El Gobierno aprueba una hidroeléctrica de Villar Mir en un terreno “inestable” junto a la presa granadina de Rules
Granada contará con una nueva central hidroeléctrica junto a la presa de Rules, pese al potencial peligro geológico que representa. El proyecto de Villar Mir Energía para instalar una estación de bombeo con dos balsas cercano a este embalse y en pleno corazón de Los Guájares -que fue escenario de un gran incendio hace tres años- se levantará en un terreno geológicamente “inestable”, tal y como reconoce el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). Un hecho que no ha impedido que el Gobierno central y la Junta de Andalucía den luz verde a su construcción, al tiempo que genera preocupación a vecinos, Ecologistas en Acción y a partidos políticos como Podemos.
No en vano, el Ministerio, a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) y consultado por este periódico, admite la “inestabilidad” del terreno en el que se construirá esta central hidroeléctrica, que tendrá una capacidad máxima de producción de energía de unos 350 MW. En concreto, el Ejecutivo señala que “debido el carácter inestable del sustrato geológico, debe realizarse el seguimiento de la efectividad de las medidas geotécnicas proyectadas, así como de control de la erosión”. O lo que es lo mismo, que se monitoreará la ladera en la que se levante para prevenir accidentes, pese a que también reconoce que el entorno geológico sufrirá una impacto “moderado” en su morfología.
El proyecto, presentado en 2017 y que lleva en estudio casi una década, tendrá una inversión superior a los 1.000 millones de euros y generará decenas de puestos de trabajo, lo que ha hecho que la sensación sobre su potencial peligrosidad varíe en función de su influencia económica en la zona. Mientras Villar Mir Energía afirma que la afección será mínima en el terreno porque será una obra soterrada en su mayoría y que la estabilidad geológica está asegurada por estudios realizados en Madrid y Granada, el Ayuntamiento de Vélez de Benaudalla, el municipio en el que se construirá, se muestra satisfecho por la obra, así como parte de los regantes.
Por otro lado, sociedad civil, Ecologistas en Acción y Podemos no esconden su preocupación por los peligros asociados a una obra que no solo modificará la geología de una zona inestable -la propia autovía A-44 que pasa por la zona ha de ser restaurada cada cierto tiempo- sino por considerar que la construcción de la central no mejorará la vida local y que, por el contrario, afeará el entorno natural.
La planta hidroeléctrica se situará en el municipio de Vélez de Benaudalla, junto a la Sierra de los Guájares, tendrá dos balsas con un salto de agua de algo más de 500 metros, que estarán conectadas por tuberías y turbinas reversibles con el fin de generar electricidad aprovechando el agua del propio pantano de Rules, que hace uso del caudal de la lluvia y del río Guadalfeo para llenarse. Según el proyecto, se utilizarían unos 60 metros cúbicos de agua por segundo cuando la planta esté funcionando a pleno rendimiento y no se perderían porque estarían en un circuito cerrado. Se estima que, al año, sólo se evaporaría entre un 0,5 y un 1% del agua empleada. Algo que, de paso, responde a las dudas de algunos regantes que temen perder caudal de riego para sus tierras.
Las dudas sobre el proyecto
Con los datos en la mano desde hace casi una década, la oposición al proyecto ha ido creciendo con el paso del tiempo. Una de las voces más beligerantes contra el proyecto es la de Martina Velarde, diputada de Podemos por Granada en el Congreso. “La transición energética no puede hacerse a cualquier precio ni para enriquecer a los de siempre”, apunta. A su juicio, el Miteco no puede aprobar un proyecto cuando se reconoce en su propio informe de viabilidad que el terreno puede sufrir deslizamientos y erosión severa. “Este proyecto es pan para hoy y hambre para mañana. Andalucía no puede seguir siendo el patio trasero energético”, dice Velarde. Se trata, además, del mayor proyecto de este tipo de la provincia de Granada.
Un argumento, el del potencial peligro geológico para el entorno, se apoya en informes y estudios como el que desde la Universidad de Granada alertaba hace ya años de la inestabilidad del terreno junto al embalse de Rules. Por eso, a juicio de Podemos, que se haya aprobado el proyecto solo se explica porque la empresa que está detrás es Villa Mir Energía, perteneciente a la familia Villar Mir, el ex político que alcanzó cargos relevantes durante la dictadura franquista y los primeros años de la transición democrática. Una opinión que comparten miembros de la sociedad civil consultados por este medio, así como Ecologistas en Acción, al dudar de la idoneidad de este proyecto si no perteneciese a dicha empresa. Desde la compañía se defienden recordando que llevan ocho años trabajando en el proyecto y que nadie se lo ha puesto fácil.
