciones de la casa.

Sin embargo, se observa lo que la Catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, Constanza Tobío, califica como un posible cambio de tendencia: “el porcentaje de hombres cuya ocupación principal es el trabajo doméstico o el cuidado de hijos o nietos crece respecto a estudios anteriores”, señala, alcanzando ahora un 13%, porcentaje que aumenta conforme subimos en edad. Eso sí, las mujeres siguen trabajando más y disponiendo de menos tiempo libre, aunque “perciben esta desigualdad y no están contentas con ella” sentencia Tobío. Los hombres, por su parte, prefieren el cuidado de los hijos a las tareas del hogar a la hora de aportar su grano de arena en la convivencia familiar.

En la mayoría de hogares los ingresos los aporta en una mayor proporción el hombre, con un 37% de mujeres que afirma no tener ningún tipo de ingreso. Esta diferencia se refrenda en los datos sobre la brecha salarial, que es cada vez mayor, como se recoge en la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2011 (publicada en 2013), que afirma que ésta se sitúa en el 22,9% de media. A la hora del reparto de los ingresos familiares, según la encuesta en la mayor parte de los casos se depositan en un fondo común del que ambos extraen según sus necesidades. Son ellas las que se encargan de decisiones como el menú o los productos de limpieza que se usan en el hogar, mientras que los gastos más importantes, como la adquisición de un nuevo automóvil o electrodomésticos, son consensuados.

El CIS se preocupa también por la felicidad y satisfacción que los encuestados muestran hacia su vida personal. Y aquí los datos son mucho más positivos. La gran mayoría se siente muy satisfecho con su familia, pareja, amigos y su tiempo libre. En general, se consideran personas felices, tanto hombres como mujeres, que la puntúan con un 7,45 sobre 10. Sin embargo, si entramos en temas como el trabajo y los ingresos la satisfacción baja, situándose en el 6,18 y 4,94 respectivamente, sobre todo si lo comparamos con datos previos al estallido de la crisis. En un estudio de enero de 2008 el 49% de los encuestados afirmaba estar mucho o bastante feliz con su trabajo.

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