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Un instituto de Zaragoza se suma a las críticas por el cierre de las zonas jóvenes: “Se trata del bienestar de la juventud”

Protesta este lunes en Santa Isabel

Candela Canales

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El conflicto por el cierre de siete zonas jóvenes en Zaragoza ha llegado a los centros educativos. El IES La Azucarera ha difundido un comunicado en el que defiende el papel de estos espacios como “refugio” y “recurso socioeducativo de cercanía”, advierte de que su continuidad está en peligro a partir de octubre y denuncia los recortes impulsados por el Ayuntamiento. El equipo directivo del IES La Azucarera y la zona joven vinculada al centro han enviado a los padres un escrito en el que subrayan que estos proyectos son “un espacio de encuentro” para el alumnado, donde se generan dinámicas de convivencia y apoyo educativo en recreos y tardes. “El PIEE muchas veces se convierte en refugio, en un espacio de escucha y un espacio seguro, para aquellas personas que sienten no encajar en la amplitud del patio durante los recreos”, señala el comunicado, en el que también se destaca que permiten detectar situaciones de vulnerabilidad o discriminación.

El instituto advierte de que la continuidad de estos programas está amenazada: “En cuanto a los PIEES (Proyectos de Integración de Espacios Escolares), está en peligro la continuidad del proyecto a partir del mismo mes de octubre”. Según denuncian, los nuevos pliegos municipales plantean una reducción de jornada y salario de las educadoras sociales, así como recortes en el presupuesto para actividades, lo que podría desembocar en el cierre de los proyectos si las empresas gestoras deciden no concurrir al concurso.

Desde el centro destacan también que a estos espacios, antes conocidos como casas de juventud, acuden menores que “muchas veces no puede acceder a otro tipo de recursos culturales y deportivos por diferentes razones relacionadas con vulnerabilidad familiar, económico y/o social. Siendo actividades más accesibles para la juventud con bajos recursos económicos, así como un recurso de cercanía, ubicados en los mismos institutos y en los mismos barrios. Se trata, por tanto, de un recurso para la juventud que previene conductas de riesgo, favoreciendo un ocio sano, de cercanía, accesible y centrado en sus intereses” y critican que “desde el Ayuntamiento de Zaragoza llevan tiempo queriendo desmantelar estos proyectos”.

El comunicado se suma así a la ola de críticas que ha generado la decisión del Gobierno municipal del PP de cerrar siete de las 27 zonas jóvenes de la ciudad —Arrabal, Parque Goya, La Jota, Santa Isabel, Valdefierro, Casablanca y Miralbueno— en el marco de la Estrategia Joven 2030. La concejala de Juventud, Ruth Bravo, ha defendido en varias ocasiones que la reordenación responde a criterios técnicos y busca “un modelo más conectado con las inquietudes de los jóvenes de hoy”, concentrando la programación en los equipamientos de El Túnel y La Azucarera, que han recibido más de 7.000 usos en los últimos meses.

La Asamblea Acción Socioeducativa Aragón mantiene activa una petición en Change.org que ya ha superado las 7.300 firmas: “Zaragoza dispone de una red de espacios municipales juveniles que es modelo para otras grandes ciudades y que lleva dando servicio 30 años”, recuerdan los impulsores de la campaña. A su juicio, los recortes y el cambio de modelo que está aplicando el Ayuntamiento conducen a “un ocio de consumo, despersonalizado y con mayor precariedad”, con especial impacto en la juventud con menos recursos.

Los grupos de la oposición y los sindicatos han denunciado el anuncio, realizado en pleno verano, como un intento de evitar el debate público. El concejal socialista Paco Galán lo calificó de “nueva muestra de precarización de las políticas de juventud”, mientras que Suso Domínguez, de ZeC, acusó al Gobierno municipal de “abandonar a los jóvenes de los barrios por un modelo de grandes espectáculos”. Desde CHA, Chuaquín Bernal habló de “un grave retroceso que menosprecia las necesidades reales de nuestros jóvenes”.

La protesta también ha llegado a la calle. Decenas de jóvenes se han concetrado durante estas semanas para exigir la continuidad de estos espacios, que definen como “refugio climático, núcleo comunitario y segundo hogar”. En su manifiesto alertaron de que “no es reorganizar: es destruir” y denunciaron que el cierre “elimina espacios fundamentales donde los jóvenes se reúnen, aprenden y se socializan”. Este mismo lunes ha tenido lugar una protesta ciudadana en Santa Isabel ante el Pleno de la Junta Municipal contra el cierre de la zona joven.

En paralelo, el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, se reunió en Zaragoza con representantes de ZeC y de los trabajadores de las zonas jóvenes. La visita fue criticada por la concejala Bravo, que lamentó no haber sido informada y denunció la “politización” del conflicto. “El nuevo modelo está funcionando mejor”, defendió, recordando que Zaragoza ha recibido 254.649 euros del Plan Nacional Antidrogas por la calidad de sus políticas de juventud.

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