Precisamente desde Ecologistas en Acción, Juan Antonio Martínez Romera apunta a que habrá un “impacto ecológico brutal” en toda la zona de la instalación. Aunque el proyecto contempla la plantación de nueva vegetación, el conservacionista dice que habrá “una balsa de kilómetro y medio de largo, una excavación brutal, un daño tremendo al entorno”. “Ellos lo venden como energía verde, pero esto ni es energía verde ni puñetas: es un sinsentido” porque, según recuerda, Villar Mir Energía ha solicitado más de 60 metros cúbicos por segundo del caudal del embalse, que es diez veces más agua de la que lleva el río Guadalfeo, lo que preocupa en épocas de potenciales sequías. “Había otros proyectos más interesantes y menos lesivos, pero se ha apostado por este de Villar Mir y eso nos hace pensar mal”.
Una central “totalmente beneficiosa” para algunos
Mientras desde Ecologistas en Acción denuncian la pasividad de los ayuntamientos de la zona no solo para frenar el proyecto, sino las torres de alta tensión y la infraestructura asociada “que perjudicará al valle para siempre”, precisamente el consistorio más afectado, el de Vélez de Benaudalla se muestra muy favorable a la central hidroeléctrica. Francisco Gutiérrez (PSOE) dice que se está “mintiendo mucho” por parte de algunos interesados que “no conocen la zona” porque el proyecto es “totalmente beneficioso”. Reconoce que, desde hace años, hay buena sintonía con Villar Mir Energía y que todo lo que les han explicado “tiene mucho sentido y es positivo”.
“Todo es beneficio en esta central reversible y no se le va a robar agua a los agricultores”, asegura el regidor. Además, “el impacto visual será mínimo” porque “la tubería va soterrada y se reforestará con más árboles de los que se talen”. Por otro lado, el alcalde dice que la central servirá “para apoyar el sistema energético y evitar cortes de suministro” y creará decenas de puestos de trabajo que mejorarán la vida de las familias del municipio.
No en vano, otra de las variables que ponen encima de la mesa quienes se oponen a esta infraestructura es la del futuro de los trabajadores agrícolas. Aunque hay regantes que expresan su temor de que este tipo de proyectos acaben por sepultar sus tierras física y económicamente, desde la Comunidad de Regantes de Vélez de Benaudalla no lo ven así. Uno de sus portavoces, Joaquín Ramos, se muestra a favor de la central porque es energía limpia y que, si hay algún problema, es el provocado por el embalse de Rules. “Nosotros no pedimos su construcción y nos van a hacer pagar un canon por eso y por las canalizaciones cuando siempre hemos usado el agua del río Guadalfeo para regar de forma tradicional”. A su juicio, ese es el verdadero problema que afecta a su futuro.
“Prevenir” los riesgos potenciales
En cualquier caso, con la autorización por parte del Miteco para la construcción de esta central hidroeléctrica, se pone fin a casi una década de trabajos por parte de Villar Mir Energía y las administraciones, que en este tipo han alternado su signo político en la Junta de Andalucía y el Gobierno de España. Desde la empresa defienden el proyecto como seguro, necesario y poco invasivo. Argumentan que la central estará casi totalmente soterrada y que cuenta con estudios geológicos exhaustivos que descartan riesgos de deslizamientos. Afirman que no consumirá agua, que revegetará las zonas afectadas y que aportará un valor esencial al sistema eléctrico andaluz y nacional. Frente a las críticas, recalcan que es una infraestructura “muy neutra” en lo visual y que generará empleo e inversión local.
Quienes también se han pronunciado han sido tanto la Junta como el Ejecutivo tras las pertinentes consultas por parte de este periódico. Desde el Gobierno andaluz se limitan a decir que su responsabilidad sobre la central se ha basado en emitir los informes correspondientes. “Se trata de aportaciones técnicas que forman parte del expediente, pero la decisión final sobre la autorización y las condiciones del proyecto corresponde al órgano competente, que en este caso es el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Además, al estar la actuación vinculada a zonas de dominio público hidráulico, también interviene la Administración del agua. Por tanto, la Junta cumple con su obligación de informar, pero no es la administración que otorga la autorización”.
En todo caso, desde el Miteco recuerdan que el Ejecutivo regional también es responsable de esta infraestructura al haber hecho un seguimiento de las medidas ambientales que deben llevarse a cabo para que se construya. En cuanto a los potenciales peligros, “han sido analizados en detalle en la Declaración de Impacto Ambiental publicada en el BOE”, apuntan desde el Ministerio. La resolución incluye la identificación de los riesgos asociados al proyecto -como la estabilidad de la ladera, la necesidad de revisiones periódicas y medidas correctoras, la afección paisajística y territorial, la reposición de hábitats y vegetación, así como el impacto de las infraestructuras asociadas- y establece obligaciones y condiciones específicas para prevenir, corregir y compensar dichas afecciones“, sentencian.
De este modo, Granada contará con una de las infraestructuras hidráulicas más importantes de España y la principal de la provincia en un terreno geológicamente inestable, pese a las advertencias de Ecologistas en Acción, sociedad civil o partidos como Podemos. Aunque el temor a peligros que puedan derivarse de la obra está implícitamente reconocido por todas las partes, el valle del río Guadalfeo, la Sierra de los Guájares y el entorno del pantano de Rules contarán con una central que nace al abrigo de las dudas de quienes temen un desenlace peligroso.
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