“Necesitamos que las chicas se acerquen a la formación técnica en producción agropecuaria”
El I.E.S. Reyes Católicos implantó esta nueva modalidad de estudios de la rama agraria en el curso 2018-2019, desde entonces “hemos tenido 15 alumnos que ya están trabajando, pero solo una ha sido mujer” explica Mario Buisan, jefe de departamento. Una vez implantada la formación el reto ahora se centra en captar mujeres jóvenes “que opten por formarse para gestionar una explotación agrícola. Muchas mujeres trabajan en el sector en la zona; ayudan en las granjas o en el campo, pero están lejos de ser reconocidas como profesionales, de ahí la escasez de titularidades compartidas en Aragón, por ejemplo” añade Ana Gil, veterinaria y profesora del ciclo.
El caso del instituto de Ejea es solo un ejemplo de la radiografía que se hace en el resto de la comunidad autónoma. Desde que se implantó este certificado de formación profesional en Aragón, en el curso 2010/2011, hasta la actualidad, por sus aulas han pasado 1523 alumnos, de ellos solo el 13,6% han sido chicas, y el 86,4% restante chicos.
Profesionalización de la mujer: puertas abiertas y estigma social en el rural
En el I.E.S. Reyes Católicos las profesoras responsables del Grado de Técnico en Producción Agropecuaria confirman las cifras anteriores. “Es curioso porque hay muchas mujeres que trabajan en el sector agrícola y ganadero, pero encontrar cantera de alumnas en los institutos está siendo complicado” apunta la profesora. En el medio rural, el hecho de que la mujer rara vez haya figurado en el organigrama de la empresa familiar se traduce en la ausencia actual de jóvenes interesadas por formarse, por ejemplo, en la FP en producción agropecuaria.
En el claustro de este instituto de Ejea, de los cinco profesores responsables de este Grado Medio, cuatro son mujeres. Pero este ejemplo parece no ser suficiente para atraer a las alumnas, que siguen pensando que estos estudios son, como ellas mismas expresan “cosa de chicos” y como nos dice Ana Gil “optan por formarse en sectores más saturados y hasta con menos salidas laborales, mientras en las explotaciones de porcino, por ejemplo, están deseando contratar este perfil” lo que supone trabajo seguro. La realidad es que la mujer joven en el rural sigue apostando por cursar estudios tradicionalmente vistos como femeninos, véase, peluquería y estética, administración o ayuda a la dependencia, entre otros.
En el curso 2021/2022 solo el 23% del alumnado de CFGM de Producción Agropecuaria son mujeres, frente al 77% de hombres. Y el estigma social entre las propias mujeres parece crecer cuanto más cerca estamos del mundo rural. La realidad es que, en los centros de estudios más vinculados al campo como el I.E.S. Reyes Católicos, en Ejea, o el Mar de Aragón, en Caspe, el número de chicas que acceden a esta formación es de entre 1 y 2 cada curso, “aunque este curso no tenemos ninguna” añade el jefe de departamento del instituto ejeano. En los centros de Teruel; San Blas, Huesca; Montearagón, o en Zuera; Asalto, la media asciende a 7 alumnas en el presente curso. Entonces ¿de dónde sale el 23% de la media general? De las 20 mujeres inscritas en el Centro de Movera, en Zaragoza. Buscamos una explicación a este crecimiento exponencial entre el profesorado: “en Zaragoza vive el 57% de toda la población aragonesa” apunta Ana Gil. Según los últimos datos publicados por el Instituto Aragonés de Estadística la población total de Aragón a 1 de diciembre de 2021 era de 1.326.261 personas, de las cuales 758.539 residen en la comarca central, es decir, en Zaragoza y sus pueblos. El resto se distribuyen entre los más de 700 municipios restantes.
Una FP abierta a jóvenes, pero también a personas que quieran saber más
En la titulación no solo se necesitan mujeres jóvenes, también un perfil de profesional más maduro que busque ampliar sus conocimientos en un sector como el agrario, cada vez más exigente. La formación que obtiene un técnico en producción agropecuaria ayuda a profesionalizar la gestión de las instalaciones, los sistemas de trabajo y la producción tanto en el campo como en las granjas. Por eso, desde el departamento de estudios del I.E.S. Reyes Católicos, Mario Buisan recuerda que estos grados no tienen edad y que las puertas están abiertas a todas aquellas personas que quieran “aprender más sobre cómo gestionar una explotación de forma eficiente y adaptada a los nuevos tiempos”.
El requisito mínimo para poder cursar la FP de producción agropecuaria es tener la E.S.O o hacer una prueba de acceso. Con este título, el alumnado mejorará sus condiciones laborales, porque podrán ser contratados en el epígrafe de peón cualificado. Además, tendrán la oportunidad de seguir formándose, dentro de la rama agraria, cursando el grado superior de asistencia en sanidad animal, que se imparte en Huesca, o el de paisajismo.
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