Podemos-EUPV tendrá una conselleria pese a la debacle de las municipales
Los tres partidos llamados a confeccionar el próximo Gobierno progresista de la Comunitat Valenciana se emplazaron a continuar las reuniones después de las elecciones municipales. Pasada la resaca del 26M, este miércoles se prevé el segundo encuentro de PSPV, Compromís y Unides Podem-EUPV, esta vez para comenzar a hablar de programa de gobierno y arquitectura institucional.
Después de la primera reunión, en la que los tres partidos acudieron con su evaluación del Acord del Botànic, en esta reunión ya se da por superada esta etapa. Para algunos, este momento ya está cerrado y es hora de ponerse a trabajar en el próximo pacto de Gobierno. Para llegar al “quién” aún quedan un par de encuentros, pero esta semana se trabajará en cómo gestionar el gobierno de coalición: cuántas conselleries y qué objetivos. En otras palabras, el grueso del Ejecutivo autonómico se decidirá los próximos días y empezará en la sede de Compromís.
Según los tiempos previstos, la investidura de Ximo Puig debería ser entre el 10 y el 12 de junio, por lo que los partidos aún cuentan con unos 15 días de margen para llegar a un acuerdo y diseñar el nuevo Gobierno de coalición. Un rompecabezas en el que la pieza más difícil puede ser el encaje de Unides Podem, formación que prestó su apoyo parlamentario durante el primer Botànic y que exige participar del segundo Ejecutivo progresista.
De momento, tanto por parte de los socialistas como de Compromís se ve bien que los morados tengan presencia propia en el Ejecutivo autonómico, aunque no se ha decidido la cuota. “Ya veremos”, responden los dirigentes consultados por eldiario.es, sobre qué peso tendría Podemos. Tanto el PSPV como los valencianistas creen que tendría que tener una conselleria, como ha ido reclamando la alianza de Podem con Esquerra Unida.
El mestizaje, la combinación de diferentes partidos en un mismo departamento, es una de las piezas más difíciles de encajar. Para ello, algunos proponen cambiar el puzzle y separar departamentos, como Educación y Deporte, Investigación... Por parte de los socialistas, algunos verían con buenos ojos que Podemos tuviera una “parcela” de Gobierno autónomo para que demostraran su capacidad de gestión. Incluso, con excepciones de mestizaje.
No obstante, los morados exigen que el cruce de colores políticos se dé en todas las conselleries, incluyendo presidencia y vicepresidencia, hasta ahora exentos. A los morados les gustaría que el departamento de Ximo Puig estuviera más libre de áreas de gestión, ya que consideran que acumular competencias como Turismo, Emergencias, reparto de la publicidad institucional o innovación son excesivas. La idea ha ido calando en las otras dos patas del Ejecutivo, aunque los socialistas quieren mantener una mayoría clara de consellers respecto a sus socios, adaptando la proporción de diputados obtenidos. En esta cuestión encuentran la oposición de los de Oltra y los de Dalmau, que creen la jefatura del Ejecutivo no es equiparable al del resto, ya que el presidente puede disolver el parlamento y nombrar o cesar a los consellers y altos cargos.
Los socialistas valoran los cuatro años gobernando junto a Compromís y la fórmula de alternancia de color político en los altos cargos. “Es un socio leal”, señalan sobre la formación de Mónica Oltra, blindando su alianza y algo más recelosos con los morados, deseosos de entrar en el Ejecutivo.
Ya este lunes, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, consideraba que pese a sus bajos resultados, en el pacto para la Moncloa su formación debe participar en “modesta proporción”, así como en otros gobiernos autonómicos. Una consideración que toman en el PSPV, donde creen que el equipo de Rubén Martínez Dalmau debería negociar con un tono acorde a los resultados.
Los socialistas no parecen dispuestos a exprimir a los morados, aunque sí a rebajar sus pretensiones. En el PSPV creen que los resultados electorales de Unidas Podemos de este 26M deberían hacer que acudieran a las negociaciones con más humildad. En estos comicios, en la Comunitat Valenciana, Vox ha superado considerablemente a Podemos, que ha desaparecido en muchos ayuntamientos -el caso más sangrante, el de Valencia- y ha perdido cerca de la mitad de los concejales con Esquerra Unida. A nivel autonómico, los morados han perdido 64 diputados en todo el Estado. Junto con Andalucía, donde las elecciones fueron el pasado diciembre, es las Corts Valencianes donde mejor resultado mantienen los morados, igualando al parlamento catalán. Es en las comunidades en las que no ha habido votación este 26M donde Unidas Podemos ha resistido. Aun así, los morados mantienen sus mismas exigencias para pactar el segundo gobierno progresista, quizá aferrándose a que la Comunitat Valenciana es su núcleo de resistencia y a que sus votos son imprescindibles para que Ximo Puig siga en el Palau de la Generalitat.
En Compromís preferían esperar al 27 de mayo para comenzar a hablar en serio del pacto de Gobierno. Y los resultados le dan la razón. Los valencianistas demuestran una relativa solidez -apenas pierden un 1% en total en los municipios- y se reafirman en su principal enseña: Valencia apoya a Joan Ribó. Aunque desde la coalición prefieren no considerar que la capital valenciana tenga el mismo peso -el PSPV arrasa en los municipios- es inevitable pensar que esta vara de mando no vaya a ser objeto de análisis. De hecho, entre los grupos de trabajo de los tres equipos negociadores hay uno encargado de la administración local.
Los de Oltra esperan unas negociaciones productivas y creen que se darán avances, aunque no ven viable que en el primer encuentro de esta semana se resuelvan las líneas programáticas.
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