Un monje de Montserrat gestiona el correo para aflorar nuevas denuncias de abusos pese a que la abadía lo negó
El portavoz de la abadía de Montserrat, el monje Bernat Juliol, es una de las personas que tiene acceso al correo con el que la institución quiere hacer aflorar nuevos casos de abusos sexuales del clérigo Andreu Soler. Aunque desde el monasterio aseguraron que sólo tres figuras independientes tenían acceso al mail, eldiario.es ha podido comprobar que Juliol está entre quienes lo gestionan activamente.
En un correo enviado el pasado lunes a una de las ocho víctimas que han denunciado haber sido abusadas por Soler, el monje Bernat Juliol le invita “en nombre de la comisión” a que les de más detalles sobre su caso. Lo hace desde el correo que la abadía ha habilitado para conseguir nuevas pistas y esclarecer los hechos: transparencia.montserrat@gmail.com.
Poco después de que Miguel Ángel Hurtado, conocido activista contra la pederastia, denunciara que había sido abusado por un monje de Montserrat, Andreu Soler, la abadía anunció que ponía en marcha una comisión “independiente” para investigarlo y un correo para quien quisiera hacer llegar información sobre ello. En paralelo, han ido apareciendo hasta ocho víctimas en los medios de comunicación que han asegurado que Soler abusó de ellos cuando eran adolescentes y participaban en los 'scouts' de Montserrat, en casos que van desde 1971 hasta 1998.
Como integrantes de la comisión que debía esclarecer lo sucedido -puesto que los hechos han prescrito y el monje ha fallecido-, la abadía escogió al exconseller de CiU Xavier Pomés, la abogada miembro de la Junta del Col·legi d'Advocats Cristina Vallejo Ros, la psicóloga Begoña Elizade y el citado monje y portavoz de la abadía, Bernat Juliol.
Esta selección les valió las críticas de algunas de las víctimas, como el propio Hurtado, que lamentó, entre otras cuestiones, que un miembro de la misma abadía como Juliol integrara la incipiente comisión de transparencia. Ante estas quejas, fuentes oficiales de la abadía aseguraron a eldiario.es que el monje y portavoz no participaba del grupo sólo para aportar “contexto” a las investigaciones, que no haría entrevistas a ningún denunciante y que, en última instancia, no tenía acceso al mail.
Pero esto último no es así, tal como ha podido comprobar este diario. En al menos una ocasión, el pasado 4 de febrero, Juliol ha contactado con una de las víctimas a través de ese correo. “Creemos que sería importante que pudiera entrevistarse con uno de los miembros que forman la comisión para poderles explicar su denuncia”, expone, aunque no se cuenta a si mismo como uno de sus integrantes.
¿Una comisión independiente?
Aunque pueda haber buena fe, no genera confianza. Esta es la primera conclusión de Josep Maria Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la UOC, sobre el hecho de que en una investigación sobre abusos sexuales haya miembros de la institución en la que estos se realizaron. Más aun cuando hay serias dudas de que los abades lo encubrieran.
“El mejor procedimiento posible debería implicar a una institución pública y crear un órgano judicial temporal para todos los casos de abusos de la iglesia”, sostiene este académico, coordinador de la primera investigación en España que trata de evaluar el alcance de los abusos a menores en la Iglesia. Asimismo, considera que los integrantes de una comisión de este tipo deberían ser expertos en abusos sexuales.
En España no hay demasiados precedentes de investigaciones impulsadas por instituciones religiosas en las que ha habido denuncias de abusos sexuales. Una de ellas, anunciada hace unos meses, fue la de los Jesuitas de Catalunya, que pusieron su correo en manos de dos profesionales.