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Sanidad pública
La demora en atención primaria destapa las carencias de la sanidad andaluza en pleno invierno

Los profesionales piden más recursos para evitar que las consultas se colapsen

Álvaro López

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La atención primaria no acaba de despegar en Andalucía. La puerta de entrada a la sanidad pública no funciona bien. Casi un año después de que el Gobierno de Juan Manuel Moreno pusiera en marcha un plan de choque para mejorarla y sin que la pandemia la esté colapsando, la realidad es que la demora en las citas sigue siendo el gran lastre que arrastran los centros de salud de Andalucía y que afectan directamente al personal sanitario. Por eso, desde el Sindicato Médico no descartan ir a la huelga el 27 de enero y el Sindicato Médico de Primaria ya ha convocado su propio parón para el 20 de enero, aunque sin respaldo sectorial hasta el momento.

La cifra que maneja el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en cuanto al tiempo que tarda un ciudadano en obtener un encuentro con su médico de familia es algo mejor que a finales de verano, cuando Catalina García se estrenó como consejera en sustitución de Jesús Aguirre; pero no lo suficiente como para hablar de que la demora está acortándose drásticamente. Salud asegura que, a día 4 de enero, el tiempo de espera está situado en 3,46 días de media para tener una consulta presencial, mientras que en septiembre la tardanza era de 3,72 días. En teoría, si un ciudadano de Andalucía intenta ver a su médico de cabecera, podría hacerlo en muchos casos en menos de cuatro días. Pero la Administración habla de media y la realidad parece desmentir esa estadística.

Según los testimonios recogidos por elDiario.es Andalucía de ciudadanos y sindicatos, la demora asistencial sigue siendo muy desigual en toda la región. Hay lugares en los que sí es posible conseguir una consulta en poco tiempo y otros en los que o no hay fechas disponibles, la más próxima supera los 10 días de espera o tienen que optar por la cita telefónica (que también en algunos casos es más tarde que la presencial). Al mismo tiempo, hay localidades en las que ni siquiera hay servicios de pediatría desde hace semanas por falta de personal.

Porque tras la demora asistencial que padece la sanidad pública de Andalucía, hay varios factores que confluyen en uno solo, según denuncian desde el sector: no hay plantilla suficiente. Las razones que explican este déficit son múltiples, pero se resumen en que existe una fuga de profesionales andaluces hacia otras comunidades autónomas que impide que se cubran las bajas por enfermedad y las jubilaciones. Un problema que va en aumento y que preocupa a los sindicatos especialmente.

Pérdida de profesionales

Según la información que aporta el propio SAS, al final de esta década se habrá jubilado más del 40% de los profesionales sanitarios con los que cuenta la sanidad andaluza, lo que traducido en la atención primaria implica que habrá menos médicos de familia que en la actualidad, salvo que se consigan retener a los graduados que salen de las universidades, cuyo número tampoco es amplio. Algo que de momento no está ocurriendo, con un éxodo especialmente importante a comunidades como Cataluña o País Vasco. “Nada más salir de la carrera nos ofrecen contratos de un año y condiciones salariales mejores”, explica Irene García, una médica de cabecera de 32 años que trabaja en Bilbao a pesar de ser granadina.

Con estos ingredientes se explica la situación actual de la atención primaria en Andalucía. Si bien la campaña navideña ha terminado, el periodo de alta frecuentación se extiende durante todo el invierno por la aparición de virus respiratorios, que no obstante se dan sobre todo entre los meses de noviembre y diciembre. Sin embargo, este periodo hace que las consultas médicas tengan más afluencia de pacientes por la explosión de enfermedades relacionadas con enfermedades como la gripe o resfriados agudos. Sobre todo ahora que la pandemia de la Covid-19 ya no está colapsando la atención médica y que la mascarilla se ha retirado, los virus respiratorios han regresado con más fuerza tras dos años contenidos, según explican fuentes sanitarias.

Por ello, el SAS indica que la demora asistencial de este invierno es sensiblemente mejor que la del pico que se alcanzó en el anterior. Si a día 4 de enero la espera para una consulta presencial es de 3,46 días, el 28 de diciembre de 2021, esta alcanzó su pico máximo con 5,87 días de tardanza. Un dato en el que no hay que perder de vista que en ese día de 2021 se seguían produciendo olas de contagios por coronavirus que taponaban la atención en los centros de salud.

