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El presidente andaluz cierra filas con Vox y rechaza la “geometría variable” que le ofrece la izquierda para pactar la salida de la crisis

Moreno invita a Susana Díaz a escoger entre ser "útil" a Andalucía o quedarse como "delegada" de Sánchez

Daniel Cela

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“Usted lo ha jugado todo a Vox, teniendo el aval de los otros cuatro grupos del Parlamento para formar la comisión para la reconstrucción de Andalucía. No sea rehén de la extrema derecha y apúntese a la geometría variable”. La portavoz de Adelante Andalucía y veterana diputada de IU, Inmaculada Nieto, fue la primera que tendió la mano el jueves al presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, para que reconduzca el consenso político en la búsqueda conjunta de soluciones para abordar la reconstrucción social y económica tras la crisis del coronavirus. Luego se sumó a esta petición la líder del PSOE, Susana Díaz. Pero Moreno se aferró a su alianza con Vox, porque de ella depende la estabilidad de su Gobierno.

Las matemáticas no dejan mucho margen a la geometría variable que mencionaba Nieto, porque el Parlamento andaluz, a diferencia del Congreso, está partido en dos bloques compactos y sin actores intermedios -las derechas y las izquierdas-, y porque la alianza PP-Ciudadanos-Vox garantiza la permanencia de este Gobierno hasta final de la legislatura. Ya lo dejó dicho el portavoz del grupo ultraderechista, Alejandro Hernández: “Aquí todo el mundo sabe contar y nadie se ha caído de un guindo”. Además, el líder de la oposición es un PSOE que gobernó los 37 años anteriores a la llegada de la derecha, y ese rival común -“la herencia recibida”- es un pegamento que cura todas las fisuras que dividen a los socios. Que las hay.

La sesión plenaria de este jueves en el Parlamento ha certificado la defunción de aquello que Moreno bautizó, de forma solemne, “una gran alianza por Andalucía”. Un consenso de todos los grupos políticos frente a la crisis del coronavirus, como el que se ha constituido en el Ayuntamiento de Sevilla (con un alcalde socialista), o en el Granada (con un alcalde de Ciudadanos), o en Aragón (con un presidente del PSOE), o en Castilla y León (con un presidente del PP). En Andalucía, en cambio, PP y Ciudadanos han entregado la presidencia de la comisión para la reconstrucción a Vox, el único partido que votó en contra de su creación. 

Los dos grupos e izquierdas -PSOE y Adelante Andalucía- han aprovechado la sesión de control para avisar a Moreno de que su “gran alianza” era un “fracaso” y de que su perfil de líder moderado y buscador de consensos quedaba desdibujado por su dependencia de la ultraderecha. El presidente ha encajado mal el discurso de la portavoz de Adelante -suave en el tono, duro en el contenido-. Nieto le ha recordado todas las medidas que su grupo ha propuesto a la Junta durante la crisis sanitaria, y las iniciativas del Gobierno que ellos le han apoyado en el Parlamento. “Usted ha confundido la responsabilidad de la oposición con debilidad. Hemos sido un aliado leal con su Gobierno, no me hable de responsabilidad si no quiere que le deje en evidencia”, le ha dicho Nieto, para finalmente afearle que su “propuesta de gran alianza no era cierta, porque su margen de maniobra sin Vox es muy estrecho”.

Este cara a cara no ha dejado satisfecho al presidente, de ahí que en su turno de preguntas a Moreno, el portavoz del PP andaluz, José Antonio Nieto, ha dedicado una parte a atacar duramente a la diputada de Adelante, sin que ésta tuviera ya derecho a réplica. “Usted tiene una idea de la democracia de connotaciones sectarias. ¿Qué normas hemos alterado por darle la presidencia a Vox? ¿Es que sus votos valen más que los de otros? Ya está bien de esa dichosa superioridad moral de la izquierda y de la ultraizquierda”, ha dicho visiblemente alterado el diputado popular, que ha terminado citando el encontronazo de Pablo Iglesias con Espinosa de los Monteros en el Senado.

El presidente andaluz ha recuperado el brío en su cara a cara con Susana Díaz, a quien tiene más cogido el pulso, porque puede servirse de los reproches a su anterior Gobierno y las críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Moreno le ha afeado que “ataque a Vox en todos los debates”, y le ha recordado a Díaz que el Gobierno ha pactado con “los filoterroristas de Bildu”. “¿Su margen moral le permite que su partido firme un acuerdo con una banda que ataca la casa de la líder de los socialistas de Euskadi?”, le ha preguntado.

Inmaculada Nieto y Susana Díaz, con un tono similar y una estrategia parecida, le han reprochado al presidente que haya aprovechado la pandemia para impulsar, sin acuerdos, un super decreto que cambia de un plumazo 21 leyes y otros seis decretos, y que se haya planificado una nueva ley andaluza del suelo que reactivará la vieja fórmula del ladrillo para crear empleo y riqueza. Sobre esta última norma, el presidente de la Junta ha recordado que la oposición aún tendrá un año de tramitación para enmendarla.

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