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Vergüenza
Siento vergüenza como ciudadano español y europeo al mirar y reflexionar sobre lo que acontece a nuestro alrededor a escala local y poniendo las luces largas a escala global. Vergüenza por el comportamiento hipócrita ÿ antipatriota de algunos que presumen de ser españoles. Acudo a Michel de Montaigne (1533-1592), el filósofo y humanista francés: “Veo con evidencia que no concedemos a la devoción sino aquellas prácticas que halagan nuestras pasiones. Nuestra religión fue instituida para extirpar los vicios, más sin embargo, los cubre, los engendra y los incita”.
'Vergüenza' es una novela de Salman Rushdie (Bombay, 1947), ya sabes, lector, lectora, el autor también de 'Hijos de la medianoche' y de 'Los versos satánicos', obra que provocó en 1989 la fatua del lider supremo iraní, el ayatolá Jomeini contra el escritor, y que fue la causa del ataque que sufrió Rushdie el 12 de agosto de 2022 cuando iba a dar una conferencia en Nueva York. El agresor estadounidense de origen libanés ha sido condenado a 25 años de prisión.
Según el diccionario de María Moliner, “vergüenza es un sentimiento penoso de pérdida de la dignidad por alguna falta cometida por uno mismo o por una persona a la que uno está muy ligado, o por una humillación o insulto sufrido”. La vergüenza ajena “es la sensación de incomodidad, pudor o rechazo que se experimenta al presenciar la conducta de otra persona que consideramos embarazosa, ridícula o patética”.
Hace poco, en la retransmisión de Eurovisión, sentí vergüenza ajena al ver los resultados de ese espectáculo que empezó en 1961como una invitación a la unión y participación colectiva europea por medio de la música, y que fue muy loable, pero que hoy está manipulado políticamente. Si tenemos en cuenta que uno de los mayores patrocinadores de Eurovisión es israelí, blanco y en botella, o apaga y vámonos.
Los mayores recordamos la participación española de Conchita Bautista en 1961, Massiel ganó el Festival en 1968 en Londres con “La, la, la”, tras la renuncia de Serrat al prohibirle cantar en catalán. En 1969 Salomé ganó con “Vivo cantando”. Algunos participantes españoles en los últimos 64 años fueron Raphael, Julio Iglesias, Mocedades, Paloma San Basilio, Karina, Peret, Sergio Dalma, Rosa López, Pastora Soler, Edurne, o Melody este año, que ha acabado la penúltima injustamente con unas votaciones escandalosas que han provocado la ira del padre de Melody y la vergüenza ajena de muchos ciudadanos españoles y europeos por la manipulación de los votos para que sin merecerlo, la representante de Israel, fuera segunda y Melody, la representante española, quedara la penúltima tras una masiva manipulación del voto, pues nos estamos enterando de los tejemanejes políticos, ideológicos y religiosos que rodean a este festival cada vez más circense que musical, aunque reconozco que participan algunas muy buenas voces.
¡Las juventudes populares se regodearon en las redes tras votar masivamente a Israel y ver que quedaba segunda en el festival! ¡Quien siembra odio recoge odio!
¡Qué vergüenza y descrédito! para los dirigentes de Eurovisión que amenazaron con multar a TVE por poner antes de la emisión del festival, un cartel: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina”. La TV belga también hizo algo similar. Al poco del cartel de TVE, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, escribió en su cuenta de Twiter (X): “Ya nos gustaría ver a los del numerito de ”Eurovisión RTVE“ con Israel, decir algo del terrorismo, o de la ejecución o encarcelación a homosexuales en países musulmanes... RTVE en esta gala es, de lejos, la más secuestrada por la politización bochornosa de todo lo público en manos de su gobierno. Síntoma de debilidad y decadencia de régimen. Dicho esto, ¡felicidades @soyyomelody!”.
Hay que ser hipócrita y miserable para felicitar a Melody tras influir en su hundimiento. Tras estas declaraciones se desató una tormenta de reacciones ante la frivolidad de Díaz Ayuso, “el numerito”, con las más de 53.000 personas asesinadas en el genocidio (no es guerra como dicen muchos medios) perpetrado por el ejército de Israel en Gaza. Tras los ataques criminales de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel, que condenamos rotundamente (la representante de Israel, Yuval Raphael, que quedó segunda, fue una de las supervivientes a esos ataques), Israel ha llevado y lleva a cabo una campaña de exterminio del pueblo palestino. Mientras se festejaba Eurovisión, más de 130 personas resultaron muertas en Gaza por los ataques israelíes.
¡Las juventudes populares se regodearon en las redes tras votar masivamente a Israel y ver que quedaba segunda en el festival! ¡Quien siembra odio recoge odio! ¿Son sensatas las declaraciones de Díaz Ayuso? Como aquella frase injuriosa desde la tribuna de invitados del Congreso, y captadas por un cámara: ¡Hijo de puta!, que silabeó con odio hacia el presidente Sánchez, que luego, suponemos asesorada por MAR, el maligno, transformó en “me gusta la fruta”.
En abril de 2024, tras la carta de Sánchez anunciando unos días de reflexión ante el acoso político, mediático y judicial contra su esposa, contra él y su familia, José María Aznar dijo: “el que pueda hacer que haga, el que pueda aportar que aporte”. El 12 de mayo en un desayuno informativo, Díaz Ayuso dijo: “Pienso que cada uno tiene que dar su mejor versión. Lo están haciendo muchos jueces, muchos fiscales, muchos periodistas, rectores, representantes de la sociedad civil, empresarios que están dejándose la piel y dando su mejor versión”. El diputado Gabriel Rufián de ERC, refiriéndose a esas declaraciones, ha hablado de golpe de estado blando, a usted, lectora, lector, ¿qué le parece? ¡A mí, la manipulación de Eurovisión, la postura de quienes niegan el genocidio en Gaza y no condenan a Israel, y declaraciones de políticos que alientan a la gente a la subversión desde el odio y la no aceptación de la legitimidad democrática en nuestro país, me producen vergüenza ajena! Antonio Machado ya lo predijo: ¡“Españolito...una de las dos Españas ha de helarte el corazón”! Y, como expresó con tristeza don Miguel de Unamuno, viendo el panorama que tenemos, a mí también ¡me duele España!.
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