Desde el SAS reconocen la falta de plantilla como el principal problema tras esta demora. Fuentes oficiales de Salud argumentan que “a pesar del esfuerzo de la Junta por el mantenimiento de los contratos Covid y el plan de alta frecuentación, hay una escasez de médicos en el sistema como se ha venido denunciando y reclamando medidas para combatir esta falta de personal al Gobierno central”. En ese sentido, la realidad se parece más a los argumentos que ofrecen los sindicatos sobre el colapso asistencial.

Los médicos, principales afectados de esta demora en la atención primaria, son los primeros en lamentar la situación. Basta hablar con cualquier especialista de familia para que señale que afrontan a diario largas listas de pacientes, que ni siquiera las consultas de acogida introducidas por el SAS hace algo más de un año y la continuidad asistencial que permite alargar la jornada de trabajo cobrando un extra han hecho que mejoren. Los médicos de familia dicen estar extenuados y lamentan no tener tiempo para atender a los pacientes como deberían. Al respecto, desde el sector creen que hace falta contratar unos 1.200 galenos para acabar con este problema.

Los sindicatos dudan del SAS

Rafael Ojeda, miembro del Sindicato Médico, quienes amenazan con una huelga el 27 de enero si no mejora el panorama, no se cree la estadística que ofrece el SAS con respecto a la demora asistencial. “Nosotros lo que decimos es que esos datos no son representativos de la realidad. La demora media no refleja los picos de demora que se dan en centros concretos en periodos específicos. Por ejemplo, en Lebrija hemos tenido en los últimos días una grave crisis, hasta el punto de que de 15 facultativos solo había trabajando cuatro. Esto significa que la posibilidad de atender a la población prácticamente desaparece. Cuando se dan datos globales a nivel autonómico, todos estos picos quedan anulados”.

“Hay provincias en las que no hay graves demoras. Sin embargo, en Sevilla, algunos centros están en condiciones muy malas. Lo que siempre pedimos es transparencia: que den los datos diarios por centro. Entonces se vería donde se producen las crisis, pero eso no lo van a hacer porque la estadística a gran escala diluye los problemas concretos”, añade Ojeda. Algo parecido a lo que señala Antonio Macías de UGT. Tampoco se cree los números que da el SAS. “Han debido de coger la consulta de algún privilegiado que tiene esa demora de tres días y medio, pero la realidad la conocemos de primera mano porque hacemos el ejercicio de pedir cita por toda Andalucía y los datos no engañan a nadie”.

Hay “falta de transparencia”

“Siguen metiendo la cabeza debajo de la alfombra para no querer enterarse de nada y regalándose los oídos para tener datos positivos. Mienten de una forma descarada y no les pasa nada. O bien no dan datos ciertos o los ocultan como están haciendo con los 12.000 profesionales de refuerzo que no sabemos todavía cuánto tiempo renovaron, ni quiénes, ni de qué categorías ni en qué centros. La falta de transparencia es la única realidad en la Consejería de Salud y en lo único que se refugian para salvaguardar la debacle asistencial en la que está degenerando nuestro sistema público”, sentencia el portavoz de UGT.

SATSE, CSIF y CCOO siguen la misma línea que el resto de la mesa sectorial. La falta de personal y el aumento de virus respiratorios son los dos principales factores que están desvelando las carencias de la atención primaria en Andalucía para estos sindicatos. No obstante, Luis González, portavoz de CCOO, va un paso más allá y apunta al posible interés real de la Junta de Andalucía: “Privatizar la sanidad por la vía de destruir la sanidad pública para que sea la población la que se saque seguros privados. Porque es intolerable que para quitarse un tapón en el oído, tratarse una conjuntivitis o que te vean un cuerpo extraño en el ojo haya que esperar 15 días o irse a urgencias”. Él mismo, cuenta pidió cita antes del 30 de diciembre y ha tenido que esperar al 9 de enero para tener una consulta telefónica.

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