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Los funcionarios de prisiones y las ONG avisan: “La población interna ya está alarmada”

Exterior de la prisión de Picassent (València).

Lucas Marco

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Las prisiones valencianas guardan una calma tensa ante la crisis del coronavirus. “La población interna ya está alarmada”, afirma el sindicato ACAIP. Este fin de semana, el Centro Penitenciario Antoni Asunción de Picassent (València) ha mantenido las comunicaciones de los internos “como cualquier otro fin de semana normal”, denuncia el sindicato de funcionarios de prisiones, que advierte que “no se han guardado las distancias mínimas de seguridad”.

Las restricciones de entradas y salidas en los centros penitenciarios se impusieron este domingo a última hora de la tarde. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, anunció la suspensión de las visitas y de los permisos, además de los vis a vis en “todos los centros penitenciarios del Estado”. En contrapartida, Instituciones Penitenciarias amplia las comunicaciones telefónicas autorizadas a los internos con familiares y abogados.

Las prisiones son lugares especialmente delicados debido a la superpoblación reclusa que convive en un espacio muy reducido y la lógica inquietud de internos y familiares ante la expansión del virus. En Italia, los presos protagonizaron motines y revueltas en una treintena de centros penitenciarios.

Las restricciones de visitas a las cárceles se pusieron en marcha a última hora de este domingo pero el sindicato ACAIP denuncia que los funcionarios de Picassent no han recibido mascarillas para no generar alarmismo entre internos y familiares. El sindicato considera que se trata de “incumplimientos muy graves de las normativas de protección acordadas”.

Así, ACAIP sostiene que “todo el mundo que accede al centro desde el exterior” debería llevar una mascarilla. El sindicato mayoritario de funcionarios de prisiones advierte de que la población interna “ya está alarmada”, al igual que sus familiares, y “muchos no entienden, y así lo manifiestan, que los trabajadores del centro no lleven mascarillas”. Si Instituciones Penitenciarias no implementa estas medidas, el sindicato afirma que “dará traslado de estos hechos a las autoridades sanitarias”.

“Se está convirtiendo al Centro Penitenciario de Valencia en un potencial foco de transmisión y propagación de la enfermedad”, añade un comunicado difundido este domingo. La cárcel, que cuenta con 1.329 celdas y 239 complementarias, arrastra una situación de sobrepoblación desde hace años.

En la cárcel de Picassent se ha habilitado “un departamento para establecer una especie de 'cuarentena' de todos aquellos internos” que tras haber disfrutado de algún permiso, han vuelto al centro penitenciario, según un comunicado difundido este lunes por el sindicato de funcionarios de prisiones. Aunque este domingo “hasta 26 internos de este tipo paseaban juntos en un patio sin condiciones para ello”.

La prisión valenciana no dispone, según el comunicado, de “hidrogeles de base alcohólica para desinfección de manos, ni guantes desechables de protección adecuada para ser utilizados en la manipulación de documentación o dinero ni pañuelos desechables”.

ACAIP recuerda que no se han limitado las salidas a talleres productivos de internos, “a diferencia de lo que está ocurriendo en muchas de las empresas de este país”. Además, tampoco se ha planteado que los internos que voluntariamente lo deseen puedan permanecer en sus celdas y que “el resto baje por turnos a los actos comunes regimentales”. Estas opciones reducirían “de forma importante la concentración de internos en los diferentes módulos”, indica el sindicato.

La secretaria de la asociación Obra Mercedaria de València, María Angeles Ortí, cuenta que los presos que visitaban hasta que el pasado jueves se limitó el acceso a las cárceles, están tranquilos y son “conscientes y conocedores” de la situación que hay fuera. “No hay una situación en las prisiones españolas como en otros países, no están habiendo altercados ni nada”, añade.

Ortí está preocupada por la falta de “sanitarios suficientes” para atender a una población reclusa que en muchos casos ya sufre inmunodeficiencias. “La atención sanitaria en las prisiones es un mal endémico”, recuerda.

“El problema es que prisiones adolece de un cuerpo médico que pueda atender a la población ahí dentro, y ese es el miedo que tenemos”, declara por teléfono a este diario la educadora. Tanto a la Obra Mercedaria como a otras organizaciones sociales o religiosas se les ha prohibido las visitas desde el pasado jueves. “No nos quejamos porque si eso va en beneficio de que no se contagien, bienvenido sea y el tiempo que haga falta”, dice Ortí.

En la Comunitat Valenciana hay dos centros penitenciarios en Castelló, que suman 1.712 celdas, y tres centros en Alicante, uno de los cuales es un hospital psiquiátrico, y que suman un total de 1.721 celdas. En el centro penitenciario de Fontcalent (Alicante) hubo el sábado un breve intento de motín, fruto de rumores falsos que circularon entre los presos, que se resolvió rápidamente sin que se registraran incidentes.

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