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Un exnarco de Cádiz pide el indulto y no regresar a la cárcel: “Ya no soy el de antes, volver sería destrozar mi vida”

Pide el indulto porque asegura que ya está rehabilitado.

Francisco J. Jiménez

Cádiz —

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“Hoy en día ni pienso ni actúo de la misma manera que lo hacía en 2012 y pienso que no me merezco el castigo de volver a prisión. La Justicia tiene un abanico muy amplio para imponerme una pena sin necesidad de meterme en prisión”. Así habla José Antonio, un gaditano de 33 años que está peleando por lograr un indulto que le evite estar de nuevo entre rejas por un delito relacionado con el narcotráfico.

El José Antonio de ahora, padre de tres hijos, nada tiene que ver con el que conducía narcolanchas hace más de una década. Ya pasó por prisión durante seis años y cuatro meses y considera que revivir ese infierno no tiene ningún sentido. En 2018 consiguió el tercer grado, pero tenía pendiente otro juicio y la Audiencia de Cádiz lo condenó a tres años y 11 meses de cárcel por tráfico de drogas.

Por eso lleva meses clamando para lograr el indulto y cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Cádiz. “Ya fuimos a Pleno y salió un apoyo unánime, cuento con el apoyo político de los partidos de Cádiz. Se redactó el acta y se añadirá al escrito de indulto, que se presentará en el Ministerio de Justicia. Hablé con los 27 concejales en un pleno online y mi sensación fue positiva y gratificante. Ves a personas con un cargo público que te apoyan y como ciudadano me enorgullece. Me emocioné mucho”.

La maquinaria está en marcha para luchar hasta el final y que esa condena pendiente pueda cumplirla de otro modo, pero no se hace ilusiones: “Es el segundo y último intento que tenemos. Ya ha venido un indulto denegado y no quiero tener demasiadas esperanzas. Tengo cartas para jugar, estoy en mi derecho de volverlo a pedir y es lo que voy a hacer. Soy de los que piensan que hay que darlo todo, aunque el resultado no depende de mí”.

“Se pide el indulto y el perdón porque ya no tengo más opciones, pero en su día se pidió una sustitución de la pena porque en ningún momento he querido eludir mi responsabilidad. Yo ya reconocí que soy culpable, yo cometí el delito, pero a la vez también pido otra alternativa para que la vida que llevo hoy no se vea afectada por algo que hice en 2012”, aclara visiblemente emocionado.

Y es que José Antonio ya incluso ha cumplido algunos meses de la condena que le persigue como una pesadilla. “Yo ya tengo seis meses cumplidos por esta causa que estamos tratando. Yo entré por esta causa y estando en prisión cumpliendo en preventivo, me bajaron causas que yo tenía acumuladas y que venía arrastrando de mi vida pasada. Me quedé cumpliendo las causas antiguas. Volver ahora a prisión sería un destrozo”.

“En 2012 no tenía mujer, niños ni responsabilidades. Ahora se encuentran unas personas con un problema que ni lo han comido ni lo han bebido y es duro de asimilar. Vuelve a salir el sentimiento de culpabilidad y muchas cosas del pasado. Yo solo pido continuar con mi vida. No pido que me eximan de toda responsabilidad, puedo afrontar una multa o un régimen en casa. Hay muchas posibilidades”, añade.

Dos bandos en un mundo pasado

Al gaditano le cuesta mirar atrás, pero sabe que el problema de la droga puede estar íntimamente ligado con la falta de trabajo que hay en una provincia muy castigada laboralmente. “Ya hace varios años que estoy desvinculado de este tema. Entré en ese mundo sin darme cuenta. Yo tenía un modo de vida que cuando quise darme cuenta estaba metido hasta el cuello. Hoy en día no sé si será fácil encontrar estos trabajos. Ni lo sé ni me interesa porque, gracias a Dios, tengo mi puesto de trabajo, estoy feliz con mi empresa y ella conmigo. Lo que me interesa es llegar a casa después de una jornada de trabajo y acostarme tranquilo, sabiendo que el dinero que llevo a casa es un dinero limpio. Aquí hay dos bandos, siempre los ha habido y siempre los habrá. Es muy difícil de erradicar y veo lógico que la policía pida más medios para combatirlo”.

Estando en prisión demostró su capacidad de superación a nivel académico y también su predisposición a la reinserción participando en programas de voluntariado que perseguían el objetivo de advertir a los jóvenes del peligro de las drogas. Es su “trabajo personal”. “Yo no me veo ejemplo de nada, pero considero que he hecho un gran trabajo que ha sido muy largo y que no ha sido fácil. Hay que romper con muchas cosas, con muchas personas y entornos y todo eso cuesta. Sé que como persona estoy reinsertado”.

Lo sabe pero ha cargado durante años con el peso de un pasado que aparece como un fantasma en cada esquina: “El estigma de lo vivido sigue después de seis años y cuatro meses en la cárcel. Vas por la calle y piensas que todo el que se cruza contigo sabe de dónde vienes. Es solo una sensación y si trabajas por cambiarlo, desaparece. Hoy en día me siento en una terraza con mi familia y no pienso que me estén juzgando, pero cuando salí me sentía apartado porque en realidad no perteneces a la sociedad, vives al margen. No se me olvida de dónde vengo, pero me siento más parte de la sociedad que entonces”.

El siguiente paso burocrático es presentar el indulto. A la sala que lo condenó, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, se le pedirá la sustitución de la pena. “Solo quiero que todo esto pase ya y seguir adelante con mi vida”, pide José Antonio.

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