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Castilla-La Mancha prepara un plan de Infraestructura Verde para “devolver a la naturaleza el espacio que necesita”

Abedular de Riofrío (Ciudad Real)

Alicia Avilés Pozo

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Detener el “alarmante ritmo actual” de pérdida de biodiversidad es uno de los muchos objetivos que el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha marcado para comenzar a preparar una futura Estrategia autonómica de Infraestructura Verde, Conectividad y Restauración Ecológica. El ejecutivo ha sacado a consulta pública la realización de este texto para que colectivos y ciudadanía realicen sus aportaciones. La Infraestructura Verde, uno de los pilares del Pacto Verde Europeo, es considerada actualmente una de las más extensas herramientas aplicables, económicamente viables y efectivas para combatir los impactos del cambio climático y ayudar a las personas a adaptarse o mitigar los efectos adversos del mismo, mediante la conservación de los ecosistemas.

En 2013 se elaboró la Comunicación “Infraestructura Verde: mejora del capital natural de Europa”, donde se la definía como una red estratégicamente planificada de espacios naturales y seminaturales, y otros elementos ambientales, “diseñada y gestionada para ofrecer una amplia gama de servicios ecosistémicos”. Incluye espacios verdes (o azules si se trata de ecosistemas acuáticos) y otros elementos físicos en áreas terrestres (naturales, rurales y urbanas) y marinas.

Otra funcionalidad es que contribuye a evitar la dependencia de infraestructuras artificiales cuya construcción es costosa, y puede contribuir de manera significativa a la aplicación efectiva de las políticas públicas cuando algunos o todos sus objetivos pueden conseguirse, parcial o totalmente, mediante soluciones basadas en la naturaleza.

“Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas”

Esta comunicación instaba a los estados miembros de la UE a desarrollar sus propias estrategias, todo ello bajo el marco de la nueva Estrategia Europea de Biodiversidad para 2030 bajo el lema “Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas”. En este nuevo texto se establecen metas más ambiciosas y desarrolla modelos más eficaces para aplicar la legislación existente. Por ejemplo, establece necesario ir “más allá” de las áreas protegidas Natura 2000, y avanzar hacia la construcción de “una red ecológica coherente mediante la mejora y fortalecimiento de la Infraestructura Verde europea”.

Las metas a conseguir, que ahora quiere incluir Castilla-La Mancha en su propia estrategia, incluyen la identificación y designación de corredores ecológicos, la ecologización urbana, un plan de recuperación de la naturaleza, la mejora de la integración de las consideraciones relativas a la biodiversidad en la toma de decisiones públicas y empresariales a todos los niveles, así como promover una iniciativa internacional de contabilidad del capital natural.

En España, la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde, Conectividad y Restauración Ecológica fue aprobada en julio de 2021 mediante orden ministerial, estableciendo un marco administrativo y técnico armonizado para el conjunto del territorio español. Y es ahí donde se prevé que las comunidades autónomas elaboren en un plazo máximo de tres años sus propias estrategias.

En la argumentación del Gobierno castellanomanchego para iniciar la preparación de este texto, resalta que la naturaleza “no puede seguir siendo considerada un recurso accesorio susceptible de ser utilizado de manera insostenible”, sino “un elemento imprescindible para nuestro desarrollo al que es necesario procurarle el espacio necesario para que sea capaz de recuperarse, y tener la capacidad de regenerar los bienes y servicios que nos proporciona”.

A este respecto, destaca la necesidad de poner freno a las causas que están provocando el “deterioro imparable de los sistemas naturales”, y añade que el sistema a transmitir es que ningún sistema social o económico “será capaz de resistir el colapso de los servicios que presta la naturaleza”.

El despliegue de una Infraestructura Verde de ámbitos regional y municipal, y de la planificación estratégica de la conservación y restauración de sus componentes, persigue “devolver a la naturaleza el espacio que necesita para el mantenimiento de sus funciones y de los servicios que presta”.

De la infraestructura gris a la verde

De este modo, explica que reforzar -no sustituir-  las infraestructuras convencionales tal y como se han venido planteando hasta el momento (“infraestructuras grises”) con soluciones basadas en la naturaleza (“infraestructuras verdes”) representa una de las herramientas más potentes para luchar contra la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

Con todo ello, los objetivos fundamentales a conseguir se basan en mantener conectadas las áreas de mayor valor ecológico a través de corredores estructural y funcionalmente viables,  reducir la fragmentación del territorio, e incorporar el valor de los servicios que los ecosistemas aportan a la sociedad.

El Gobierno regional añade además que su estrategia se centrará también en asegurar la recuperación de aquellos servicios ecosistémicos cuya prestación se encuentre comprometida, en garantizar la conservación de los que actualmente se prestan en condiciones óptimas, en priorizar las necesidades de actuación para el mantenimiento del capital natural, y en realizar un seguimiento adecuado de su evolución a través del desarrollo de las oportunas estrategias de restauración ecológica.

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