En Castilla-La Mancha se va a construir en los próximos dos años solo la mitad de las viviendas que se van a necesitar. Es uno de los datos que refleja el informe ‘Situación Castilla-La Mancha 2025’ elaborado por BBVA Research y que proporciona un análisis económico exhaustivo de la comunidad autónoma.
“No se está construyendo vivienda nueva y eso seguirá poniendo presión al menos durante dos años en los precios”, según explica Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research. Y no solo eso. La entidad financiera cree que la falta de inversión en vivienda nubla las perspectivas económicas de Castilla-La Mancha para los dos próximos años y actúa como cuello de botella para el crecimiento en áreas urbanas.
La falta de vivienda limita las mejoras en crecimiento de empleo, renta y de la capacidad de atraer migración para seguir creciendo, por ejemplo, en el sector servicios. Hay personas dispuestas a comprar porque las tasas de ahorro son elevadas y, además, señala Cardoso, “hay población que percibe que la única forma de acceder a la vivienda es ahorrando”.
La escasez en la oferta de vivienda, dice, tiene “impacto en el bienestar de las personas y en su contribución al crecimiento de la demanda”. Además, el hecho de que no haya vivienda, reduce el atractivo para venir y trabajar a Castilla-La Mancha.
BBVA estima que la producción anual de vivienda estará entre las 4.000 y las 6.000. Y eso no es compatible con el crecimiento del empleo. Se espera que crezca en 40.000 puestos de trabajo entre 2025 y 2026, y que se creen unos 10.000 hogares nuevos al año, así que la cifra de vivienda nueva es insuficiente y, añade Miguel Cardoso, “seguirá incrementando el desequilibrio entre la oferta y la demanda de vivienda”.
El PIB va a seguir creciendo hasta 2026
Juan Carlos Hidalgo, director territorial de la zona centro de BBVA destaca el fuerte crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla-La Mancha en 2024 que podría haber alcanzado el 3,4%. Este crecimiento contrasta la desaceleración a finales de 2023, que logró repuntar a principios de 2024, impulsada por el sector público, el comercio, las manufacturas y las actividades profesionales, así como por la progresiva normalización de la situación climatológica.
Hidalgo habla de proyecciones positivas para 2025 y 2026. Para este mismo año la entidad financiera espera que el PIB regional crezca en un 2,8%.
Ya en 2026 la proyección apunta también al crecimiento, pero con una cierta desaceleración (1,6%) debido a un menor impulso del consumo, la débil recuperación en Europa, la incertidumbre de la política económica mundial o el impacto de los aranceles de Donald Trump.
El dinamismo actual de la economía castellanomanchega lo explica el buen comportamiento de la demanda interna, impulsada por el consumo de los hogares y en particular por el gasto del turismo extranjero. Además, a eso se suma la recuperación de la actividad agraria que impulsa las exportaciones, generando un efecto arrastre positivo sobre la producción industrial, que ya supera los niveles de 2019.
La recuperación del PIB en Castilla-La Mancha se ha producido de manera relativamente rápida, según Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research para España con una contracción por la pandemia algo menor que en el conjunto nacional. Se estima que la región podría alcanzar en este 2025 el nivel de PIB consistente con la tendencia observada antes de la pandemia, e incluso superarlo en 0,7 puntos porcentuales en 2026.
El empleo en Castilla-La Mancha
Cardoso destaca por otro lado el “comportamiento diferencial” en la afiliación de la Seguridad Social en Castilla-La Mancha. En el primer trimestre de 2025 creció un 3%, incluso por encima de la media nacional.
Ese dinamismo se ha concentrado en los sectores comercio, servicios públicos, manufacturas y actividades profesionales, a lo que se suma la progresiva recuperación de la afiliación agraria. “Las grandes áreas urbanas diferencialmente muestran más creación de empleo, sobre todo las más cercanas a la Comunidad de Madrid”, señala el economista.
El buen comportamiento del empleo se explica por el aumento de la población activa de origen extranjero y, sobre todo, por el aumento de la contratación de nacionales. Entre 2021 y 2024, los inmigrantes han cubierto la mitad de los 51.000 empleos creados en Castilla-La Mancha. La contribución de la mano de obra extranjera al crecimiento del empleo es similar a la del conjunto de España.
Las previsiones indican que la tasa de paro podría reducirse hasta el 11,6% de media en 2026, y se podrían crear 40.000 nuevos empleos en el bienio 2025-2026. La tasa de empleo, si bien está lejos de las cifras de 2007, ha superado su máximo histórico en el grupo de 25 a 54 años, y destaca un fuerte aumento en la tasa de empleo entre los mayores de 55 años. La tasa de empleo entre los jóvenes, sin embargo, se reduce, en parte por la mayor escolarización.
