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Los animales marinos también sufren: preocupación en el Oceanogràfic por la nueva ubicación de los castillos de Fallas

Delfines del Oceanogràfic.

Carlos Navarro Castelló

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“Aunque no todo es blanco o negro hay dos variables importantes para determinar si los fuegos artificiales pueden afectar a los animales del Oceanogràfic: la distancia a la que se lanza y la intensidad, es decir, el volumen de pólvora que se utiliza. A partir de ahí y teniendo en cuenta esas variables puede haber una afección en forme de estrés que tendrá más o menos impacto en función de esas variables”.

El catedrático de zoología por la Universita de València, Antonio Raga, se ha pronunciado así consultado por elDiario.es sobre la posible afección de los castillos de fuegos artificiles que las próximas Fallas, por primera vez, se dispararán junto a la Ciudad de las Ciéncias, complejo en el que se ubica el Oceanogràfic, uno de los mayores acuarios de Europa que alberga también una zona con numerosas especies de aves características de los humedales.

El pasado 3 de enero el concejal de Cultura Festiva y presidente de Junta Central Fallera (JCF), Carlos Galiana, acompañado por la presidenta de PiroVal (Asociación de Pirotécnicos de la Comunidad Valenciana), Mª José Lora, la vicepresidenta de PiroVal y gerente de la Pirotécnica Aitana, Isabel Benavent y el arquitecto y diseñador de espectáculos pirotécnicos Miguel Vidal, anunció el cambio de ubicación de los espectáculos que hasta ahora se desarrollaban en el jardín del viejo cauce del Turia, en una zona más céntrica, entre el Puente de las Flores y el de Calatrava.

Tal como explicó el edil, “llevamos mucho tiempo buscando un espacio más adecuado que el río para los disparos, dado que el antiguo cauce presenta dificultades, como la obligación para las empresas pirotécnicas de salvar el pretil, que acaba siendo un lugar demasiado concentrado y que condiciona el tipo de disparo”.

Sin embargo, tras el anuncio, el propio Oceanogràfic mostró su preocupación por la posible afección de los disparos en los animales, principalmente en las aves y los cetáceos, por el ruido, la calidad del aire y la luz de los mismos.

El pasado 10 de enero, el alcalde de València, Joan Ribó, confirmó que había recibido una carta del acuario en este sentido y se mostró dispuesto “a estudiar seriamente los impactos que puedan tener” los castillos sobre los animales, aunque consultadas ambas partes, de monento no se ha fijado fecha para una posible reunión.

“No creo que sea un efecto tan importante puesto que es una zona en la que se lanzan castillos con cierta asiduidad, pero vamos a estudiar seriamente los impactos que puedan tener”, dijo el responsable municipal.

Al respecto, el catedrático Antonio Raga ha explicado que estos animales tienen “un sistema sensorial muy complejo con percepciones auditivas mayores”.

Estudian un horario sin petardos para poder pasear los perros

El Ayuntamiento de València estudiará la posibilidad de habilitar en la ciudad y durante las próximas fiestas de Fallas una franja horaria en la que no se puedan tirar petardos con el fin de no molestar a las personas y también a los animales, de forma que se puedan pasear sin problemas. La franja a estudiar rondaría entre las 14.30 y las 16.30 horas, pero podría adaptarse a las mascletades que cada comisión fallera lanza normalmente después de la oficial en la plaza del Ayuntamiento, que es a las 13.00 horas.

Así lo indicadó el alcalde de la capital valenciana, Joan Ribó, que aunque destacó que la pirotecnia es “un elemento fundamental” de la cultura de València se mostró dispuesto a trabajar para “conjugar” esa tradición y el descanso, con momentos en los que no se lancen petardos para evitar molestias.

El primer edil se ha pronunció de este modo en declaraciones a los medios de comunicación al ser preguntado por una campaña de recogida de firmas impulsada para que el bando fallero establezca un tramo horario sin pirotecnia con el fin de que los perros y otros animales no sufran por las molestias que les provoca el ruido de los petardos.

“Creo que se han de conjugar, por supuesto, los elementos”, manifestó el responsable municipal, que reconoció que el ruido de la pirotecnia “molesta a los animales de compañía” y también a algunas personas.

“Hemos de entender que estamos en una ciudad donde la pirotecnia es un elemento fundamental de la cultura”, pero “vamos a intentar conjugar las dos cosas”, agregó Joan Ribó.

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