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“Hola, soy Íñigo Errejón”: la campaña telefónica que sorprende a los madrileños emulando a Alexandria Ocasio-Cortez (y a Rajoy)

Carlos del Castillo

En este momento hay más de mil madrileños esperando a que Íñigo Errejón les llame por teléfono para debatir sus ideas con él. Es fruto de una campaña peculiar en la política española, que comienza con una llamada y un inesperado “Hola, soy Íñigo Errejón. Esta es mi voz grabada, pero preferiría estar hablando contigo” al descolgar. El equipo del candidato a presidir la Comunidad de Madrid por la marca MásMadrid ha usado las Páginas Blancas para programar “decenas de miles” de llamadas automáticas. En todas se reproduce el mismo mensaje, en el que Errejón ofrece la posibilidad de hablar personalmente: “Si quieres que te llame en algún momento, pulsa 1”.

La campaña comenzó este 12 de marzo y la reacción fue automática. Cientos de usuarios aseguraban sorprendidos en redes sociales que acababan de recibir una llamada de Errejón sin previo aviso. Fuentes de la candidatura explican que la iniciativa “se está desbordando”: “Hay mucha gente que quiere hablar con Íñigo y no sabemos si dará tiempo a llamar a todos”, cuentan. La lista aumentará más, puesto que la campaña de llamadas automáticas no concluye hasta el próximo sábado.

“Estamos trabajando en una campaña en la que escuchar a todo el mundo es central”, justifican desde el equipo de Errejón. “Se nos ocurrió la idea de las llamadas. Nos preocupaba cómo podría recibirlo la gente, al ser en un primer momento una llamada enlatada. Investigamos un poco y vimos que Alexandria Ocasio-Cortez, Bernie Sanders o Jeremy Corbyn habían realizado iniciativas similares (aunque no del todo iguales)”, continúan: “Eso nos confirmó que era una buena idea y utilizamos tecnologías parecidas para hacer un primer filtrado de las llamadas”.

Aunque el equipo de Errejón cita a referentes de la izquierda internacional como inspiración, su iniciativa no es inédita en España. Como recuerda el politólogo Ignacio M. Granados, Mariano Rajoy protagonizó campañas similares. La primera representó una de las primeras irrupciones de la política en el terreno digital, en 2008: “Invirtió 100.000 euros y la campaña fue un éxito hasta que se gastó el dinero”, recuerda Granados, miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política. La campaña de Errejón no ha ofrecido datos de cuánto ha costado su iniciativa.

La puesta en escena del expresidente era más elaborada, aunque ficticia. Se servía de una página web en la que, tras introducir el nombre y el número de teléfono, aparecía un vídeo que lo mostraba a él junto a varios miembros de su equipo como Ana Pastor o Pío García-Escudero. Se suponía que estaban a punto de empezar una reunión cuando Rajoy dice: “Espera, no estamos todos, falta alguien”, a lo que García-Escudero responde “y ahora ¿qué hacemos?”. “Lo voy a llamar a ver dónde se ha metido”, intervenía el expresidente, que cogía su teléfono móvil y llamaba al número que la persona había indicado: “Hola, soy Mariano Rajoy, ¿dónde te has metido? Te estamos esperando, pero si no puedes llegar, yo lo que te pido es que nos mandes tus ideas a mi página web. Un saludo y un fuerte abrazo”.

Once años después, Errejón también solicita a aquellos que escuchen su mensaje que se registren en la página web de MásMadrid para colaborar con su campaña y sugerir ideas y propuestas. “Hay que tener en cuenta que Errejón tiene múltiples rivales no solo en la derecha, sino también en la izquierda. Por eso tiene sentido darse a conocer, porque puede haber despistados que no sepan que se presenta fuera de Podemos”, opina Granados.

¿Es legal?

La campaña no es solo poco habitual en la política española. También llega en un momento de máxima sensibilidad respecto al uso que pueden hacer los partidos políticos de los datos personales de los ciudadanos obtenidos en Internet. Con la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales (LOPD), aprobada el pasado noviembre, los partidos diseñaron un artículo a su medida, muy favorable y donde no se restringe nada este tipo de prácticas, en contraposición a todas las restricciones para el uso de datos que tienen offline“, denuncia Elena Gil, jurista especializada en protección de datos en la consultora Secuoya Group.

En la citada Ley, los partidos se autorizaron a tratar con fines electorales los datos que encontraran en “fuentes de acceso público”, una categoría en la que encajan las Páginas Blancas a las que ha recurrido Errejón. En el primer impacto, el candidato de MásMadrid solicita un consentimiento expreso para seguir en contacto, con lo que el usuario acepta legalmente el tratamiento de su información. “El problema es que la nueva normativa restringe el uso de los datos a un período de campaña electoral en el que aún no estamos”, expresa Gil.

“Los partidos van a moverse constantemente en estas zonas grises, dejando abierta la puerta para intentar argumentar que no son actos de propaganda electoral”, advierte la jurista, que cita también la campaña oculta del PP con un vídeo de Epi y Blas que reveló este martes eldiario.es. “Parece que están disfrazando actividades electorales intentando rodear la definición exacta de campaña electoral. Igual que el vídeo de Epi y Blas, que parece ser que es un acto de militantes y no de campaña electoral, aunque en la práctica se podría decir que sí”.

Para evitar contactos como este, Secuoya Group acaba de lanzar una iniciativa para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a no recibir propaganda política de antemano. Lo han denominado 'lista Viernes' en un juego de palabras con la 'lista Robinson', el fichero en el que los ciudadanos pueden incluir sus datos de contacto para expresar su objeción a no recibir contactos comerciales de empresas con las que no tienen una relación contractual.

Como los partidos políticos excluyeron su propaganda de la categoría de “comunicación comercial” tras aprobar la LOPD, la lista Robinson es inútil contra su spam. La lista Viernes aspira a proporcionar una herramienta paralela que cubra la propaganda política. El ciudadano introduce sus datos y deja constancia de su oposición a recibirla. “Como es información especialmente sensible, lo que hemos hecho es aplicar una tecnología que se llama de doble ciego. Nuestros datos están cifrados y cuando un partido político nos trae su base de datos, también los ciframos. De forma que nosotros nunca podemos ver los datos que tiene un partido político, y el partido nunca puede acceder a la lista Viernes”, resume Gil.

“Lo que se hace es una comparación entre los datos cifrados, y el resultado de esa comparación son los datos que están en ambas bases de datos: qué personas de la base de datos de un partido político han manifestado a través de nuestra lista que no quieren recibir propaganda electoral. La baza para que esto pueda funcionar es que se inscriba mucha gente para generar presión social y que los partidos crucen sus base da datos con nosotros antes de enviar propaganda, ya que no tienen obligación de hacerlo”.

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