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Arte contemporáneo ... con cuatro siglos de historia

Muestra 'El Gran Silencio' en el CAAC

Amalia Bulnes

Se yergue majestuoso de espaldas a la ciudad. El Monasterio de Santa María de las Cuevas, la casa Cartuja de Sevilla, nos remite a tres conceptos: silencio, aislamiento y contemplación. Esta tríada -vasos comunicantes, sin duda, de la idiosincrasia monacal de los Cartujos- guía la exposición 'El gran silencio', todo un acontecimiento del otoño expositivo andaluz que conmemora la creación, hace 25 años, del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). Y si el leitmotiv son los tres grandes principios de la orden religiosa fundada por San Bruno hace más de un milenio, el contenido no tenía más remedio que hacer honor a la filosofía del centro que ha tomado como sede uno de los monasterios más enigmáticos, contundente y aislado de la ciudad: el arte contemporáneo. Ya sea del siglo XXI... O del XVII.

“Los monjes cartujos eran grandes coleccionistas de arte contemporáneo. En su época, claro está”, explica el director del CAAC y comisario de la exposición, Juan Antonio Álvarez Reyes. “El patrimonio de la Cartuja estaba plagado de obras de Velázquez, Zurbarán, Valdés Leal, Martínez Montañés, Murillo...”, repasa Reyes a modo de justificación del hilo argumental de la exposición: poner en diálogo algunas de las obras del Barroco sevillano creadas para ser contempladas dentro de estos muros, con otras de artistas internacionales de actualidad y discurso vanguardista.

La que han calificado como la exposición más cara del año en el CAAC (unos 80.000 de los 200.000 euros totales dedicados a exposiciones), recibe pues, al visitante, con una pieza audiovisual del célebre músico experimental John Cage, y lo despide con un lienzo del XVII de Lucas Valdés -tercer hijo de Valdés Leal- sobre los enterramientos de los patronos del monasterio que, tras dejar pasear al espectador por todos los estadíos del recogimiento y la contemplación, lo acercan al concepto de la muerte como el último gran silencio.

A pesar de las lagunas importantes con las que cuenta la exposición -no se han podido traer dos zurbaranes de Dusseldorf, además de las solicitudes denegadas por el Bellas Artes de Sevilla, entre otros-, este proyecto reúne cuatro esculturas monumentales que, gracias al equipo de investigación de esta exposición, han visto modificada su autoría y ahora se presentan bajo la mano de Martínez Montañés y Juan de Mesa. 'El niño de la espina', de Zurbarán; y 'Los desposorios místicos de Santa Catalina', de Valdés Leal, son otras de las joyas históricas que alberga la muestra en el epicentro de su recorrido.

La soledad, el silencia, la contemplación

Por lo demás, 'El gran silencio' reúne una importante selección de obras de artistas internacionales que tratan temáticas relacionadas de algún modo con algunos aspectos fundamentales de la Orden Cartuja y mencionados anteriormente, como son la separación del mundo, el aislamiento y la reclusión, la soledad, el silencio y la contemplación.

Las obras contemporáneas son de artistas tan destacados como Tino Sehgal y Tacita Dean o Doris Salcedo (esta última, premio Velázquez), que han hecho en los últimos años intervenciones en la Sala de Turbinas de la prestigiosa Tate Modern de Londres, museo que precisamente dedicó una muestra retrospectiva a otra de las artistas de la que se expone obra en El gran silencio, Susan Hiller. Asimismo, se presentan obras de artistas que han recibido el afamado premio Turner, como Susan Philipsz.

El Gran Silencio toma su título de la película del cineasta alemán Philip Gröning que también se proyecta y que sirve de atractivo añadido a la exposición, puesto que puede verse dentro de los muros de un monasterio Cartujo. El filme de Gröning sobre la cotidianidad de los monjes en la Grande Chartreuse, fundada en 1084 por San Bruno cerca de los Alpes franceses, fue premio en el Festival de Sundance.

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