Los comerciantes turolenses recuerdan la importancia del consumo de cercanía: “La falta de servicios es un problema para todos”

Ha pasado más de un mes desde que el comercio turolense pudiera volver a abrir sus puertas. Si bien hubo quienes prefirieron retrasar su apertura hasta que se relajaran las restricciones de aforo y cita previa, ahora la mayoría tienen la persiana subida y apelan a la conciencia social para fomentar el consumo de cercanía. Las asociaciones de comerciantes y las administraciones públicas han impulsado además medidas que ayuden a incentivar las ventas.

Es el caso del Centro Comercial Abierto (CCA) de Teruel, que aglutina a buen número de empresarios del casco histórico turolense y ha estado trabajando en una serie de acciones para mantener activo el comercio. En un primer momento desarrollaron un servicio de cita previa, reparto a domicilio, financiación de las compras y personal shopper, con el que los clientes eran asesorados sobre horarios, precios y productos. El objetivo era incentivar las ventas en los primeros días de la desescalada.

Con la misma finalidad, han apostado por los bonos de ayuda mutua, a los que destinaron 15.000 euros y dividieron en tres tipos: Bonos Bonificados, en los que el cliente obtiene un 20% sobre el importe que paga; Bonos Aliento, para pagar el importe íntegro; y Bonos Solidarios, puestos en marcha gracias a la donación del ganador del premio de navidad del CCA, que decidió destinar los 6.000 euros a las familias que lo necesitaran.

Explica el gerente del CCA de Teruel, Rodolfo Pangua, que esta medida ha sido “muy acertada” y ha funcionado “muy bien” y destaca que el 56% de los bonos que han vendido hasta ahora han sido Bonos Aliento. Es decir, la mayoría de los ciudadanos ha preferido pagar el importe íntegro y renunciar al descuento para ayudar al comercio turolense.

Respecto a este primer mes con la persiana subida, Pangua reconoce que ha sido “un poco incierto”, con “mucho interés” al principio y “más tranquilos” después. “La situación ahora es de incertidumbre en cuanto al comportamiento del consumidor, es irregular y no lo sabemos predecir, hay días muy buenos con ventas extraordinarias y otros días muy flojos”, dice.

También desde el Ayuntamiento de Teruel han lanzado bonos de reactivación económica con un descuento del 20% para impulsar el comercio local y para los que han destinado 20.000 euros de las arcas municipales. Hasta el momento, un 67% de los bonos vendidos se corresponde a comercios, mientras que un 13% a establecimientos hosteleros y un 20% al sector servicios. Entre los bonos adquiridos para gastar en el comercio, un 22% corresponde a tiendas de moda, un 14% a alimentación y un 7,5% a peluquerías.

“Ahora necesitamos más que nunca a todos esos turolenses que aman a su ciudad y se sienten orgullosos de ella, porque tenemos que salir de esta unidos y para ello es fundamental que consumamos en Teruel”, señala el concejal de Empresas, Autónomos, Comercio y Empleo, Ramón Fuertes, añadiendo que “hay que ser conscientes de la importancia de consumir en la ciudad estos meses”.

Luces y sombras en las tiendas

Este primer mes con las puertas abiertas deja disparidad de opiniones entre los comerciantes turolenses. Hay quienes aseguran que los clientes más fieles se han volcado con ellos para favorecer su pronta recuperación, mientras que otros reconocen que esta crisis económico sanitaria no ha creado la conciencia ciudadana que esperaban. Todos coinciden, sin embargo, en recordar la importancia del comercio local para mantener viva la ciudad.

En Garza, una popular tienda de calzados y complementos en la ciudad, el propietario, Luis Garza, explica que los clientes “se han volcado” y se han acercado a conocer cómo se encontraban y a realizar alguna compra para ayudarlos. “Es una pasada la fidelidad de los clientes, estamos desbordados de gente, que, al cabo de los años, son clientes y amigos, y nos comentan la importancia de consumir en la ciudad”, dice, apelando a esa conciencia social de consumo de cercanía.

Garza relata que ellos esperaron unos días abrir y que la primera semana fue “malísima” por el miedo, cree, de los consumidores, aunque ellos disponen de todas las medidas de seguridad sanitaria y protocolos de venta segura. Indica sin embargo que les sorprendió la cantidad de bonos que habían adquirido los clientes y asegura que moralmente fue “muy agradable”. “Esperemos que la memoria colectiva no se pierda y la gente siga apoyando el comercio de cercanía”, añade.

También en la tienda de cómics y juegos de mesa Zombies y Princesas han notado que sus clientes habituales se han preocupado por consumir en el establecimiento y han utilizado los bonos. Así lo señala el propietario, Marcos Valle, aunque matiza que desconoce si esta situación ha servido para concienciar a la ciudadanía o simplemente quienes han acudido ya estaban concienciados de antes. “Espero que la gente se de cuenta que la falta de servicios en su ciudad es un problema para todos”, declara, y reconoce que estos días están siendo “tranquilos”.

Con el mismo término define Carmen Blasco, propietaria de Qué Detalle, la situación en su tienda. Argumenta que durante estos días está entrando “poca gente” a la tienda y cree que se debe a que muchas de sus clientas son “mujeres funcionarias que ahora están teletrabajando”, por lo que se acercan menos por el comercio. Asegura además que en su caso los bonos no han funcionado y que a la gente “no le importa mucho” comprar en el pequeño comercio porque la mayoría se va a comprar a Valencia o Zaragoza.

Diferente es la opinión de Olivia Navarro, propietaria de El armario de Olivia, quien detalla que la acogida por parte de público a la reapertura ha sido “muy buena” y que “la gente ha entendido que hay que comprar en Teruel”. En su tienda los bonos tampoco han tenido mucha incidencia y reconoce que esperaba que se iban a vender más por los descuentos que tenía, aunque cree que se debe a que mucha gente “no lo sabía”.