A pesar de estos avances, BBVA cree que el incremento de los costes laborales puede ralentizar la creación de empleo. Se ha observado un aumento en el coste laboral total en el sector servicios, que en 2024 superó el nivel de 2019. No obstante, en Castilla-La Mancha no se detectan desajustes relevantes en el mercado laboral, gracias al dinamismo de la inmigración.
Por otro lado, se considera “clave” acelerar el crecimiento de la productividad para sostener la actividad en un contexto de incremento de los salarios, aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social y de los costes no salariales, especialmente si se confirman los cambios en la jornada laboral. Esto será prioritario para las pequeñas empresas.
Una buena parte del crecimiento económico se sustentará en el turismo, gracias al elevado aumento de la productividad en los servicios y a la capacidad de crear empleo. De hecho, el informe destaca que la productividad por hora en el comercio, transporte y hostelería en Castilla-La Mancha fue un 7,0% mayor en 2023 que en 2019.
Además, los hoteles de Castilla-La Mancha consiguieron un ingreso medio por habitación de 67 euros por noche en 2024, un 36% más que en 2019, aunque un 36% inferior a la media española. Hay margen, dice BBVA, para seguir creciendo, también en precios, cuyo incremento es menor que en otros destinos competidores.
La entidad financiera también analiza el efecto de la reducción de la jornada laboral que todavía no ha entrado en vigor. Según los datos que maneja BBVA, el 54% de asalariados trabajan más de 37,5 horas en Castilla-La Mancha.
“En un entorno donde crezca más la demanda se absorberán los incrementos en coste contratando más gente, pero las pymes pueden verse resentidas”, asegura.
Ejecución de fondos europeos, esfuerzo fiscal y financiación autonómica
En los próximos meses, la consolidación fiscal en España será significativa y simultánea a la de otros países de la Unión Europea. BBVA cree que Castilla-La Mancha deberá mantener su esfuerzo fiscal, aunque existe incertidumbre sobre su contribución a la disminución de los desequilibrios.
Por otro lado, los Fondos Next Generation EU (NGEU) han tenido un impacto relevante en la región. Hasta marzo de 2025, se han licitado contratos y concedido subvenciones con ejecución en Castilla-La Mancha por valor de 1.750 millones de euros (3,0% del PIB regional de 2024). Sin embargo, advertía Cardoso, en los últimos meses se ha ralentizado la ejecución de fondos asignados en la región. “Si queremos acabarnos esos fondos tendría que haber una aceleración en los procesos de aprobación de licitaciones y de subvenciones pues, muy probablemente, lo que veamos es que con el tiempo, la economía se va a ir resintiendo por esa falta de fondos”.
En cuanto al gasto público regional, los datos de 2024 indican una contención que se explica por una menor inversión y la moderación en transferencias sociales en especie y remuneración de asalariados, a pesar de la presión al alza de los salarios públicos. Como resultado, Castilla-La Mancha cerró 2024 con un superávit del 0,1% del PIB regional, corrigiendo el desequilibrio de 2023. El dinamismo de los ingresos de la Junta, impulsado por el aumento de los recursos del sistema de financiación, ha permitido este ajuste.
No obstante, señala el informe la incertidumbre de política económica ha aumentado en los últimos meses, tanto en Europa como en España, alcanzando niveles similares a los observados tras la invasión de Ucrania puede condicionar lo económico.
BBVA cree que el acuerdo para la condonación de la deuda autonómica debe acompañarse de una reforma de la financiación autonómica que no termina de llegar. Ese retraso, según Miguel Cardoso, tiene un impacto “limitado” en Castilla-La Mancha, pero advierte que es necesario definir “las reglas del juego” para afrontar la siguiente crisis que pueda llegar.
De hecho, preocupa el entorno global, especialmente la política de Donald Trump que genera incertidumbre por su intención de incremento de los aranceles. A eso se suma que el bajo crecimiento de la eurozona supone un lastre para el avance de las exportaciones
Los retos que lastran el crecimiento económico
Pese a los datos positivos, el informe refleja retos futuros relacionados con la incertidumbre global, la necesidad de aumentar la productividad y la consolidación fiscal, mientras se subraya la recuperación tras eventos adversos como la DANA y el apagón.
Preocupan el impacto indirecto a través del canal financiero o de las economías europeas, la falta de inversión, especialmente en vivienda, ya citada y el incremento de los costes laborales que podría ralentizar la creación de empleo.
A largo plazo, la región necesita acelerar el crecimiento de la productividad y eso es algo apremiante, sugiere la entidad bancaria, ante el aumento de los costes salariales.
Otro de los aspectos que apunta el informe es la necesidad de gasto creciente en servicios como sanidad, pensiones e inversión, en un contexto donde el gasto en inversión pública apenas cubre las necesidades de depreciación y obsolescencia.
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