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¿Por qué han abandonado los japoneses los tablaos de flamenco?

Imagen del I Concurso Córdoba Flamenca en Tokio

Alejandro Luque

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Mayumi lleva muchos años visitando Andalucía guiada por su pasión flamenca, la misma que hizo que empezara a bailar hasta el punto de tomárselo en serio. Natural de Sendai, capital de la prefectura de Miyagi y mayor urbe de la región de Tohoku (Japón), estaba acostumbrada a encontrarse con muchos compatriotas en los tablaos y los teatros. Esta noche, en cambio, es la única japonesa en el patio de butacas del Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde asiste al estreno de una gran bailaora. “Este año, difícil”, se explica trabajosamente sin dejar de asentir y sonreír. “Covid problema, pero para mí no problema”.

En efecto, la pandemia ha sido uno de los factores fundamentales para que el flamenco haya perdido esta temporada a su público extranjero por excelencia, el tradicionalmente más fiel. Aunque en España se ha ido normalizando la vida tras dos años de estrictas normas sanitarias, en el país del Sol Naciente las restricciones se prolongarán al menos hasta el día 11 de octubre, cuando se anuncia cierta relajación. Esa ha sido la drástica solución para frenar al coronavirus en un país superpoblado en el que se han registrado 21 millones de contagios y 44.475 muertes desde el inicio de la pandemia.

La caída de visitantes se hizo ya patente la pasada primavera, durante el prestigioso Festival de Jerez, un buen indicador del movimiento de aficionados nacionales y extranjeros. Según la directora del certamen, Isamay Benavente, “comenzamos muy bien con las matrículas, pero los japoneses no han venido en masa como otros años. El país sigue estando cerrado, o al menos muy precavido ante el posible cierre. Registramos unas 25 matrículas de esa procedencia, cuando solíamos tener unas 200. Pensamos que esos 25, o bien se han arriesgado, o bien viven en otras partes del mundo, pero directamente de allí han venido muy, muy pocos”.   

“En Japón, la vacunacion de la Covid-19 empezó muy tarde. Si yo llego infectada a Japón, no tengo a nadie que me busque al aeropuerto, y en Espana no hay seguridad de que pueda contar la asistencia médica”, apunta Makiko Sakakura, directora de la revista nipona Flamencolabo.“Por eso, durante este tiempo de postpandemia, los japoneses han creado su propio mundo de flamenco japonés. Los bailaores, cantaores y guitarristas de allí se han unido para reanudar las actuaciones y para mantener sus academias, sin necesidad de España. Ahora quieren vender su flamenco. Además, todavía es difícil para los artistas españoles a Japón. No es imposible, pero hay más dificultad, es natural que pierda interés”.

Guerra y crisis 

Coinciden en señalar esta tendencia fuentes de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, quienes añaden que “a las restricciones sanitarias a la hora de viajar se suman los crecientes problemas para obtener visados. Esa es la clave, pero es posible que haya otros elementos disuasorios, como la guerra de Ucrania”.

Así lo confirma Kyoko Shikaze, veterana redactora de la revista japonesa especializada Paseo flamenco, una publicación de larga trayectoria con miles lectores. “No se trata solo de que el clima de guerra desanime a la gente, en general, a viajar”, explica la periodista. “Hay que considerar también que el conflicto ha provocado que se desaconseje sobrevolar Rusia, que formaba parte de nuestra tradicional ruta aérea, de modo que ahora hay que tomar un camino alternativo, que implica tres horas más de vuelo. Eso ha terminado por desanimar a mucha gente”. 

Pero hay algo más, según Shikaze: “Aunque en España se cree siempre que somos ricos, estamos atravesando una crisis económica muy seria, con el yen en horas muy bajas. Los japoneses han visto muy mermado su poder adquisitivo, y eso se ha notado sin duda en los viajes al extranjero. El flamenco es muy importante para los aficionados de mi país, pero por lo general es un hobby: y cuando no tienes para comer, los hobbies son lo primero que queda fuera”.

Estanis, un español que trabaja en el sector musical y reside actualmente en la ciudad japonesa de Osaka, respalda también esta teoría: “El yen está por los suelos, y eso hace que ir desde aquí a Europa o a Estados Unidos, por ejemplo, les salga mucho más caro que hace no mucho tiempo. He escuchado varias veces la cifra de que está todo un 35 % más caro. O un 35 % más barato para quien viene de Europa”.

Cambio en el turismo

“En todo caso”, concluye el español, “aunque el yen estuviera en mejores niveles, esta gente no va a viajar como lo hacía antes: el 99 lleva aún mascarilla como si fuera abril de 2020 y tienen pánico a viajar a otros países. Al resto del mundo, básicamente, donde nadie se cubre ya. Se han metido en un bucle hermético y les va a costar salir”.

Ana Romero, responsable del tablao Las Carboneras de Madrid, cree que la bajada de afluencia de turistas japoneses empezó a percibirse incluso un poco antes de la pandemia. “Dejando a un lado las causas específicas, creo que el tipo de turismo ha cambiado mucho, al menos en Madrid, donde meses de temporada baja como julio o agosto este año han sido muy buenos para nosotros. Vemos menos japoneses pero, en cambio, hemos recibido a muchísimos americanos, también desde hace tiempo. Y por supuesto españoles, una gran cantidad de turismo nacional, porque la gente lo había pasado mal con la pandemia y este año estaba deseando viajar”.   

El periodista David López Canales, autor del libro Un tablao del otro mundo sobre las relaciones entre los flamencos y los japoneses, confía en que esta ausencia de estos últimos no sea más que una crisis pasajera. “La afición allí es demasiado fuerte como para que se venga abajo en solo dos años de pandemia”, asevera. “Ahora están muy asustados, pero su pasión por este arte está cocinada a fuego lento y no va a desvanecerse así como así. Cuando ellos quieren venir a España, para aprender en Sevilla o en Jerez, a veces pasan años ahorrando y acumulando vacaciones”.   

“Seguro que son muchísimos los que están planificando ahora ese viaje para el futuro”, apuesta López Canales. “Más teniendo en cuenta que incluso allí han estado cerrados los tablaos, de manera que no han podido disfrutar del flamenco ni siquiera dentro de sus fronteras. En cuanto se normalice la situación, van a venir como locos”.    

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