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La demencia tiene unas consecuencias devastadoras en el individuo, en su familia y en la sociedad. Se estima que en España hay más de un millón de personas con demencia y 60.000 nuevos casos cada año. En Castilla-La Mancha existen unos 50.000 pacientes con demencia. Además de la importante discapacidad que producen, las demencias son también una causa frecuente de mortalidad, con más de 700 castellanomanchegos fallecidos en 2017 por enfermedad de Alzheimer.
El creciente envejecimiento de la población incrementará los casos de demencia, dado que aumentan con la edad: tienen demencia el 5% de los mayores de 60 años, el 20% de los mayores de 80 años y el 30% de los que tienen más de 90 años de edad. Por ello, es esencial buscar formas de prevenir esta patología tan invalidante y con tanta relevancia social.
Este fin de semana se ha celebrado en Toledo una reunión de formación continuada en cardiología que cumple veintidós años. Cardioforo, que así se llama, surgió en Toledo y se ha venido celebrando de forma ininterrumpida desde 1998, congregando a dos centenares de cardiólogos. Uno de los temas que se han comentado en la reunión es la reciente publicación de un estudio que demuestra que un buen tratamiento de la hipertensión arterial reduce la aparición de demencia, especialmente en sus fases más iniciales.
En este contexto, es extraordinariamente relevante el hallazgo de que un control más estricto de la presión arterial, en comparación con el control habitual, consigue reducir la aparición de nuevos casos de demencia, dado que abre una nueva puerta a la prevención de esta importante e invalidante patología. Si en los pacientes hipertensos somos capaces de mantener una presión arterial sistólica o máxima próxima a 120 milímetros de mercurio, podremos evitar muchos casos nuevos de demencia, especialmente si tenemos en cuenta que casi el 70% de las personas mayores de 65 años son hipertensas.
Se estima que la adquisición de hábitos de vida saludables, como la dieta sana, el ejercicio físico, mantener un colesterol en sangre bajo, evitar el tabaco, etc., puede prevenir hasta el 40% de los casos de demencia. A esto puede añadirse en los pacientes hipertensos este nuevo y relevante hallazgo que hace hincapié en la importancia de un control correcto de la presión arterial.
Resulta curioso comprobar cómo la prevención de la demencia sigue las mismas pautas que la prevención de las enfermedades cardiovasculares. De hecho, muchas demencias tienen una causa vascular o, sobre todo al inicio, un cierto componente de patología vascular que contribuye a poner en marcha el deterioro mental. Posteriormente, parece que se añaden distintos mecanismos que, espoleados por la alteración vascular, contribuyen a incrementar el deterioro mental progresivo.
A la luz de estos recientes datos, podría decirse que las causas vasculares están en el corazón de la demencia, pues las medidas de prevención cardiovascular, entre las que este nuevo estudio muestra que destaca el adecuado control de la hipertensión arterial, son esenciales para disminuir sustancialmente la aparición de nuevos casos de demencia. Así, un buen control de la presión arterial, del colesterol en sangre y de la diabetes, junto con una dieta sana como la mediterránea y la realización regular de ejercicio físico adecuado tienen el potencial de evitar hasta la mitad de los nuevos casos de demencia. Es hora de que la preocupación nos conduzca a la acción.
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