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Entrevista
Líder de En Comú Podem

Jéssica Albiach: “Aragonès no nos garantiza que Junts se quede fuera del Govern”

Jéssica Albiach, líder de En Comú Podem, en la sede del partido en Barcelona

Arturo Puente

14 de mayo de 2021 22:22 h

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Los 'comuns' han reaparecido en el accidentado tramo final de las negociaciones entre partidos para buscar una investidura en Catalunya. Comenzaron la semana iniciado la negociación con ERC y la acabaron suspendiendo las conversaciones. En paralelo, los republicanos se han alejado y después acercado de nuevo a Junts, en un proceso agónico que a 10 días de la repetición electoral no ha conducido a una mayoría para votar a un nuevo presidente de la Generalitat.

Desde En Comú Podem afirman que ellos continúan teniendo la mano tendida para dar su apoyo a Pere Aragonès, pero reclaman a cambio un compromiso claro de que Junts no entrará en el Govern, ni ahora ni a lo largo de la legislatura. “No podemos llegar a un acuerdo con ERC si no sabemos cómo discurrirá la legislatura y quién condicionará las políticas del Govern”, explica Jéssica Albiach, que pide tanto a los republicanos como al PSC abandonar “el inmovilismo que nos aboca al fracaso”.

Anunció el jueves que rompían las negociaciones con ERC. ¿Han vuelto a hablar con los republicanos?

No, no hemos vuelto a hablar.

¿En qué momento vieron que no se entendían con Pere Aragonès?

El sábado pasado fue una buena noticia, que mucha gente progresista de este país vivió con alegría, el hecho de que Aragonès diera un primer paso para emanciparse de Junts y se abriera a una fórmula diferente. Nosotros extendimos la mano desde el primer momento, nos pusimos a trabajar ese mismo fin de semana para reunirnos el lunes ya con propuestas. Hemos visto que en tres meses de negociación con Junts se hablaba de cualquier cosa, de Consell per la República, de sillas y de tutelas, pero no de propuestas programáticas. Nosotros creemos que las negociaciones debían ir de otra forma y elaboramos una serie de propuestas.

¿Por ejemplo?

Hablamos de la figura del psicólogo público, para cuidar la salud mental de la que ahora todo el mundo habla pero que tenemos como carencia histórica en nuestro sistema de salud. También de una inmobiliaria pública para tener 10.000 pisos de alquiler social, la mitad de ellos para los jóvenes. Hablamos de cómo hacer que las familias monoparentales tengan los mismos derechos que las numerosas. O propuestas como que el nuevo Govern se comprometa activamente en el primer mes para mantener la primera reunión de la mesa de diálogo y empezar a calendarizar seriamente cómo hacerla viable.

¿Y sobre estas propuestas se entendieron?

En la reunión vimos proximidad con ERC. Sin tener claras qué propuestas aceptan o no, digamos que la música les gusta. Pero nosotros planteamos dos cosas más. La primera, que un Govern con En Comú Podem dentro es más fuerte de cara a los retos de esta legislatura, pero nosotros no lo situamos como una línea roja. Y la tercera pata, que para nosotros era clave y donde Aragonès no ha sido claro y transparente, era que Junts no estuviera en el Govern. Si queremos un cambio de etapa, necesitamos un cambio de Govern y lo que le pedimos a ERC era claridad. En Comú Podem no puede apoyar una investidura para que ahora o a lo largo de la legislatura Junts entre al Govern.

Nosotros nunca llevaríamos a este país a una repetición electoral por un tema de sillas

¿Ustedes llegan a plantear a ERC su voluntad de incorporar consellers de En Comú Podem al Govern? ¿Qué les contestan?

Que ellos en principio no lo veían, pero que quizás a lo largo de la legislatura se podría trabajar en esta fórmula.

¿Y les convence esta opción?

Como digo, a nosotros el “ya hablaremos” no nos parece la fórmula idónea, pero tampoco lo vemos como un gran problema de cara a trabajar para que Catalunya tenga un nuevo Govern. Nosotros nunca llevaríamos a este país a una repetición electoral por un tema de sillas.

En cambio para En Comú Podem sí era una línea roja que Junts no entrase al Govern en ningún momento. ¿Qué tipo de garantía le pedían a ERC?

Un compromiso público, sencillamente. Ni siquiera llegamos a plantear una firma. Si sale el señor Aragonès y dice públicamente “Junts no estará esta legislatura en el Govern de la Generalitat”, yo ya tengo suficiente. Sobre todo, porque al final, si uno quiere presidir un Govern y un país, debe ser claro y transparente. Cuando nosotros decimos que no con Junts es porque defendemos que es necesario un cambio de etapa. Junts no cree en la mesa de diálogo, y Aragonès debe decidir si mesa de diálogo sí o no. Junts no tiene problema con la privatización de servicios públicos, así que para nosotros Salud y Educación nunca pueden quedar en manos de Junts.

¿Qué le constesta Aragonès cuando le pide este compromiso público?

