Gobierno y responsabilidad
El pasado 26 de mayo, va para mes y medio, se celebraron las elecciones locales y en los ayuntamientos donde no se estaba pendiente de la resolución de algún contencioso electoral se produjo su constitución y consiguiente elección de alcalde de acuerdo con el procedimiento legal establecido.
Viene a cuento esta introducción para poner de manifiesto que en la ciudad de Valencia tenemos alcalde pero todavía no se ha conformado la estructura y la distribución de competencias de las áreas de gestión municipales, lo cual quiere decir que estamos de alguna manera sin gobierno en la ciudad, con lo que ello repercute en la ciudadanía.
Los electores de esta ciudad renovaron la posibilidad de que las fuerzas progresistas, en este caso Compromís y PSOE, siguieran su labor de gobierno conjunto iniciado en la anterior legislatura, pero sin la compañía de Podemos que salió del ámbito municipal.
A mi entender, la gestión desarrollada por el llamado gobierno de La Nau ha sido en general razonablemente satisfactoria, sobre todo teniendo en cuenta de donde se partía, del barrizal dejado por el PP de Rita Barbera en la ciudad. Estando así las cosas resulta absolutamente inexplicable que el dúo Ribó / Gómez, después de una experiencia mutua de cuatro años de estrecha colaboración estén siendo incapaces de dejarse de minucias y personalismos, y que por respeto democrático y una mínima consideración a sus electores y al resto de vecinos no se pongan ya de forma inmediata a trabajar, que el asunto de la vicealcaldía y otros también de carácter menor justifiquen el bloqueo municipal no resulta ni comprensible ni aceptable, cuando los retos que tiene esta ciudad por delante son enormes, es necesario y exigible que sea inmediata la conformación del gobierno municipal.
El actual reparto de escaños en el pleno municipal incrementa tanto los de Compromís como los del grupo socialista, pero manteniendo una cierta distancia entre uno y otro grupo, nada nuevo, así que yo me pregunto el porqué no es valido el modelo de la legislatura anterior, o es que acaso después de cuatro años sigue reinando la desconfianza total entre ambos actores, porque si ello es así dice muy poco en su favor.
El sentido común y el sentido de responsabilidad de unos y otros, los obliga a ponerse a trabajar de una vez, y en vez de anteponer sillones y denominaciones, se pongan de acuerdo en lo fundamental que es el programa a implementar durante los próximos cuatro años, y esa es la cuestión fundamental y para lo que están en el ayuntamiento, en caso contrario nos defraudaran a todos los que esperamos que el trabajo iniciado en el 2015 continúe, la ciudad tiene demasiados retos para no ponerse ya en la labor, y si al final su irresponsabilidad lo hace imposible deberían plantearse su idoneidad y madurez para el servicio público a la comunidad.
Sería excelente y urgente que tanto Ribó como Gómez, en una imagen conjunta y con los deberes hechos de una vez, y lo antes posible, nos presenten de forma pública su acuerdo de programa para la legislatura recién iniciada, eso es y no otra cosa lo que esperamos los vecinos y residentes de la ciudad de Valencia, por eso y para eso están ocupando tal responsabilidad institucional. En caso contrario será sin duda el principio del fin y eso sería imperdonable.
*Francisco A. Serrano Martín, abogado
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