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El nuevo despacho de Rivera y Villegas aplica un ERTE y evita la implantación general del teletrabajo durante la pandemia

Albert Rivera, durante su presentación como presidente ejecutivo de Martínez Echevarría

Néstor Cenizo

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Martínez-Echevarría, el despacho que tiene como presidente ejecutivo a Albert Rivera y acaba de anunciar el fichaje de José Manuel Villegas, ha evitado la implantación generalizada del teletrabajo durante la crisis del coronavirus. Desde que se declaró el estado de alarma, el 14 de marzo, una gran parte de sus abogados ha acudido a sus oficinas, especialmente las que tiene repartidas por toda Andalucía. Actualmente Martínez Echevarría, cuyas principales sedes están en Málaga y Marbella, está aplicando un ERTE, que afecta sobre todo a sus abogados junior y personal de administración y contabilidad.

La recomendación de teletrabajar fue adoptada por el Gobierno en el decreto-ley del 17 de marzo, y fue prorrogada recientemente hasta el final de la fase III de la desescalada. Es decir, como mínimo hasta mediados de junio. Los despachos de abogados y oficinas han optado mayoritariamente por el trabajo desde casa para evitar los riesgos de contagio.

Por contra, Martínez-Echevarría se mostró muy reacio desde el comienzo de la crisis. Así lo confirman tres comunicaciones internas remitidas durante el mes de marzo. En todas ellas se insiste en la necesidad de acudir a los centros de trabajo. “Creo que se han pasado de la raya siete pueblos”, protesta un trabajador del despacho, que explica que los casos de personas con síntomas como tos y fiebre se sucedieron a principios de marzo. La dirección ha confirmado que ha habido bajas de trabajadores con síntomas compatibles con la COVID-19.

Tres comunicaciones para pedir “normalidad”

Ante la escalada de la epidemia, algunos trabajadores plantearon a la dirección la posibilidad de teletrabajar de forma general. El despacho reprendió a algunos trabajadores con un mensaje general de WhatsApp: “Ha de indicarse que la decisión individual y por sí mismo de irse a su casa con alegación de teletrabajo no es compatible con el concepto legal de teletrabajo. Resulta más encuadrable en otras calificaciones legales”. La dirección decía que con el SARS-CoV-2 había “una certeza”: “Guardando una distancia mínima de seguridad entre personas de un metro, y lavándose con frecuencia las manos, no se produce el contagio”.

Al entrar en vigor el decreto de estado de alarma, los trabajadores recibieron un nuevo correo con indicaciones “de obligado cumplimiento”. Se les decía que la prioridad era prevenir los contagios, pero debían seguir trabajando en las oficinas. “Podemos seguir trabajando en todos nuestros centros con cierta normalidad”, decía el correo.

La última comunicación fue remitida el 29 de marzo, coincidiendo con el decreto que prohibía cualquier desplazamiento que no fuera para realizar un “servicio esencial”. “Hemos podido comprobar que nuestra actividad se considera servicio esencial y que mañana podremos y debemos seguir trabajando con normalidad en coherencia con la función social que realizamos como tal servicio esencial que somos”.

Según ese decreto, la actividad de los abogados solo es esencial si tienen que prestar asistencia letrada en “actuaciones procesales no suspendidas”. Todos los juicios (de cualquier orden) quedaron suspendidos, y solo se mantuvieron actuaciones urgentes de casos penales ante juzgados de guardia o de violencia de género. Los servicios de los despachos y asesorías son esenciales solo si trabajan en asuntos “urgentes”, como podría ser la tramitación de ERTES.

“Solución mixta”

Vicente Morato, director general del despacho, alega que han aplicado una “solución mixta” con “soluciones adaptadas al caso”. “Las personas que han podido han trabajado presencialmente”, admite. Morato asegura que han atendido “sin excepción” la totalidad de peticiones de teletrabajo, “incluso algunas con síntomas meramente psicológicos”, y atribuye las críticas al ERTE que está ejecutando el despacho.