Nos trasladó que no nos puede garantizar que Junts no entre en el Govern. Nosotros, por honestidad, no podemos llegar a un acuerdo con ERC si no sabemos cómo discurrirá la legislatura y quién condicionará las políticas del Govern. Nuestros votos van a un Govern de transformación. Si hemos de acabar en un Govern de la resignación, no participaremos.

ERC, CUP y Comunes suman 50 escaños. Necesitan el apoyo de otro partido. ¿A quién cree que había que ir a buscar?

Nosotros pensábamos lo mismo que pensaba Aragonès cuando hizo esta propuesta, que era que Junts tendría palabra. Yo creo que en este país nos estamos acostumbrando a que los políticos no tengan palabra y yo no quiero normalizar eso. El señor Jordi Sànchez a finales de abril dijo que él estaba dispuesto a que Junts pusiera los cuatro votos que faltaban si ERC era capaz de llega a un acuerdo con la CUP y En Comú Podem.

¿Para ustedes que Junts apoyase un Govern donde estuviera En Comú Podem no era problema? 

Para nosotros el único problema es que Junts condicione la legislatura o las políticas, pero si estaban de acuerdo en dar cuatro votos para evitar la repetición electoral, ningún problema.

¿No pensaron en el PSC para estos posibles cuatro votos?

Con el partido socialista hemos estado hablando desde que se celebraron las elecciones y lo que hemos constatado es que el PSC no se está moviendo del rincón. Hay que reconocer al señor Illa que ganó las elecciones, pero yo lo que le pido es que sus votos no se queden en una vitrina sino que se pongan a disposición del país. Y que aprenda de la lección de Gabilondo en Madrid, porque el inmovilismo al final nos aboca al fracaso. Yo no entiendo que la primera y la segunda fuerza el 14 de febrero, PSC y ERC, no se hayan reunido para ver cómo pueden desencallar esta situación y evitar una repetición electoral.

¿Piden a Illa que invista a Aragonès?

Lo que le pedimos es que se siente a hablar con Aragonès para ver cuál es la fórmula. Pero creo que es evidente que ERC ahora mismo tiene dos mayorías disponibles: puede hacer un Govern con Junts o puede hacer un Govern progresista y de cambio. Y aquí el PSC no se debería poner de perfil, debería ser el principal interesado también en que sus votos, como formación ganadora, estuvieran al servicio del cambio político de Catalunya.

Pero, ¿por qué debería quien ha ganado las elecciones investir a quien ha quedado por detrás de él?

Sí, pero yo creo que no deberíamos pensar en los intereses de partido, deberíamos pensar en las necesidades del país. Además si algo sabemos aquí por experiencia es que ganar las elecciones no quiere decir gobernar, como ya pasó con Inés Arrimadas. Por tanto, insisto, debe llegarse a un entendimiento entre el PSC y ERC, como las dos grandes fuerzas que ganaron las elecciones, para ver cómo conseguimos el cambio político, porque las victorias políticas no deben ser para los partidos sino que deben significar algo para la gente. 

¿El PSC ha pedido los votos de En Comú Podem para una investidura?

Salvador Illa me ha trasladado que él quería ser president y me ha preguntado directamente si podía contar con nuestros votos. Yo lo que le he dicho al señor Illa es que tiene que hacer el trabajo. Porque él sabe perfectamente que sus votos y los nuestros no son suficientes. Por tanto, creo que cuando tú quieres liderar un país, no puedes excluir a la mitad del país. Que es lo mismo que le he trasladado al señor Aragonès. Nosotros ya hemos dicho que no apoyaremos ninguna candidatura 'fake', la gente está muy cansada.

¿Cree que el PSOE y el PSC pueden tener opiniones diferentes sobre la investidura de Aragonès?

Estamos en un momento en el que el PSOE y el PSC no necesariamente tienen los mismos intereses. Al PSOE le interesa una estabilidad para la legislatura y si podemos extrapolar algo de Madrid es que Ciudadanos ha entrado en barrena y que esta alternativa que podría brindar ya no existe. Me remito a las palabras de Yolanda Díaz: la legislatura comienza ahora. Habrá que profundizar en la plurinacionalidad, en resolver el conflicto entre Catalunya y España y en tirar adelante las medidas del acuerdo del Gobierno de coalición.

¿Con quién tienen más coincidencias, con el PSC o con ERC?

Los tres somos fuerzas distintas. El electorado del PSC es más progresista que las políticas que acaban acordando sus dirigentes, pero ERC tiene un discurso progresista y luego acaba atrapada por Junts. Por lo tanto, ni unos ni otros. Con toda la humildad, pero no hay opción de cambio por la izquierda que no pase por los 'comuns'. Lo vemos en el Gobierno central: pese a haber un acuerdo de coalición firmado, si nos descuidamos, el PSOE se hace el remolón.

"Un Govern con Junts nos lleva a una legislatura fallida porque intentarán que Aragonès no haga de president

¿Es irrecuperable la relación con ERC?

