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Moreno impulsa una rebaja de impuestos a rentas de hasta 35.000 euros para amortiguar la subida de precios

Primera jornada del debate de investidura del presidente de la Junta de Andalucía de la XII legislatura con la intervención del candidato del PP-A, Juanma Moreno a 20 de julio del 2022 en Sevilla (Andalucía, España)

Daniel Cela

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Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) ha llegado este mediodía al Parlamento andaluz para solicitar el apoyo de la mayoría para ser investido presidente de la Junta, sabiendo de antemano que será reelegido, que tomará posesión el sábado en un acto ya organizado y por todo lo alto en el Palacio de San Telmo, al que están invitadas 300 personas, y que anunciará los nombramientos de su nuevo Gobierno el próximo lunes.

La XII legislatura, que empezó hace una semana, es una pista de despegue sin las incertidumbres, inseguridades e incógnitas que rodeaban a Moreno hace casi cuatro años, cuando presentó por primera vez su investidura con un PP esquelético, necesitado del apoyo de Ciudadanos y de Vox. Se notaba en el ambiente parlamentario esa sensación de “cambio” de ciclo que los populares promulgaron desde el minuto uno de la pasada legislatura, sin que el PSOE destronado llegara nunca a creérselo del todo.

Este miércoles reinaba un ambiente sosegado, tranquilo, protocolario e institucional, muy distinto a aquella investidura de Moreno en enero de 2019, que fue recibida con una sonora manifestación de organizaciones feministas rodeando el Parlamento en protesta por el discurso ultraderechista de Vox, respaldada por miembros de la cúpula del PSOE andaluz, la mitad de los consejeros del Gobierno en funciones de Susana Díaz y dirigentes de IU y de Podemos.

Ánimos amansados

Casi cuatro años después, Moreno regresa a la Cámara legislativa con una mayoría parlamentaria [58 diputados] a la que le ha borrado el apellido de “absoluta”, porque le suena a “los rodillos” de aquellas mayorías robustas de gobiernos socialistas “que se llevaron por delante aspiraciones legítimas y justas sólo porque estaban abanderadas por una minoría” en la oposición. El mensaje de la renuncia a ese 'absolutismo' en un Gobierno que puede sacar adelante todas sus leyes con los votos únicos del PP también compromete a sus adversarios: “Les solicito que huyan de la tentación de la oposición absoluta”, ha advertido.

La victoria contundente del 19J ha amansado los ánimos de todos los partidos en el arranque de este mandato. También, probablemente, el hecho de que Vox haya pasado a un segundísimo plano como una fuerza de oposición al uso, sin la influencia de antaño sobre la agenda política del Ejecutivo.

Ese llamamiento al “diálogo y la cercanía” es lo primero que ha mencionado el candidato en un discurso de poco más de una hora: otra forma de hacer política, basada en el “diálogo permanente” con los rivales. “La política del No es No siempre a todo no es provechosa para Andalucía”, dijo en referencia al lema que hizo famoso Pedro Sánchez en la investidura de Mariano Rajoy. “Política útil”; “un clima político amable y respirable” más allá de las “barreras ideológicas”, una política “basada en la moderación, el diálogo y la cercanía”. “Me gustaría pensar que es un sello de calidad de la política andaluza”, ha sentenciado.

En esta presentación del discurso, Moreno ha incluido un elogio encendido a Ciudadanos, su socio de coalición en la pasada legislatura que ha sido barrido de la Cámara -de 21 a cero diputados- y a todos los consejeros naranjas, en especial al vicepresidente y ex líder regional, Juan Marín. También ha extendido el compromiso de colaboración a los agentes sociales, renovando su confianza en el diálogo social y de manera significativa con la patronal y los sindicatos CCOO y UGT.

