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La fosa común del cementerio de Toledo con posibles víctimas de la gripe 'española' de 1918

Interpretación de los perfiles con la secuencia de enterramientos

Fidel Manjavacas

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El pasado mes de diciembre operarios del Cementerio Municipal de Toledo descubrieron una desconocida fosa común que podría albergar “decenas” de víctimas de la mal llamada gripe 'española' de 1918. Se trata de una fosa sin precedentes en el país, según las investigaciones que ha realizado la Asistencia Técnica de Arqueología del Ayuntamiento de la capital regional (Global Arqueología), encargada de realizar un informe para datar el hallazgo y determinar las actuaciones a llevar a cabo.

Según explica a este medio uno de los integrantes de este equipo, el arqueólogo Antonio José Gómez Laguna, la ubicación de esta fosa (situada entre dos tumbas, una de 1942 y otra de 1963) se encuentra en el rincón más alejado de la puerta principal del cementerio, construido en el año 1893. El trabajo que han desempeñado comenzó la mañana del pasado 17 de diciembre, tal y como describen en el blog Hombre de Palo, después de que los operarios dieran aviso del hallazgo tras tener que enterrar dos cuerpos en una tumba anexa a la fosa encontrada, en la que había ya otros dos cuerpos, y encontrar restos humanos al ampliarla.

En esta fosa común, por los cráneos localizados, han podido identificar a un mínimo de “10 o 12” individuos. En su mayoría se trata de personas adultas -con algunos indicios de la existencia de jóvenes adultos pero no infantiles o neonatos-, que fueron enterrados con el empleo masivo de cal en siete capas o pisos. Sin embargo, explica Gómez Laguna, no se han podido localizar los límites de la fosa ni el final de la misma, que tiene al menos 1,5 metros de profundidad y aparece un metro de la superficie. Lo que sí conocen es que su construcción data de entre los años 1893 y 1942.

Fosa para gente sin recursos, represaliados de la Guerra Civil o víctimas de la gripe 'española'

“La cantidad de cal indica que pudo ser un momento de epidemia. En el siglo XIX está la cólera, que fue horrible, y en el siglo XX la gripe 'española', no hay más”, subraya el arqueólogo, que no aunque no descarta las otras teorías que manejan sobre esta fosa, que fuera para personas sin recursos o para represaliados de la Guerra Civil, considera que la del episodio de gripe 'española' es la que más se ajusta a los elementos que han estudiado.

Aunque afirma que “las tres opciones son válidas”, ya que la única forma de confirmar que los restos encontrados en la fosa pertenecen a víctimas de la mencionada pandemia es a través de “un registro, un documento o un elemento que indique para qué sirvió esta fosa común”, la hipótesis de que sean represaliados de la Guerra Civil es la que “menos se ajusta” al hallazgo. “Con siete reutilizaciones continuas donde la fosa está ya abierta y flexible sería demasiada pública y notoria su ubicación para no ser conocida. Una fosa de este tipo -de represaliados- se abre una sola vez en una noche, se depositan los cuerpos, se cierra y no se vuelve a reabrir”.

Por su parte, respecto a que pudieran estar enterradas personas sin recursos, el arqueólogo apunta que lo habitual es que los cementerios cuenten con el registro de este tipo de fosas, en las que los cuerpos se depositarían “poco a poco” y no “10 o 15” a la vez. Aunque la ubicación de la misma, en el rincón noroeste del cementerio, podría ser un lugar de inhumación y explicaría el dilatado uso de la fosa y los sucesivos niveles de cuerpos, creen que el menor uso de cal para enterrar a gente sin recursos -como se puede ver en la película 'Amadeus' con el enterramiento del músico Wolfgang Amadeus Mozart (a finales del siglo XVIII), pone como ejemplo Gómez Laguna- es otro elemento que no se ajusta a la cantidad encontrada de esta sustancia.

Así, la teoría que coge más peso es la de que pudieran ser víctimas de la gripe 'española', en la que se sí dieron tres oleadas entre la primavera de 1918 y el invierno de 1919. Aunque no fue tan agresiva como el cólera del siglo XIX -que se descarta por su incidencia en los años 1834, 1855, 1865 y 1885, cuando no aún no estaba construido el Cementerio Municipal-, al haber afectado de forma mayoritaria a jóvenes adultos explicaría que no se hayan encontrado cuerpos de niños, y el lapso de oleadas de la gripe daría argumentos también a las siete capas de enterramiento de la fosa y la disposición de los cuerpos en ellas.

El uso masivo de la cal también daría argumentos a este tipo de enterramiento durante esta pandemia, que se estima que llegó a provocar 50 millones de muertes en el mundo. Según explica el periodista Adolfo de Mingo en este artículo en el que relata cómo afectó la gripe en la provincia de Toledo, la ciudad de Toledo consiguió contener la primera oleada pero registró numerosas víctimas entre enero y febrero de 1919.

Sin indicios de ataúdes

Los cuerpos, destaca el equipo de arqueólogos (compuesto también por Tania Obregón Penis y Juan Ángel Ruiz Sabina), están en conexión anatómica, con la cabeza preferentemente al norte, aunque hay indicios de que pueden estar colocados de forma alterna. En el momento de la inhumación se encontraban vestidos, según desprenden del hallazgo de botones de pasta vítrea, calzado de cuero o restos de tejidos. Precisan que probablemente estaban envueltos en un sudario o manta, pero no han encontrado indicios de ataúdes.

El arqueólogo, sorprendido por este hallazgo precisamente tres meses antes de que España tuviera que declarar el estado de alarma ante otra pandemia, cree que podría haber “varias decenas” de cuerpos enterrados. En este sentido, las recomendaciones que han hecho desde la Asistencia Técnica del Consistorio, con el objetivo de resolver el problema de esta fosa abierta y completar los trabajos de enterramiento que iban a realizar los operarios, apuntan a no ampliar la fosa en ninguno de los límites de profundidad y en los laterales al tratarse de “un punto muy complejo” del cementerio. Además, instaron a proteger los perfiles y el fondo con geotextil para evitar contacto entre el relleno estratigráfico y los nuevos aportes, así como reintegrar los cuerpos extraídos de forma accidental al nuevo depósito.

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