Por qué ya eres un ciborg, y cómo desconectarte
En las películas de ciencia ficción, los ciborgs son híbridos de ser humano y máquina. Mitad persona mitad robot, y no se sabe por qué, en general son más malos que beber lejía. Se supone que dentro de unos años podremos ponernos implantes en nuestros músculos y nuestro cerebro que nos convertirán en ciborgs con superpoderes: mejor visión, memoria ilimitada, fuerza sobrehumana y superinteligencia.
Sin embargo, aunque no lo creas, ya eres un ciborg. Lo llevamos siendo desde hace mucho tiempo.
Ya en los años 60 el teórico Marshall McLuhan dijo que la tecnología era una extensión de nuestros sentidos. Una pantalla es una extensión de nuestra visión, que nos permite ver cosas que no alcanzamos. La radio y el teléfono son una extensión del oído.
Del mismo modo, nuestros teléfonos inteligentes son una extensión de nuestro cerebro. Ya nadie usa la memoria para recordar números de teléfono. Nuestro terminal lo hace por nosotros y mucho mejor. Tampoco utilizamos nuestro sentido de orientación en el espacio, utilizamos el GPS.
Según la teoría de la mente extendida, nuestro cerebro no solo está dentro de nuestra cabeza. Nuestro cuerpo y nuestro entorno forman parte de la mente. Por ejemplo, si tomamos notas en un cuaderno estamos usándolo como una memoria externa. Lo mismo hacemos con el teléfono. Del mismo modo se podría decir que una bicicleta o un coche son extensiones de nuestro cuerpo, que nos llevan más lejos y más rápido de lo que podríamos solos.
No hace falta que nos pongamos implantes. Nuestra mente ya utiliza la tecnología como si fuera una parte más de nuestro cuerpo. Precisamente por eso debemos desenchufarnos de vez en cuando.
Piénsalo así. Si nunca caminas y vas a todos lados en coche, tu cuerpo se atrofia. Lo mismo ocurre con tu cerebro si nunca usas tu memoria o tu sentido de la orientación. Si en lugar de enfrentarnos a nuestros problemas nos distraemos con memes de gatos, los problemas seguirán ahí. Si estamos constantemente expuestos a las ideas de otros, dejamos de tener ideas propias.
Muchas personas ya toman vacaciones de tecnología, pasando un día por semana sin móvil, o una semana al año sin acceso a Internet. Porque ser un ciborg está muy bien, hasta que el ser humano que hay debajo deja de funcionar.
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