Las familias en el centro del discurso

El discurso de Moreno no incluía una revolución política ni un viraje de 180 grados ni grandes anuncios, porque casi todas las medidas desgranadas ya se habían mencionado durante la campaña electoral. Su próximo Gobierno será de “continuidad del programa reformista” que inició cuando compartía gabinete con Ciudadanos, sostenido desde fuera por los acuerdos y apoyos de la extrema derecha. En el centro del mensaje de Moreno están las familias y el contexto de hostilidad que supone la escalada inflacionista, la subida de precios, la crisis económica agravada por la guerra en Ucrania y un horizonte en el que se atisba una contención del gasto público. “El futuro no va a ser fácil. No puedo ofrecer soluciones mágicas ni resultados inmediatos”, ha dejado dicho al final de su intervención.

Los mensajes que ha esbozado Moreno transitan entre la socialdemocracia y el liberalismo, con un equilibrio de moderación que el líder popular ha convertido en seña de identidad. Estos ha sido sus mensajes: el fortalecimiento de los servicios públicos -sanidad, educación y políticas sociales- junto a una nueva rebaja fiscal para aliviar el bolsillo de los andaluces ante el alza de precios y, de paso, activar el consumo y la economía; la simplificación administrativa y el barrido de exceso burocrático para facilitar la entrada de inversores; y la apuesta por la innovación.

El primer cometido de su Ejecutivo será dibujar el Presupuesto de 2023 que sustituya a las actuales cuentas prorrogadas. “Será el presupuesto de las familias y estará volcado en protegerlas y ayudarlas”. Contra la inflación, que Moreno ha rebautizado como “nueva pandemia”, el presidente en funciones promete deflactar la tarifa del IRPF en los primeros tres tramos de renta autonómica -entre 12.450 y 35.200 euros-, con el objetivo de que “los incrementos en los salarios no supongan un mayor pago de impuestos”. El ahorro de esta medida para las familias se calcula en 70 millones de euros al año en total. Esta rebaja de impuesto beneficiará a las rentas más bajas, puesto que la primera que aprobó en el mandato anterior iba dirigida a familias con ingresos superiores a 60.000 euros (cuarto tramo).

También se aumentarán las cantidades que quedan exentas en el IRPF en aplicación del mínimo personal y familiar correspondiente al tramo autonómico, con un coste estimado de 50 millones al año. “Esto favorecerá las rentas más vulnerables, la natalidad y a las personas con discapacidad”, ha dicho Moreno, instando al Gobierno de Pedro Sánchez a “estudiar la aplicación de esta medida en el tramo estatal”. Con este paquete de medidas fiscales se busca un “balón de oxígeno” a las familias de 260 millones de euros adicionales sólo en 2023, y el compromiso de seguir rebajando impuestos autonómicos a lo largo de la legislatura hasta descargar a las rentas medias de 620 millones de tasas impositivas.

Atención a la salud mental

En la batería de propuestas que ha lanzado Moreno se incluye un plan para el trabajador autónomo y para reactivar la industria, la promesa de reactivar en primer lugar la ley de atención temprana, de suspender la aplicación del canon del agua que ya prometió en 2018 -que supone un gasto de 40 euros de media en la factura de las familias-, una ley del flamenco, y otra de la juventud con especial interés en el acceso a la vivienda.

Sobre sanidad, principal tema de debate durante la campaña, Moreno ha planteado “una reforma integral para modernizar y agilizar el modelo de Atención Primaria”, con el compromiso de que los pacientes sean atendidos en un máximo de 48 horas por un médico. Ha hablado, sin concretar, de una apuesta por la “atención digitalizada” y la “medicina personalizada”, y como medidas concretas ha anunciado la implantación progresiva del cribado de cáncer de pulmón, el desarrollo hasta el 100% a lo largo de la legislatura del cribado de cérvix para mujeres de 25 a 65 años y la ampliación de edad para el cribado de cáncer de mama (ahora se realiza a mujeres de 50 a 69 años y se extenderá a la franja de 40 a 75). También ha prometido alcanzar los 300 psicólogos clínicos en los centros de salud (ahora son 26 para 1.500 centros de salud) para abordar un plan de salud mental, sobre todo en adolescentes con trastornos graves.

