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Esto es lo que significa que la OMS haya declarado que el mundo afronta una 'pandemia' con el coronavirus

Ecuador confirma el segundo foco de coronavirus y eleva a 14 los contagiados

Belén Remacha

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado este miércoles un salto terminológico importante para la gestión de la propagación del coronavirus. El director general de ese organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesu, ha declarado por primera vez desde que se desató el brote en Wuhan (China) que, debido a la propagación mundial de la enfermedad, su última evaluación de este miércoles determina “que la enfermedad COVID-19 puede ser considerada una pandemia”.

Ghebreyesu ya había anunciado hace tres semanas que el mundo debía estar preparado para afrontar “una potencial pandemia”, pero hasta ahora habían mantenido la propagación del coronavirus en la categoría de “epidemia”.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU define una epidemia como “un aumento, a menudo rápido, en el número de casos de una enfermedad superior a lo que normalmente se espera para esa población en esa área”.

Una pandemia, por su parte, en palabras de la OMS, es “la propagación mundial de una nueva enfermedad”. Es decir, en una pandemia la nueva enfermedad no está localizada en unos focos concretos, sino que se ha expandido por distintas partes del planeta más descontroladamente y por ello se requieren unas acciones distintas. Ghebreyesu ha hablado en la comparecencia de este miércoles de que buscan impulsar que los países tomen medidas “más intensas y agresivas”. La última vez que la OMS declaró una pandemia fue en 2009, con la gripe A (H1N1).

La OMS toma esta decisión cuando el coronavirus ha llegado ya a 118 países y se han vivido un importante incremento de casos en el último mes en algunos, más allá de China y de ciudades y regiones concretas a las que les había afectado. “Estamos preocupados por los niveles alarmantes de propagación y por los niveles alarmantes de inacción”, ha advertido Ghebreyesus. Ha habido más de 120.000 positivos en el mundo. El segundo país, tras China, con más casos, es Italia. España, que hoy ha superado los 2.000, es el quinto. 

Una nueva fase de gestión

Muchos de los esfuerzos de coordinación internacional estaban puestos en que se mantuviese únicamente la transmisión autóctona y con ella la calificación de 'epidemia'. Pero que, según la declaración de 'pandemia' de la OMS de hoy, no se haya logrado, no quiere decir que las autoridades se den por vencidas en cuanto a los objetivos de 'contención' para que se frene la transmisión del virus entre ciudadanos dentro de los propios países afectados y de unos a otros.

La principal característica es que la 'pandemia' comporta diferencias de gestión respecto a la 'epidemia'. Ghebreyesus lo ha matizado diciendo que la palabra 'pandemia' no se puede usar a la ligera o imprudentemente porque puede causar un “miedo irrazonable” o una “aceptación injustificada de que la lucha ha terminado”.

Lo que implica la nueva fase será seguramente otro tipo de políticas internacionales a gran escala, algunas dirigidas a la mitigación y minimización de los efectos, que, con el anuncio recién hecho, aún es pronto para definir. La prevención individual sigue igual: las principales medidas que se pueden tomar son la mantener la higiene de manos y cara y evitar salir de casa si se notan síntomas similares a la gripe común.

Lo explicaba hace unos días a eldiario.es María Montoya, directora del grupo de Inmunología Viral del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB) del CSIC: “Considerarlo pandemia no significa tirar la toalla en cuanto a continuar con la prevención. Lo que significa es que el virus se ha transmitido a muchos países y se pasa a otra fase de gestión. Es una decisión política, social, médica y económica, pero, desde el punto de vista del virus, a él le da igual que hablemos de pandemia o de epidemia”. ;

Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, también contestaba a este periódico sobre el tema cuando surgió el brote en Italia y la OMS advirtió del riesgo de pandemia. Entonces era “una posibilidad” llegar al punto que se anuncia este 11 de marzo, pero había que centrarse “en que no se extienda más allá de la transmisión autóctona. Si resulta que no lo conseguimos, habrá que aceptarlo y poner en marcha otras políticas, como: educación generalizada para la población sobre el virus y la enfermedad, medidas de ;higiene masivas, extremar la investigación en la vacuna. Aceptar que las cosas son como son, pero siempre con el principio de que las acciones no hagan más daño que el bien que tienen que hacer”.

Durante el siglo XX se vivieron tres pandemias de gripe, un virus distinto que el que provoca la neumonía COVID-19 pero que se contagia de forma similar. La primera fue la de 1918. La segunda fue la gripe asiática de 1957, saldada con alrededor de dos millones de muertes en todo el mundo. La tercera la de Hong Kong de 1968, con un millón.

En un mundo ya globalizado, tampoco se logró en 2009 contener el virus de la gripe A y se convirtió en pandemia, la última declarada. Pero la gripe A resultó ser más leve de lo que se pensaba en un inicio y, al contrario que al coronavirus, las personas mayores de 60 años desarrollaron cierta inmunidad.

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