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¿Juicios paralelos? Caso práctico: la falsa violación de Málaga en televisión

EFE

Javier Ramajo

El Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) ha constatado en un informe “la vulneración sistemática del derecho a la presunción de inocencia” en el tratamiento ofrecido en cinco televisiones al caso de la denuncia falsa de violación de una joven en Málaga, ocurrido justamente hace un año, y en el que se vieron implicados cinco jóvenes, dos de ellos menores de edad. Son los llamados juicios paralelos, donde las formas de trasladar la información por parte de algunos medios de comunicación condenan directamente a los simplemente sospechosos.

Tal y como vino informando eldiario.es/andalucia, tres días después de que la joven presentara la denuncia y con los jóvenes ya en libertad con cargos, la juez que instruyó el caso decidió archivarlo al concluir que no podía probarse la existencia de una agresión sexual. Un mes después, la joven admitió que interpuso una denuncia falsa y fue, posteriormente, condenada a pagar una multa y a diez meses de prisión. Entretanto, 'tuiteros' imputados en una causa derivada por supuestas injurias a la jueza que había archivado el caso. Un caso que, posteriormente, se descubrió que no había sido tal.

Supuesta violación múltiple, menores implicados, entorno ferial y debate sobre seguridad ciudadana, grabación de relaciones sexuales con móvil, etc. Ingredientes sugerentes para alimentar debates televisivos en los informativos y los magacines pero “a base de elucubraciones, juicios paralelos, grandes dosis de sensacionalismo y con la difusión de informaciones erróneas que afectaban a principios básicos como la presunción de inocencia de los detenidos”, señala el CAA en su informe de 37 páginas, al que ha tenido acceso este periódico.

Ese derecho fundamental, el de la presunción de inocencia, “no fue respetado en ninguna de las cadenas analizadas (La1, Telecinco, Antena3, Canal Sur TV y Onda Azul), que incluso difundieron –excepto Onda Azul- el dato erróneo de que los detenidos habían reconocido ha agresión”. El uso de las expresiones 'presunto' o 'supuesto' “se convirtió en un mero formulismo”. Hubo, en general, “promoción de juicios paralelos”, “sensacionalismo y tratamiento espectacularizador” y “falta de rigor informativo”.

“Otro vigilaba mientras los otros tres abusaban de la joven...”

“Otro vigilaba mientras los otros tres abusaban de la joven...”En el magazine de La1, según ejemplifica el CAA, se puso el énfasis en el detalle sin contrastar de que en el momento de la detención los jóvenes estaban “tranquilamente desayunando”. A partir ahí, se arrojaron conclusiones sobre su carácter frío y su impunidad. En el mismo espacio, una colaboradora vierte juicios de valor sobre la etnia gitana que nadie corrige (“Cuando esos chicos fueron a declarar, todos sus familiares y todo su clan estaban allí presionando, presionando”). La presentadora avala esta valoración al afirmar “una familia paya seguramente hubiera estado en casa para que no se les reconociera, no se les identificara con los acusados y, sin embargo, es verdad que estas familias gitanas van siempre en piña”.

El magazine de Telecinco sólo trató el asunto un día, al inicio del caso, sin cuestionar la culpabilidad y dando por hecha una futura condena: “Están a buen recaudo, y cuidado, que es un delito de violación… se van a pasar una buena temporadita en la cárcel”. Los informativos de esta cadena, en cinco de las siete noticias que dedicó al caso, acudieron a “fuentes no autorizadas, como familiares, vecinos y otros actores ocasionales”, explica el CAA.

En su informe, advierte de que todas estas prácticas contribuyen a la celebración de juicios paralelos, “una deriva perniciosa alimentada por el tratamiento extenso de este tipo de casos en los magacines”. “En estos casos, una vez agotada la información disponible del proceso judicial –normalmente escueta como consecuencia del secreto sumarial- este formato televisivo, compuesto de un presentador o presentadora y tertulianos que expresan su opinión sobre asuntos dispares, propicia la aparición de elucubraciones y juicios de valor.

Según el CAA, la información judicial precisa utilizar un léxico adecuado y específico a su naturaleza, lo que ocasiona que personas no expertas –incluidos los tertulianos de los magacines- en ocasiones difundan consideraciones y términos erróneos, dada su falta de especialización. Así sucedió en los magacines y los informativos de La1, Telecinco y Onda Azul, que calificaron a los jóvenes detenidos como acusados, cuando al tratarse de una fase de instrucción el término adecuado era el de “imputados”. En el magacín de La1 un colaborador afirmó, sin que nadie lo corrigiera: “No son inocentes, puesto que están con cargos. Es decir, no pueden ser inocentes, de inocentes nada. Han salido con cargos, por tanto son culpables por ahora”.

“Lo tenían todo perfectamente calculado… uno de ellos incluso grabó con su teléfono móvil, otro vigilaba mientras los otros tres abusaban de la joven...”, se escuchó en otro programa al producirse las detenciones. El CAA ha comprobado que “ninguna de las cadenas rectificó las numerosas informaciones erróneas y sin contrastar que se ofrecieron durante los primeros días, y se limitaron a informar del giro del caso”.

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