Morato confirma que en oficinas como Almería o Málaga, la asistencia ha rondado al menos el 50% (fuentes del despacho aseguran que ronda el 70%), y explica que trabajadores como el chófer o la secretaria de recepción no pueden acogerse al teletrabajo por la naturaleza de sus funciones. Esto también afectaría a algunos abogados. “Hay asuntos con expedientes voluminosos que no están digitalizados. Algunos han tenido que ir a comisaría y al despacho a escribir una cosa. Tenemos muchos clientes que han tenido que hacer ERTE y nos hemos tenido que reunir”.

Resalta que, en cualquier caso, un protocolo interno obliga a que los trabajadores se laven las manos al entrar y cada 90 minutos. También exige el uso de mascarilla y respetar la distancia de seguridad. “En caso de cumplimiento laxo, haremos amonestaciones con sanción”, insiste Morato, que señala que han superado con éxito una inspección de trabajo durante estos días.

“Son unas medidas de locura”

Los trabajadores consultados no se explican los motivos de la resistencia al teletrabajo. “Son unas medidas de locura. Todos podemos teletrabajar perfectamente. Yo tengo mi firma electrónica, mi correo. Todos los despachos hacen eso y los plazos están suspendidos”, explica un profesional del despacho.

“Lo que sentimos todos es la desprotección. Te crea una sensación de indefensión”, explica otro trabajador, que denuncia: “Son oficinas donde hay mucha gente en un espacio cerrado”. “No conozco familiares o amigos que acudan a su puesto con normalidad, como nos exigen a nosotros. ¿Es que somos inmunes, especiales?”. Según estas fuentes, muchos solicitaron la baja laboral como única forma de evitar acudir a la oficina.

ERTE y fichajes estrella: Rivera y Villegas

Aunque Martínez-Echevarría haya aplicado una “solución mixta”, como alega su director general, públicamente dijo otra cosa. El 22 de marzo, poco después del estado de alarma, Vanitatis (El Confidencial) publicó una pieza sobre la incorporación de Albert Rivera, cuyo nuevo proyecto profesional se había “truncado” temporalmente por el virus. “Hemos hablado con el despacho, que nos confirma que ya están en modo teletrabajo”, decía el reportaje.

Albert Rivera había anunciado su fichaje por Martínez Echevarría en una comparecencia pública el 2 de marzo, en la que se mostró ilusionado con el reto que asumía en el bufete: “Crecer, crecer y crecer”. La semana pasada se conoció el fichaje como vicepresidente ejecutivo del ex número dos de Ciudadanos José Manuel Villegas y de tres socios del despacho Écija. El objetivo es liderar una estrategia de expansión a todo el territorio nacional.

No se conoce la retribución que percibirán Rivera y Villegas, aunque por su condición de fichajes estrella, fuentes del sector sitúan en el rango alto de los directores de grandes despachos, donde se manejan cifras a partir de los 150.000 euros anuales, como mínimo. A ello se añade un notable aumento del gasto para la sede de Madrid.

Sin embargo, los fichajes han llegado en tiempos convulsos. El propio despacho acaba de acometer un ERTE que ha afectado sobre todo a profesionales junior y a personal de administración y contabilidad, según explica el director general de la firma. “Ahora cada euro cuenta”, argumenta Morato. El ERTE afecta al 19% del total de la plantilla.

Martínez-Echevarría tiene unos 250 trabajadores y sedes en Marbella, Málaga, Sevilla, Córdoba, Almería, Sotogrande, Madrid, Portugal y Turquía. Según el ránking de Expansión, que toma datos del Registro Mercantil, en 2018 fue el 17º despacho nacional por facturación, alcanzando los 17 millones de euros. Se trata de un despacho con una agresiva estrategia comercial, según señalan varios abogados. Ahora ha pedido a sus trabajadores que redirijan su actividad comercial a asuntos que pueden aumentar con la crisis, como ERE, ERTE, incumplimientos de contrato o reclamaciones a aseguradoras.

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