El Consejo de Cuentas reprocha a Castilla y León el papel “irrelevante” de su Estrategia para el cambio climático
El Consejo de Cuentas reprocha a Castilla y León el papel “irrelevante” de su Estrategia para el cambio climático y lamenta que prácticamente todos los objetivos no están cuantificados ni tienen plazos concretos para su cumplimiento. “Algunos objetivos adolecen de falta de concreción, lo que dificulta su medición posterior a través de indicadores de resultados o de impacto”, reprocha en su informe de Fiscalización de la Estrategia para el Cambio Climático de 2009 a 2020, publicado este martes.
El informe es muy crítico con la gestión del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, en el cargo desde 2015, y su antecesor en el puesto y ahora senador por León, Antonio Silván. Ambos son dirigentes del Partido Popular, aunque el estudio abarca sus gobiernos en solitario y en coalición con Ciudadanos, puesto que la coalición con Vox ha empezado en el 2022
La Estrategia Regional para el Cambio Climático y la Estrategia Regional de Desarrollo Sostenible fueron diseñadas simultáneamente por la misma comisión, aunque el papel de la primera ha sido “irrelevante” en las políticas de la Consejería, mientras que la segunda estrategia recibió “una mayor importancia”.
Faltan actuaciones que han realizado la mayoría de comunidades
Este órgano independiente también señala que Castilla y León no ha declarado la emergencia climática para subrayar su compromiso firme, ni ha tramitado su Ley autonómica, ni ha comenzado a elaborar una nueva Estrategia de Energía y Clima para el 2030 a pesar de que la estrategia concluyó hace más de año y medio. Tampoco ha comenzado a elaborar una estrategia de adaptación al cambio climático. Se trata de cuatro iniciativas en las que ya trabajan la mayoría de comunidades autónomas, pero no Castilla y León.
Además, critica el “deficiente diseño” de la Estrategia, porque en el Plan de Mitigación del Sector Transportes, 7 de las 16 medidas y actuaciones seleccionadas eran competencia de otras Administraciones Públicas. Además, tampoco se cuantificaba o estimaba el coste económico de los planes ni figuraba su repercusión en el gasto público. El Consejo de Cuentas desconoce los recursos financieros empleados, “que es la información mínima necesaria para poder verificar el cumplimiento de estos principios”.
Las direcciones generales, consejerías y entes han trabajado “de manera unilateral e independiente” sin coordinación, seguimiento y/o control de su puesta en marcha. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente “no tuvo conocimiento” a lo largo de su horizonte temporal del grado de ejecución real de la Estrategia, explica el Consejo de Cuentas, pero tampoco la Comisión tampoco realizó “ninguna” de sus funciones de seguimiento. “No existió ningún Sistema de Seguimiento y Control de la Estrategia”, zanja el Consejo de Cuentas, ante la “inacción” de todas sus estructuras.
Los agentes sociales, “excluidos” de un seguimiento que tampoco se ha hecho
Los agentes sociales participaron de forma “activa” en el diseño y elaboración de la Estrategia, pero luego fueron “totalmente excluidos” en el proceso de seguimiento y control. ni hubo comunicación formal con la Oficina Regional de Lucha contra el Cambio Climático, puesto que no llegó a constituirse.
Se recomienda, por lo tanto, crear la Oficina de Lucha contra el Cambio Climático y dotarla de los medios materiales y humanos “suficientes”. “Deberían crearse cauces de comunicación permanentes y estables con los agentes sociales para lograr su participación activa en el seguimiento. Debería emitir periódicamente informes de carácter público sobre el grado de avance en la ejecución de sus objetivos”, reclama el Consejo de Cuentas
Este órgano independiente también considera que no es muy “coherente” que el sistema de seguimiento y control de las estrategias tuviera un carácter provisional a la espera de su configuración definitiva. Este seguimiento tampoco ha sido muy transparente. Los resultados no fueron publicados de cara al ciudadano medio y el documento de balance, que incluye “el único y escaso seguimiento” de la Estrategia, no está publicado en la página web de Medio Ambiente de la Junta.
Menos emisiones de CO2, pero no por la Estrategia
Más de la mitad de las medidas analizadas no han sido ejecutadas o no se ha podido obtener información respecto a su ejecución. Solo 15 de las 64 medidas estudiadas han sido ejecutadas en su totalidad y 12 de forma parcial, frente a las 37 no ejecutadas o con una ejecución desconocida.
Lo que sí reconoce el Consejo de Cuentas es que la Comunidad contribuyó “positivamente” a la reducción de emisiones de CO2 porque respetó “holgadamente” el compromiso de reducir sus emisiones un 20% respecto a 1990. Sin embargo, no es un descenso que pueda atribuirse a la gestión autonómica. “Esta minoración no es atribuible a la ejecución de la Estrategia, sino fundamentalmente a factores exógenos (entre otros, la pérdida de competitividad del carbón y el aumento del coste del derecho de emisiones de CO2).
La producción de energía primaria en el período 2009-2020 ha disminuido en un 48,34 % por el cierre de la central nuclear de Garoña y las térmicas de carbón. La energía de fuentes renovables ha registrado un incremento en un 61,30 % en 10 años por el impulso de las eólicas y fotovoltaicas.
La Adaptación al cambio climático tampoco se ha cumplido “satisfactoriamente”
La “Adaptación al cambio climático” solo figura en el cuarto programa del Plan de Actuaciones Transversales, pero tampoco queda satisfecho el Consejo de Cuentas. “La primera etapa no fue realizada, y en cuanto a los estudios sectoriales, la mayoría tampoco fueron ejecutados y los que fueron realizados concluyeron a finales de 2020 o solo fueron parcialmente ejecutados, por lo que no se ha cumplido satisfactoriamente el objetivo general ni los objetivos específicos en materia de adaptación del Plan”.
La Consejería incumple también alguna de las medidas que ella misma propone al no desarrollar un inventario autonómico propio de sumideros de carbono. Según las estimaciones, se habría cumplido el objetivo general de aumentar la capacidad de absorción de CO2 por parte de las formaciones vegetales y ecosistemas.
Ante esta situación, el Consejo de Cuentas insta a Medio Ambiente a concluir “cuanto antes” la tramitación del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
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