El PSC se ve ganador el 10N en Catalunya gracias al voto que recupera de Ciudadanos
La cúpula del PSC está en total sintonía con el mensaje de dureza del Gobierno central hacia el independentismo y con la negativa del presidente Pedro Sánchez a cogerle el teléfono a Quim Torra. En la sala de mandos del partido no solo piensan que esto no les resta votos, sino que confían en que acabe de decantar hacia el PSC a una parte del electorado que había votado socialista pero se pasó a Ciudadanos ante la emergencia del procés.
La ciudadanía desencantada con Albert Rivera e Inés Arrimadas es ahora el gran caladero al que quiere apuntar el PSC, un partido que se ve ganando las próximas elecciones generales en Catalunya gracias al desplome de Ciudadanos en el conjunto de España. Según las encuestas, la formación liberal se va por debajo de la mitad de los escaños conseguidos en el Congreso en abril pasado, lo que extrapolado a Catalunya significa dejar libre una bolsa electoral de cerca de 200.000 votos, en los que fácilmente puede pescar un socialismo de orden y que no hace concesiones al secesionismo.
Los votos que están en disputa en estas elecciones generales no son muchos pero, en un escenario tan fragmentado, sí pueden cambiar las cosas. Meritxell Batet, que repite como candidata del PSC, aspira a obtener suficientes escaños como para superar a ERC, después de que en abril los republicanos ganaran con 15 diputados, tres más que los socialistas. En aquella ocasión ERC lo hizo gracias a unos resultados extraordinarios en las tres provincias de Tarragona, Girona y Lleida, pero también gracias a una penetración notable en el Área Metropolitana. El PSC quiere frenar sobre todo esa última tendencia y lograr imponerse con fuerza en sus feudos del cinturón de Barcelona.
Para ello el director de campaña y secretario de organización del PSC, Salvador Illa, ha diseñado una estrategia contra sus rivales en dos ejes. Por una parte, tratarán a Catalunya en Comú como una de las expresiones más del secesionismo, centrando esta carga sobre su cabeza de lista, Jaume Asens, que creen que genera rechazo entre el electorado de izquierdas no independentista. En segundo lugar, acusarán al independentismo de actuar al dictado de la CUP, a quien señalarán con frecuencia aprovechando que es la primera vez que se presenta a las elecciones generales.
El propio Illa ha explicado este viernes que el objetivo de su formación es contribuir a que Pedro Sánchez pueda construir un Gobierno “progresista que no dependa de formaciones independentistas que quieren romper España”. La campaña catalana contará con intensa presencia de ministros, tales como la titular de Economía, Nadia Calviño, la de Trabajo, Magdalena Valerio, o el de Fomento, José Luis Ábalos. Además el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, se incorporará como un activo más de la campaña y con agenda propia, para aprovechar su tirón entre el votante socialista.
Para el PSC la frontera electoral que comparte con Ciudadanos es importante más allá de las generales. El partido de Arrimadas es sobre todo fuerte en las elecciones al Parlament de Catalunya, cuando la formación aprovecha su condición como la papeleta más nítida del 'no' a la independencia. Por eso el PSC ve con buenos ojos la campaña en torno a la idea de España que está desplegando Pedro Sánchez, pues consideran que es la forma de recuperar votos de Ciudadanos también en las próximas autonómicas catalanas.
Fuentes de la dirección del PSC explican además que, por el momento, en los datos sociométricos que manejan no han detectado ningún efecto electoral de los recientes disturbios ocurridos en Catalunya tras la sentencia del procés. Con todo, en el partido tienen muy en cuenta la sentencia y sus efectos a la hora de dirigir sus mensajes de campaña. Como también tienen en cuenta la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, algo que para el partido es la demostración de que el PSOE cumple sus compromisos.
Aunque sus rivales directos son Ciudadanos y los 'comuns', el objetivo declarado de los socialistas catalanes es volver a ganar unas elecciones en Catalunya, después de una década sin hacerlo. Una batalla que se juegan contra una ERC que, según las encuestas, se mantiene fuerte en torno a los 15 escaños conseguidos en abril. Ante eso, los socialistas llaman a aglutinar el voto contrario al independentismo, bajo la idea de que, para “desbloquear” Catalunya y España, nada mejor que un victoria socialista en los dos ámbitos.