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Antonio Barce, trabajador de Airbus, una pesadilla con final feliz

Antonio Barce, en la acampada frente a Airbus.

Francisco J. Jiménez

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La historia de Antonio Barce ha tenido final feliz. Su pesadilla empezó el 15 de junio cuando fue despedido por la empresa Airbus por una baja que era considerada excesivamente larga por parte de la empresa. Casi un mes después se ha llegado a un preacuerdo por el cual la empresa se hará cargo del 95% del salario el trabajador hasta su jubilación y una compensación posterior hasta el cien por cien que deberá ser ratificada en el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) la próxima semana.

La sensación que le queda a Barce es agridulce porque considera que el daño psicológico no podrá ser reparado por ninguna medida económica. El martes recibió una oferta a la baja por parte del responsable de recursos humanos de la planta de Puerto Real y estaba dispuesto a prolongar la acampada que iniciaron a primeros de esta semana. Pero este jueves se han alcanzado un preacuerdo que le garantiza su futuro después de varias semanas en las que ha podido contar con la solidaridad del ciento por ciento de sus compañeros de la factoría gaditana.

Barce asegura que el director de la planta estaba por la labor de readmitir lo por la mala praxis del departamento de recursos humanos pero que finalmente no tuvo potestad para llevarlo a cabo y todo ha derivado en un preacuerdo que tiene que plasmarse en los próximos días. “Es la sensación que a mí y a muchos compañeros nos queda. Nos hemos visto indefensos por una chulería de una persona de la empresa que puede que no esté aquí dentro de un tiempo. Yo tengo una poliartrosis degenerativa del brazo derecho y en ningún momento se han interesado por mi salud. Han carecido de toda sensibilidad”.

Lleavaba 24 horas al día en plena calle desde el lunes, aguantando el calor delante de la factoría que ya es casi su segunda casa. Antonio Barce, de 58 años, lleva 35 trabajando en la empresa Airbus y hasta ahora luchaba por conseguir que su salida dejara de ser una pesadilla. La empresa aplicó el artículo 52d) del Estatuto de los Trabajadores después de que hubiera acumulado dos bajas médicas que suponían doce días de ausencias justificadas.

El miércoles incluso la Policía Local de Puerto Real amenazaba con desmontar la acampada. “Esto ha sido un despropósito desde el departamento de recursos inhumanos. No han tenido sensibilidad ninguna porque estoy todavía convaleciente de una reciente operación y no han tenido el detalle ni de preguntar por mi estado de salud. El servicio médico de la empresa me pidió que solicitara el alta voluntaria y que me buscaría una ubicación laboral adecuada a mi situación de salud y al final me engañaron. Después de muchos años en la empresa yo me sentía parte de la familia de Airbus y he sido utilizado de la forma más mezquina”.

Juan Antonio Guerrero, secretario general de la sección sindical de CGT en Airbus, explica que “lo han despedido aplicándole el artículo 52, que dice que el que acumule bajas superiores al 20% de su jornada en menos de dos meses puede ser despedido. Y él ha estado de baja en varios días por un problema en la espalda y lo llamaron del hospital para hacerse una intervención en un hombro por una lesión sufrida por tantos años haciendo el remachado, que es una técnica que ahora no hay pero que antes sí había”.

Han sido cinco días y medio de paro respaldado por los componentes de la plantilla puertorrealeña, aunque en este caso ha contado con el apoyo del comité interempresas del grupo. Los trabajadores hicieron una votación para seguir con las movilizaciones a nivel local o llevarla al comité interempresa, que es el órgano de representación de los sindicatos de todas las plantas de Airbus de España. En la votación ganó el interempresas y el pasado viernes se llegó a un acuerdo en el que quedaba claro que Barce no podía ser readmitido pero que contaría con una “solución social” para que no tuviera ninguna merma ni salarial ni en su jubilación.

“Desde Madrid teóricamente se llegó a un acuerdo pero finalmente la propuesta que me han hecho llegar desde Puerto Real no tiene nada que ver con lo que se habló en un primer momento. La persona que lleva al departamento lo lleva como si fuera un cortijo y lo que me ha propuesto no se ajustó al acuerdo del pasado viernes”, denuncia el trabajador.

Fuentes de la empresa entienden que se ha apostado “por la negociación y por el diálogo” y aplaude que haya “puntos de entendimiento con la mayor parte de la representación sindical. La negociación se sigue tramitando a través de los cauces establecidos para ello”. Otro de los puntos de acuerdo que debe rubricarse es el de convertir los contratos temporales de trabajadores llegados por el ETT en contratos temporales de la propia Airbus.

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