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El PSOE andaluz reclama cuotas a sus agrupaciones locales para compensar la pérdida de financiación tras el fracaso electoral

Juan Espadas, en un momento de su intervención.

Daniel Cela

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El PSOE de Andalucía, partido hegemónico en el poder durante 37 años, jamás había tenido que hacer cuentas con los dedos después de unas elecciones autonómicas. El gasto que invertía en la campaña con parte de las subvenciones electorales adelantadas por el Parlamento lo recuperaba con creces tras los comicios, porque los resultados aportaban más fondos de los que se habían gastado. Las elecciones del 19 de junio también acabaron con esa dinámica: los socialistas cavaron en su suelo electoral, pasando de 33 a 30 escaños, y obtuvieron menor representación en los órganos de dirección extraparlamentaria.

En el último año, la dirección regional ha tenido que invertir en unas primarias exprés para que la ex presidenta Susana Díaz y el aspirante al cargo Juan Espadas compitieran por el cartel electoral de las andaluzas; posteriormente se organizó un congreso extraordinario en Torremolinos, y finalmente se invirtió en una campaña electoral con todas las encuestas en contra.

Ese sobregasto acumulado ha mermado las finanzas del PSOE andaluz, que esta semana ha remitido una carta a las agrupaciones locales y de distrito -otrora llamadas casas del pueblo- reclamando “porcentajes de colaboración” de hasta el 15% del saldo acumulado a fecha del 31 de diciembre de 2021, según el comunicado de la dirección regional adelantado por Economía Digital, y al que ha tenido acceso este periódico. El propósito es “reajustar” o “reequilibrar” las cuentas del partido con el apoyo solidario de la estructura local. El problema es que en unos meses serán las agrupaciones locales quienes hagan cálculos para afrontar las elecciones municipales de mayo de 2023.

El “marco de colaboración” del que habla la misiva establece un cuadro de aportaciones según el remanente acumulado: de hasta un 15% para agrupaciones con 10.000 euros o más; un 10% para aquellas que acumulen entre 7.500 y 10.000 euros y un 7,5% para cuentas entre 5.000 y 7.500 euros. Por debajo de esas cifras, la dirección regional no obliga a aportar financiación.

La financiación del PSOE andaluz depende de las cuotas de los militantes, de las subvenciones del grupo en el Parlamento autonómico y las cuotas extra que aportan los cargos públicos. Las dos últimas vías de entrada de dinero se han visto resentidas en el último año, y de manera significativa tras el fracaso electoral del 19J. Hasta ahora, lo más común era que la dirección regional fuera en auxilio de las cuentas de las agrupaciones locales para gastos “extraordinarios”, por ejemplo los procesos electorales. Ahora la tendencia se ha invertido y la aportación de fondos se reclama de abajo arriba, y no al revés.

La carta está firmada por el secretario de Administración del PSOE-A, Juan Tomás de Aragón, y se remitió a las casas del pueblo del partido un día antes de que el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía (BOPA) hiciese público el cuadro con las subvenciones electorales en forma de anticipo que le corresponde a cada grupo parlamentario para su funcionamiento. Cada partido había solicitado a la Cámara una parte de esos fondos con los que asumir los gastos de campaña. Para los socialistas, el riesgo era pedir un anticipo muy superior a la financiación que más tarde iba a corresponderle en función del resultado obtenido en los comicios.

Finalmente el PSOE-A tiene acceso a 450.000 euros como anticipo electoral de un total de 2,9 millones de euros al año [15.000 euros por escaño]. Tras las elecciones de 2018, cuando los socialistas lograron tres diputados más (33), su financiación alcanzó los 3,2 millones de euros. En cambio, el PP ha pasado de los 26 escaños de entonces a los 58 de ahora, tres por encima de la mayoría absoluta, logrando la mayor financiación del Parlamento de su historia: 5,4 millones de euros al año.

El siguiente hito que afrontan los socialistas son las elecciones municipales, donde se juegan su último bastión institucional de poder y, por tanto, de financiación. El PSOE andaluz gobierna en seis de las ocho diputaciones provinciales y tiene alcaldías en 458 municipios de los 778 que hay en Andalucía. Tanto en la dirección regional como en el federal están convencidos de que el resultado de las autonómicas no es extrapolable a las municipales, y que el peso de los regidores socialistas y su músculo local cerrará el paso al PP de Juan Manuel Moreno, que desde el 19J viene augurando un cambio de ciclo político en todo el territorio.

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