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El grupo conspiranoico violento QAnon entra al Congreso de EEUU mientras sus ideas aparecen por primera vez en las calles españolas

Marjorie Taylor Greene, en una imagen de su campaña.

Carlos del Castillo

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El resultado final de las elecciones estadounidenses aún está en disputa, pero QAnon ya se ha apuntado un tanto. Este grupo conspiranoico, que promueve teorías como que una organización de pedófilos satánicos confabula para sacar a Donald Trump del poder, se ha hecho con un hueco en el Congreso estadounidense. La republicana Marjorie Taylor Greene, seguidora declarada de este movimiento digital, ha ganado un asiento en la Cámara de Representantes por el Estado de Georgia.

QAnon “es una oportunidad única en la vida para expulsar a esta camarilla global de pedófilos adoradores de Satanás”, ha llegado a manifestar Greene, que no era una excepción en las filas republicanas. Como explica The New York Times, entre una docena y 20 de sus candidatos (en estas elecciones también se ha renovado la Cámara de Representantes y un tercio del Senado) habían mostrado algún grado de apoyo a QAnon. “Soy una más entre sus miles de soldados digitales”, se autodefinió otra de las candidatas republicanas a un escaño en el Senado.

Las conspiranoias sobre las que se asientan las creencias de QAnon aparecieron poco después de que Donald Trump se hiciera con la presidencia y están profundamente ligadas a su figura. La primera y principal es la que versa sobre esa trama de pedofilia en la que supuestamente participan altos cargos demócratas y grandes empresarios que forman parte del “estado profundo”. Según una encuesta de YouGov, hasta un 50% de los seguidores de Trump piensan que es cierta. No obstante, el movimiento ha adoptado y olvidado muchas otras conspiranoias para ir adaptándose a los acontecimientos y a la pandemia.

El FBI considera al grupo como una potencial amenaza terrorista interna. Sus seguidores han protagonizado actos violentos desde sus inicios. El Pizzagate, cuando un hombre se presentó con un rifle automático en una pizzería de Washington al creer que servía de tapadera a la trama pedófila, fue solo el primero de ellos. Sus amenazas contra aquellos que consideran enemigos de Trump han sido constantes, como el movimiento Black Lives Matter o “los antifa”, un supuesto grupo terrorista de extrema izquierda que busca desestabilizar EEUU.

Las principales redes sociales han cercado a QAnon por estas incitaciones a la violencia. Facebook ha prohibido por completo difundir sus teorías, Twitter ha eliminado miles de sus cuentas y YouTube ha vetado los vídeos que señalan a personas o colectivos concretos que son culpados por estos conspiranoicos.

Trump, lejos de condenar el movimiento digital, dijo en una entrevista en directo que está de acuerdo con algunas de sus creencias y con su labor de defensa del país. Sobre Marjorie Taylor Greene, que además de apoyar a QAnon también ha hecho comentarios degradantes sobre la población negra, judía y musulmana, el magnate ha afirmado que será una “futura estrella” del partido republicano.

El negacionismo y “los antifa” en Madrid

Los seguidores de QAnon fueron creciendo poco a poco desde 2017, extendiéndose desde el foro digital en el que nació a través de redes sociales y sistemas de mensajería como Telegram. La pandemia de coronavirus ha ofrecido al movimiento un contexto propicio para difundir teorías negacionistas o conspirativas sobre el coronavirus, encajándolas con las denuncias de que se trata de una estratagema más para derribar a Trump.

Las banderas con la Q representativa de QAnon son habituales en los mítines y actos de apoyo a Trump, pero este fin de semana aparecieron por primera vez en las calles españolas. Al menos uno de los grupos que acudió a las protestas negacionistas contra el estado de alarma en Madrid mostró la enseña. Según datos policiales, estas manifestaciones fueron minoritarias en todas las ciudades españolas donde se reprodujeron y en la capital apenas reunieron a un centenar de personas.

No obstante, la influencia de QAnon en las marchas negacionistas fue mucho más allá de sus símbolos. Después de que estas derivaran en disturbios en casi todas las ciudades en las que tuvieron lugar, la denuncia unánime en los grupos negacionistas españoles que las habían convocado fue que dichos enfrentamientos con la policía se debieron a la acción de ese grupo que QAnon y Trump señalan –sin pruebas– como el responsable de las manifestaciones contra el presidente estadounidense que se han repetido este 2020: “los antifa”.

En diversos vídeos de los disturbios compartidos en los canales de difusión de Telegram donde el negacionismo se retroalimenta y prepara sus acciones se puede apreciar como los participantes en las protestas señalan a aquellos que se enfrentaban a la policía con este mismo término. “Antifa”, de antifascista, es una agrupación con la que Trump pretendió identificar a los activistas que protestaron contra el supremacismo blanco y la extrema derecha tras la muerte de George Floyd a finales de mayo en Mineápolis tras sufrir violencia policial.

Pese a que Trump y algunos medios de comunicación los designaron como una organización jerárquica integrada por comunistas y anarquistas, los informes de inteligencia de su propio gobierno, las investigaciones de otros medios y los expertos no encontraron ninguna evidencia de que “los antifa” hubieran jugado un papel significativo en las protestas.

Al contrario, Twitter reveló que supremacistas blancos se habían hecho pasar por miembros de “antifa” en su plataforma para llamar a la violencia y achacarla a esta supuesta confederación de anarquistas y comunistas.

En España tampoco hay pruebas de que “los antifa” se infiltraran en las marchas negacionistas para incitar enfrentamientos con la policía. Por el conrtario, como ha mostrado elDiario.es, estas protestas y los disturbios posteriores sí fueron jaleados por grupos neonazis y de conspiranoicos que replican el ideario de QAnon en España.

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