Mensajes a Pedro Sánchez

En materia educativa ha sido menos ambicioso, limitándose a destacar el aumento del profesorado en el mandato anterior y el descenso de alumnado provocado por la natalidad. Sí ha subrayado una apuesta por ampliar la red de centros de Formación Profesional, un gran agujero en el sistema educativo andaluz, que dejaba cada año a 30.000 aspirantes sin plaza, y que se está cubriendo con una oferta principalmente privada.

En empleo ha incluido ayudas a la contratación de jóvenes que se incorporan al mercado laboral, gestionadas en coordinación con los ayuntamientos, con las que espera lograr 30.000 puestos de trabajo para chavales.

En 2019, el discurso de investidura de Moreno incluía parte del programa político pactado con Ciudadanos y muchos guiños a Vox, con el que había firmado un acuerdo previo con algunas de las batallas culturales de la extrema derecha, contra las políticas de violencia de género y la inmigración irregular. Esta vez, el presidente en funciones ha subrayado que su nuevo Gobierno “reafirmará la absoluta determinación en la lucha contra la violencia machista”, con la aprobación este año del Plan Integral de Sensibilización y Prevención contra la Violencia de Género y el desarrollo del Plan Estratégico para la Igualdad entre mujeres y hombres. “Todos tenemos que trabajar y unir fuerzas para erradicar esta lacra que afecta a toda la sociedad”, ha sentenciado.

En el tramo final de su discurso, Moreno ha lanzado más de un dardo al presidente Sánchez, al que visitará el jueves de la semana que viene en Moncloa, con un cuaderno cargado de reivindicaciones. El popular ha esgrimido el discurso del “agravio” del Gobierno central con Andalucía, tanto en materia de financiación como de inversiones y en el diseño del reparto de los fondos europeos, que la Junta quiere usar para impulsar los Metros, la red de trenes de media distancia -cuya competencia demanda al Estado- y las infraestructuras hídricas.

El popular insiste en llamar a esta legislatura la “legislatura del agua”. “El nuevo Gobierno buscará una solución definitiva, clara y legal para los agricultores de la Corona Norte de Doñana”, ha dicho, sin mencionar la proposición de ley que PP, Ciudadanos y Vox llevaron al Parlamento al final de la pasada legislatura, y cuyo objetivo era regularizar más de 1.400 hectáreas de regadío ilegal en las proximidades del Parque Natural. Moreno no ha mencionado esta iniciativa, sobre la que el Gobierno central, la Comisión Europea y la Unesco se han mostrado abiertamente en contra. En campaña prometió que todas las leyes que decayeron con el adelanto electoral regresarían a la Cámara.

La PAC

Por último, Moreno ha sido especialmente empático con el problema de agricultores, ganaderos y demás actores del campo andaluz, pieza clave de la economía regional, a quienes ha prometido ayudas y políticas concretas para aliviar el golpe que afrontan con la escalada de precios. También se ha alineado en contra de la nueva PAC defendida por el Gobierno central y ha lanzado a guiños al mundo de la caza y del toro con medidas que comparte con la bancada de Vox.

Los partidos de la oposición han acogido el discurso de Moreno con cierto escepticismo. Las izquierdas votarán en contra de su investidura, tras la segunda parte del debate que tendrá lugar este jueves, y Vox no ha revelado si votará no o se abstendrá como muestra de confianza. Los de Santiago Abascal buscan afianzar una alianza estratégica con el PP pensando en la aritmética parlamentaria del Congreso tras las elecciones generales de 2023. Moreno no ha cerrado esa puerta, pero su discurso de hoy apunta en todas las direcciones, en la búsqueda de esa transversalidad que le permite monopolizar el centro del tablero político andaluz que le ha otorgado la mayor victoria de su historia.

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