La cruz de la Catedral de Cuenca ya luce sin los símbolos franquistas
- En poco más de 24 horas el Obispado los ha retirado en virtud de un acuerdo del pleno avalado por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo
Poco más de 24 horas. Es lo que el Obispado de Cuenca ha tardado en retirar los símbolos franquistas del lateral de la Catedral, una tarea en la que empezaron a trabajar el miércoles por la mañana entre tres y cuatro operarios cubiertos por una amplia lona azul que ya este jueves ha quedado destapada.
El resultado es la cruz que llevaba años luciendo en un lateral de la Catedral de Cuenca pero sin el yugo y las teclas ni el nombre de José Antonio Primo de Rivera que hasta ahora le acompañaban, y que es lo que el Juzgado Contencioso-Administrativo consideró a finales de 2017 que eran símbolos franquistas.
Mucho más tiempo es lo que ha llevado que el Obispado se decidiera a la retirada de esta simbología como le obligaba la Ley de la Memoria Histórica aprobada por el Gobierno central a finales del año 2007, más de diez años atrás.
En este sentido, hay que recordar que en la anterior legislatura el pleno ya aprobó una moción en el año 2014 que instaba al Obispado a cumplir con la citada ley y retirar los símbolos con los votos de los concejales del PSOE y la abstención del PP, según el cual faltaba documentación para quitar la simbología.
Y, en la presente, se aprobaron otras dos mociones en esta misma dirección, una en octubre y otra en diciembre de 2017, las dos aprobadas con los votos a favor de PSOE, IU y Ciudadanos y la oposición del Partido Popular. El equipo municipal justificó su voto en contra señalando que la Ley de la Memoria Histórica establece como excepción los símbolos que aludan a razones “artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas”, como a su entender podría suceder en este caso.
La Semana Santa de 2018, que arrancará el próximo 24 de marzo con el tradicional pregón en la iglesia de San Miguel, será así la primera festividad de las últimas décadas sin estos símbolos que para muchos dañaban la imagen de la ciudad, sobre todo de cara al turismo, una medida largamente demandada por colectivos como Ciudadanos por la República.
Fue el pasado 21 de febrero cuando el Ayuntamiento, según trascendió en el último pleno, concedió al Obispado la licencia para retirar estos símbolos y le daba un mes de plazo para su supresión.