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El festival de música de cámara Joaquín Turina de Sevilla echa definitivamente el telón

El Festival Joaquín Turina echa definitivamente el telón

Miriam Lorenzo

“A día de hoy, no habrá sexta edición del Joaquín Turina”. Así de taxativa se mostraba Benedicte Palko, directora del festival, durante una entrevista concedida al eldiario.es/andalucía el pasado febrero. Hoy la advertencia se ha cumplido. No habrá próxima edición de un festival bianual, con una década de historia en Sevilla, y cuya próxima edición estaba anunciada para el próximo año coincidiendo con el 135 aniversario del nacimiento del compositor sevillano. Palko explicaba hace unos meses que no tenía ninguna ayuda económica confirmada y “sin dinero no habrá festival”.

En una nota de prensa la organización argumenta que la decisión ha sido tomada “después de un tiempo de reflexión”. “No es una amenaza, es la decisión más sensata”, prosigue. Y esgrime como principal motivo la inestabilidad para la planificación. “Para asegurar un festival de calidad es imprescindible empezar las preparaciones mínimo un año y medio antes para conseguir artistas de la talla de los que suelen participar en el festival. Sin un apoyo comprometido ahora, la organización no se embarcará de nuevo en el mismo viaje de siempre, con las mismas dificultades e inseguridades, y con el mismo sentido de responsabilidad que nos impide cancelar un festival de este tamaño meses antes de su celebración, si al final resulta que en 2017 no entrara suficiente patrocinio. La organización perdería su credibilidad, igual que la ciudad de Sevilla, y nunca lo hemos permitido”.

El festival, que toma su nombre del compositor sevillano Joaquín Turina y está dedicado al arte de la música de cámara, nació en 2007. Desde entonces su popularidad ha ido en aumento hasta ser considerado por críticos internacionales como el mejor evento de música de cámara en directo de toda España por la calidad de sus cinco ediciones así como por la recuperación del patrimonio musical andaluz a través de la figura del compositor Turina.

En cada edición se organizaban siete días de conciertos, recitales, clases magistrales y ensayos abiertos al público. El año pasado contó con la presencia, entre otros, del prestigioso violonchelista canadiense Gary Hoffman, el contrabajista sueco Dan Styffe o la violinista suiza Esther Hoppe. En total, participaron 18 artistas internacionales, se creó una Banda Sinfónica con 80 músicos y asistieron 48 alumnos y becarios a las clases magistrales. Todo con un presupuesto muy ajustado, unos 35.000 euros, de los cuales 7.000 se sufragaron con las matrículas de los alumnos y “gracias a la colaboración de una veintena de voluntarios que trabajamos sin remuneración alguna desde la primera edición”, aclara la directora del evento. “Hay momentos en que pensamos que éste ha sido el gran error del festival”, aseguran los organizadores. “Haber demostrado que es posible conseguir calidad por mucho menos dinero salvando una edición tras otra y sin la necesidad de que la sociedad se comprometa económicamente”.

El equipo que coordina Benedicte Palko explica que, en los últimos meses, hasta en tres ocasiones intentaron contactar con el Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla para explicarle la “situación extrema” del festival con el objetivo de “explorar posibilidades” para convertirlo en un evento oficial de la ciudad. Pero, según aseguran, no recibieron contestación. Llamaron entonces a las puertas del Director de Proyectos Culturales y su respuesta llegó en un correo fechado el 6 de abril donde, según la organización del Turina, expresaba “la voluntad de seguir colaborando con el festival” pero sin asumir por completo el coste económico. Tampoco la Junta de Andalucía asumió ese coste. El festival Joaquín Turina “ha sido posible durante unos años”, se lamentan los organizadores “pero ya no es sostenible por una cantidad de dinero que podría ser asumida con facilidad por una institución pública, empresa u organización que sinceramente apostara por el festival”.

En estos diez años el festival ha gozado de gran popularidad en el circuito internacional, es el único de música de cámara en torno a un compositor que se celebraba en España y el número de alumnos que solicitaban inscripción iba en aumento. Lamentablemente ya no habrá más ediciones, al menos en Sevilla. La hasta ahora directora del evento, Benedicte Palko, que cuenta con el permiso exclusivo de la familia Turina para organizar el festival en conmemoración del compositor, ya ha advertido que intentará desarrollar el proyecto en otra ciudad europea.

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