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Vivir una pandemia sin poder oír: “Si ya es difícil hacer estos trámites para una persona oyente, imagínate lo que es para una sorda”

Intérprete de signos

Francisca Bravo Miranda

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Citas médicas por teléfono, trámites relacionados con el Servicio Público de Empleo por teléfono, un sinfín de situaciones son las que han cambiado durante los meses de pandemia. Todos estos cambios han conllevado diversas dificultades para los usuarios, con líneas saturadas y largas esperas para ser atendidos. Pero, ¿qué ocurre si añadimos la incapacidad de oír? La Federación de Personas Sordas de Castilla-La Mancha ha adaptado sus servicios en la medida de lo posible, para facilitar el acceso a todo lo necesario a sus usuarios y, a la vez, ofrecer garantías de seguridad tanto a quienes necesitan intérprete como para los trabajadores en mediación e interpretación vinculados a la organización.

La Federación de Personas Sordas de Castilla-La Mancha aglutina nueve asociaciones de la comunidad de personas sordas, con el objetivo primordial de hacer valer sus derechos, a través de servicios de asesoramiento y capacitación en dos áreas clave: mediación e interpretación. A través de la mediación se ofrecen recursos con los que se capacita a los usuarios de la Federación en su vida diaria, con tres trabajadoras sociales en la región, mientras que el servicio de interpretación fomenta el uso de la lengua vehicular del colectivo y que cuenta con once intérpretes en distintas localidades de la región, como Cuenca, Guadalajara, Toledo, Ciudad Real, Albacete, Almansa o Illescas. “Las intérpretes acompañan a las personas sordas en sus quehaceres diarios, como para ir al médico, al abogado, a poner una reclamación o a comprar un electrodoméstico”, explica.

Pero todo esto cambió con la irrupción de la pandemia. “Durante los meses duros del confinamiento hemos visto el acceso a hospitales minimizado y cuando se podía, debía ser con mascarilla, lo que ha supuesto problemas de accesibilidad muy serios, aunque las intérpretes, porque mayoritariamente son mujeres, han acudid con los debidos equipos de protección individualizados para poder ayudarlos a interpretar”, explica el coordinador de la Federación, José Antonio Gil. El organismo debió “acelerar” cambios que ya tenían planeados, como la de ampliar el uso de las nuevas tecnologías en sus servicios de mediación e interpretación.

El WhatsApp, fundamental

El uso de la vídeollamada de WhatsApp se volvió fundamental a la hora de apoyar a las personas sordas, para acompañarlas al médico o cualquier trámite sin poner en riesgo su salud. “Se ha podido establecer de esta manera diálogos a tres, entre el intérprete, el usuario y el profesional que correspondiese”, explica Gil, una vídeoasistencia que ha permitido acudir al médico o al abogado. “De esta manera derribamos la barrera auditiva y la idea es que quede minimizada para que las personas se puedan comunicar. La vídeollamada ha jugado un papel fundamental, aunque esto no quita que sigan existiendo los servicios presenciales, pero siempre cuando ha sido viable, con pantalla y manteniendo la distancia”, recalca.

Gil señala que lo “más problemático” hasta ahora ha sido coordinar los recursos necesario en el caso de los alumnos sordos, que necesitan servicio de interpretación para acudir a clases, aunque se ha trabajado con la Consejería de Educación para poder solventar las necesidades que surgieron al principio del curso, en las que siguen trabajando, aunque consideran que el servicio se está prestando con normalidad. “Es un derecho que tiene todo el estudiantado”, recalca el coordinador.

Mediación

Laura Flores es parte del equipo de trabajadoras sociales que presta el servicio de mediación social, que se ha realizado también a través de vídeollamadas. “Antes teníamos mucha intervención cara a cara, pero ahora que no podíamos recibir gente incluso estando en la oficina, nos hemos pasado a la vídeollamada, al WhatsApp y al correo electrónico”, explica la profesional.Ha sido un esfuerzo de adaptación, recalca, tanto para ellas como para todas y todos los usuarios de la Federación, aunque ha “funcionado muy bien”.

Principalmente, se han encargado estos meses de trabajar solicitando diversas ayudas, como el Ingreso Mínimo Vital, ayudas relacionadas con la conciliación familiar o con pedir ayudas para poder adquirir tablets, ordenadores o teléfonos móviles, así como lo relacionado con ERTE o solicitud de prestación por desempleo. “Si a una persona oyente le cuesta, pues imagínate a una sorda”, señala. El trabajo ha aumentado, aunque depende de la provincia: la profesional que cubre la provincia de Toledo ha sido la que más ha notado la situación, también con usuarios y usuarias nuevos.

La interpretación en tiempos de pandemia

Olatz Etxeberría es una de las intérpretes de la Federación, y explica que sobre todo se ha apoyado para poder recibir asistencia médica. ¿El problema? En algunos casos ha sido la cobertura en centros de salud u hospitales, que “no ha sido muy allá” y que llegaba incluso a cortarse. De todos modos, reconoce que ha sido un avance trabajar de forma telemática, puesto que les ha ofrecido inmediatez a quien lo ha necesitado. Incluso, durante la época del confinamiento, estuvieron disponibles todo el día, atendiendo todas las urgencias.

“Veíamos a los usuarios preocupados, preguntándose qué pasaría si tenían que ir al médico, porque se podían entender con lectura labial, pero con las mascarillas es imposible. Además, hemos realizado vídeos explicando qué ocurre con el estado de alarma y las distintas medidas que se iban poniendo en marcha. Al estar más informados, han estado más tranquilos”, concluye.

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