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M&M: Mas y Mariano

Jesús Cintora

Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, también fueron a votar este domingo. Eso sí, no había ni una cámara de televisión esperándoles. Curioso. Hacía justo un año que Pujol había sido portada de toda la prensa con su amenaza de que haría caer “ramas y nidos”, si seguían investigando su corrupción. Por entonces, fue todo un tema de Estado. Un año después, ni un micro para el “molt honorable”. ¿Significa esta indiferencia mediática que el caso Pujol ya está resuelto? No. Seguramente es un buen indicio de cómo olvidamos asuntos aún pendientes. Para algunos, conviene olvidarlos.

Corrupciones, paro, recortes… son problemas con los que convivimos cada día, también en Cataluña, mientras vemos, flipando, sus trifulcas y debates sobre quién la tiene más grande. La bandera, se entiende. Y así querrán que pasemos días, semanas, incluso meses, sin que entren al meollo de la cuestión, mientras aparentan que no se han dado cuenta de que hay mucha gente que está hasta el gorro y pide simplemente cambio. Así creo que lo han expresado las urnas y por eso paso a contarlo.

De entrada, creo que los votos muestran que el president de la Generalitat en funciones y el actual presidente del gobierno puede que no acaben el año en sus cargos. Mas y Mariano. M&M: podríamos llamarles los “emanems”, a punto de derretirse en nuestra boca, aunque se aferren a nuestras manos. Por mucho que, como el citado dulce, Artur trate de envolverse en los atractivos colores que da una bandera, para convencer a la CUP y no ser devorado. Por más que Rajoy intente colar como el chocolate del loro el varapalo para el PP en Cataluña, que no es precisamente un tema para quedarse quieto, sentado en la mesa, mientras le sirven los vasos y los platos.

Hablaba con un importante dirigente del PP y no solo lamentaba que Rajoy entró en campaña como elefante en cacharrería y deja la vajilla para irla renovando. Me reconocía que el cambio se muestra también en que el votante muestra cierto hartazgo con las caras de siempre. La tremenda subida de Ciudadanos y, en menor medida de la CUP, vienen a señalarlo. Si Podemos y derivados dieron la sorpresa en las europeas, las municipales y las autonómicas, esta vez ha sido el partido de Albert Rivera el que confirma, tras el aldabonazo que dio ya en Andalucía, que el desgaste del bipartidismo no era solo cuestión de “naranjitos” o series de moda de dibujos animados.

Por su parte, Pablo Iglesias se lleva un buen trasquilón en Cataluña, aunque confían algunos de Podemos en que sea porque David Fernández y la CUP son lo “alternativo para la izquierda catalana” y es solo allí donde les comen buena parte del pastel. También creo que porque Miquel Iceta ha salvado unos cuantos muebles en la caída del PSC y se ha colado como una novedad en muchas casas, baile a baile, con cara de buena gente y con el mensaje de que esto de la política hay que renovarlo.

En definitiva, los tiempos cambian. El partido de Durán i Lleida ha quedado fuera del Parlament. Ahora, Mas y Rajoy, dos políticos ya muy vistos, tratan de no perder el cargo. Los dos de derechas, los dos autores de severos recortes y los dos tocados por graves casos de corrupción de los que, al menos, son responsables porque ¿ni se enteraron? Uno, heredero del “pujolismo”, que pretende que este sea un caso olvidado. Otro, sobrecogido líder por obra y gracia de Aznar, que ya le ha dicho que anda un “rato” compungido porque “España se rompe”. Pues para que no se rompa digo yo que habrá que hacer algo. ¿Y en Europa? En Europa también, don Mariano.

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