En ningún caso. Cuando en el Parlament el jueves se rompen las negociaciones con ERC, yo le digo a Aragonès que seguiremos con la mano tendida hasta última hora para intentar conseguir el cambio político. Soy consciente de que debemos entendernos. La repetición no solo sería una falta de respeto a la ciudadanía. No podemos enviar a la gente a votar hasta que nos gusten los resultados. El 14F hubo una altísima abstención que no fue solo por el virus sino por la desafección política y las expectativas creadas que no se han cumplido. Tenemos el Parlament más de izquierdas de los últimos años y debemos entendernos. 

¿Los 'comuns' permitirían un gobierno de ERC y Junts para evitar la repetición electoral?

Si ERC termina pactando con Junts nuestros votos no serían necesarios porque con la CUP ya suman mayoría. Pero no voy a escoger entre susto o muerte. Insisto en que hay tres escenarios: la repetición electoral, que además de un insulto generaría un crecimiento de la extrema derecha; un Govern con Junts, que nos lleva a una legislatura fallida porque intentará que Aragonès no haga de president; y un Govern de cambio que es por lo que yo trabajo. 

Si los independentistas suman, ¿los 'comuns' se descartan de cualquier pacto? La pasada legislatura ustedes apoyaron los presupuestos de Junts y ERC.

Nunca nos pondremos de perfil en acuerdos que puedan mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. La pasada legislatura decidimos que no podíamos encadenar otra prórroga presupuestaria, y lo hicimos por el bien del país: inyectamos 900 millones más en la sanidad pública. Las negociaciones actuales entre ERC y Junts están fuera de la realidad, se habla de sillas o del Consell per la República, pero no he escuchado hablar de soluciones para la situación que vive el país. 

¿Cómo se puede reanudar la mesa de diálogo con el Gobierno central?

Junts no creía en la mesa de diálogo y no quería que funcionara porque la atribuían a ERC y a los 'comuns', y la ha utilizado como arma en su lucha por la hegemonía independentista. Entendemos la decepción con la mesa de diálogo, pero es que no hay otra manera de desencallar los conflictos nacionales. Y no solo debe ser una mesa de diálogo, también debe ser de negociación, donde se debe poder hablar de todo sin condiciones. 

¿Se debería reformular la mesa del diálogo de algún modo?

Lo que necesitamos es que haya gobiernos que crean en la mesa de diálogo en los dos lados de la mesa. No podemos convertir la mesa de diálogo en un fetiche ni en una finalidad por sí misma porque es una herramienta. Si la podemos mejorar, hagámoslo.

¿Cuál sería el resultado ideal de la mesa de diálogo para los 'comuns'?

Lo primero a solucionar es la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados. Es difícil que la mesa de diálogo funcione mientras haya líderes independentistas en la cárcel. Otro punto clave es la mejora del sistema de financiación. La mesa de diálogo debe terminar en un acuerdo que sea votado por todos los catalanes y catalanas para decidir el encaje de Catalunya en el resto del Estado. 

¿Tienen miedo de que haya gente en Catalunya que apostó por el Gobierno de izquierdas en el Estado que se sienta decepcionada por la vuelta a la conflictividad competencial con la Generalitat, por ejemplo con la discusión sobre el tema de los alquileres

La gente en Catalunya entiende perfectamente la correlación de fuerzas del Gobierno central. Las contradicciones que Unidas Podemos debe cabalgar en el Gobierno son evidentes. Si la correlación de fuerzas fuera más favorable a Unidas Podemos, todas las medidas sociales para Catalunya se sacarían adelante con más agilidad. Se están haciendo cosas, pero cuesta mucho. Entiendo que haya gente que se desespere porque nosotros somos las primeras. Pero la alternativa era un Gobierno de PP, Ciudadanos y Vox o del PSOE y Ciudadanos. Pese a todas las contradicciones, hemos visto al PSOE reconocer que hacía falta una mesa de diálogo, que el conflicto no era entre catalanes sino entre Catalunya y España, hemos aprobado la ley del cambio climático, la de eutanasia, el Ingreso Mínimo Vital, los ERTEs... Con todas las dificultades, hemos conseguido marcar la agenda política del país. 

ERC dijo la semana pasada que los 'comuns' habían vendido el 15M. ¿Qué le responde?

Es tan injusto decir esto como afirmar que ERC ha vendido la independencia. Me politicé con el 15M y el 15M cambió cosas: acabó con el bipartidismo, ha hecho menos tolerables comportamientos corruptos y facilitado otras olas movilizadoras como el 8M. No me gusta que ni nosotros ni nadie se apropie del 15M porque fue un movimiento que impregnó a todas las fuerzas políticas, incluso a las que estaban en contra. El 15M supo leer las reclamaciones y preocupaciones de la gente y ahora tenemos que hacer lo mismo. Debemos mirar al 15M no con nostalgia sino desde el aprendizaje para dar soluciones a la crisis que viene, que seguramente será peor que la de 2008, y volver a generar ilusión. Las instituciones son duras y tienen unas dinámicas complicadas para la gente que viene de fuera. Hemos hecho cosas, pero tenemos que ser más en el nuevo ciclo que se abre. La vicepresidenta Yolanda Díaz dijo esta semana que hay que profundizar en el feminismo y la plurinacionalidad como espacio político y para marcar la agenda del país, y yo estoy plenamente de acuerdo.

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