Una reforma que mantiene la esencia de la histórica farmacia Santa Teresa, obra de Julio Carrilero
La Farmacia Santa Teresa -“la mejor surtida”, según la vieja publicidad- se encuentra enclavada en el chaflán de la calle Mayor con Rosario y es una de las más antiguas de la ciudad. Fue originariamente de la familia Matarredona, quienes encargaron la edificación al arquitecto Julio Carrilero en 1930, como ampliación de una construcción contigua anterior en la calle mayor, después también ampliada en 1931 en la calle del Rosario.
En un estilo propio de los años 1920-30, elegante y noble, para este tipo de establecimientos. Hace unos 25 años se amplió el espacio comercial, mimetizando un nuevo espacio en la zona de la calle mayor. Esta farmacia la de Santa Teresa, que tenia un cartel exterior, ya desaparecido, con la imagen de la Santa en hierro esmaltado y que durante la guerra estuvo tapado. Después se ha ido “modernizando” el establecimiento sin perder su personalidad, tal y como recuerda Luis Guillermo García-Saúco, historiador albacetense. Ahora la farmacia, un icono de la ciudad de Albacete, se renueva pero sin tocar lo esencial, lo que la hace única.
El proyecto, en el que está inmerso el nuevo propietario de la farmacia, Juan José Martínez Carrillo, respeta los espacios artísticos e históricos, llegando incluso a crear un pequeño museo con los frascos, recetas y objetos originales de mediados de siglo que había en la farmacia.
“Para un albaceteño, un farmacéutico, es un honor ocupar la farmacia más antigua de Albacete, trabajar en una farmacia que es emblemática”, explica Martínez.
Estructuralmente, sobre todo lo que tiene es la arquitectura de Julio Carrilero que es del 31. “Vamos a poner a la vista cosas que tenía la farmacia y que nunca las ha visto nadie”, cuenta el nuevo titular. El objetivo es recuperar la esencia de una farmacia que antaño fue una de las más importantes de la región.
“Hace 40 o 45 ésta era la farmacia más importante no solo de la provincia de Albacete sino casi del sur de Castilla-La Mancha”, tal y como explica el farmacéutico que ha pasado a gestionarla. “Abastecía Cuenca, abastecía a Toledo”, y es que aparte de farmacia era centro farmacéutico. Ello supone que tenía fórmulas magistrales, almacén de distribución,…, “es una farmacia de lo más emblemático que hay”. Ahora, con la adquisición del negocio, el nuevo propietario está recogiendo fotografías y otros elementos que quiere incluir en la decoración. “He encontrado auténticos tesoros que se van a exponer abajo”, explica.
Todo lo antiguo que tiene carácter histórico se va a salvaguardar. En declaraciones a esta redacción Juan José Martínez Carrillo, explica que los artesonados — que son de escayola– se va a limpiar; “todo lo que hay alrededor que es gotelé se va a quitar; la moldura también se mantiene; las columnas que son de hierro, de Carrilero, se van a limpiar. Voy a respetar y voy a salvaguardar todo lo que se pueda”.
Ahora el nuevo propietario espera poder tenerla abierta al público “antes de Feria”, para devolver la actividad a una farmacia que generará, según tiene previsto, 9 puestos de trabajo y estará abierta 12 horas al día. “No es un proyecto pequeño”, asegura. En esta ardua labor no está solo. “Los dueños del local nos están ayudando mucho sobre todo en el tema de la accesibilidad”, explica. “Son los hijos de José Lozano, son seis herederos y están muy vinculados con la accesibilidad del local que era una de las cosas que ellos querían hacer”, sentencia.
A lo largo de este proceso Martínez ha ido descubriendo “joyas” que atesoraba esta farmacia. De todas ellas, dice, se queda con la historia de este negocio, de su paso por el tiempo siendo testigo de la evolución de la ciudad desde hace un siglo. “Eso hace que te motives y te ilusiones. Estás trabajando en uno de los primeros sitios donde se tipificó la profesión de farmacéutico”, asegura.
Al valor patrimonial se le suma el histórico ya que esta vieja farmacia fue testigo por ejemplo de las Brigadas Internacionales. Según García-Saúco fue farmacia de este ejército durante la guerra y aún su dueño don Antonio Lozano Matarredona fue de los fundadores del Albacete Balompié. Otro de los objetivos que tiene Juan José Martínez Carrillo es “hacer honor a todos los titulares que ha tenido esta farmacia”, desde lo hermanos Lozano Matarredona, Rosario Casado,…, todos.
Un malentendido
Este martes un malentendido hizo saltar todas las alarmas sobre las obras de la farmacia. Desde el colectivo Patrimonio Albacetense se denunciaba a través de twitter la posible destrucción de los elementos originales del interior, algo que ha quedado aclarado.
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