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El radar móvil de l'Alcúdia de Crespins detecta que un 83% del coches supera el límite de velocidad y la mayoría lo duplican y triplican

Avenida Castellà de l'Alcúdia de Crespins.

Toni Cuquerella

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Después de finalizada la campaña de control de velocidad por radar móvil llevada a cabo la semana pasada en l'Alcúdia de Crespins, desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana y Movilidad se ha podido comprobar la certeza de las numerosas quejas vecinales por el exceso de velocidad de los vehículos en las Avenidas Castellà y València de l'Alcúdia de Crespins, puesto que los resultados han sido “contundentes y agobiantes”, afirman desde el ayuntamiento. Según los datos, el porcentaje total de vehículos que sobrepasaron la velocidad permitida en el casco urbano de 30 km/h ha sido de un 83%, y en la mayoría de casos duplicaban o incluso triplicaban la velocidad máxima permitida en ambas avenidas.

Lo cual, como explican desde la concejalía, mujer razón a la gran cantidad de quejas presentadas al Ayuntamiento que pusieron en alerta a las autoridades locales, las cuales a través de la Policía Local pudieran comprobar la veracidad de estas informaciones sobre el exceso de velocidad.

Además, recuerdan que antes de comenzar esta campaña de velocidad por radar se adoptaron medidas como la instalación de “bandas transversales de alerta” en estas dos avenidas y también en la avenida la Pau. Estas medidas, como remarcan sí que disminuyeron la velocidad considerablemente dentro del casco urbano, pero en espacios concretos como la bajada desde el polígono industrial y en la zona del cruce de la carretera de Enguera las velocidades continuaban siendo excesivas. Por eso, se adoptó la decisión de controlar estas velocidades por radar.

Además, han resaltado el grave peligro que producen estas velocidades además de aumentar la inseguridad de las vecinas y vecinas y peatones, aumentan la cantidad de molestias y quejas por los ruidos de las aceleraciones de ciclomotores y motocicletas, así como por los turismos que se dedican a hacer carreras por los alrededores de la Avenida Castellà.

Así mismo, señalan que la alarma social creada se ha intentado minorar parcialmente repintando las líneas horizontales viarias, pero no ha dado resultado, puesto que con los resultados obtenidos se continúa circulando a una velocidad muy excesiva en estas avenidas.

Por todo esto, la Concejalía de Movilidad conjuntamente con la Policía Local ha tomado medidas para que los vehículos disminuyan la velocidad y se pueda garantizar tanto la seguridad viaria como las molestias vecinales con el objetivo principal de adecuar el ritmo de circulación a la autorizada en la vía y concienciar a los conductores de la importancia de realizar una conducción responsable.

En este sentido, el regidor de Seguridad Ciudadana, Movilidad y vicealcalde, Pepe Garrigós, ha explicado que en el municipio “siempre hemos regulado las calles porque se cumplan las normas de velocidad, pero ahora nos hemos puesto un punto más; tenemos que acoplarnos al que marca la ley, el que haga falta para cumplir la normativa vigente”.

El oficial en jefe de la Policía Local, por su parte, ha indicado que “los nuevos límites de velocidad, según la Dirección General de Tráfico, se imponen para reducir considerablemente los accidentes de circulación y, sobre todo, para disminuir los atropellos en ciudades y municipios, y que los que puedan haber sean menos graves”.

Pepe Garrigós, también ha señalado que “tenemos que concienciarnos que es una normativa vigente de la DGT” y la Policía Local, como agentes de la autoridad “tienen la obligación de velar por su cumplimiento”, y ha hecho un llamamiento “a la responsabilidad de la ciudadanía porque hay que respetar los nuevos límites; es una normativa de obligado cumplimiento, se esté o no de acuerdo”.

Finalmente, Garrigós ha concluido explicando que estas campañas de adaptar la velocidad a las vías no solo implica un aumento en la seguridad viaria, sino también la “conservación del medio ambiente, el consumo responsable de combustible y mejora en la calidad de las zonas urbanas”. Una medida enmarcada dentro de la Agenda 2030 que pretende convertir las ciudades en espacios más seguras, reduciendo el riesgo de sufrir un accidente y la gravedad de este.

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