“Ni sumisas del patriarcado, ni esclavas del capital”
Desde las 19 horas de este martes se han concentrado miles de personas en las calles de Valencia para continuar las reivindicaciones en el Día de la Mujer Trabajadora. “Ni sumisas del patriarcado, ni esclavas del capital” es el mensaje que versa en grandes pancartas.
Colectivos organizados desde el Movimiento Feminista de Valencia y el Bloc Anticapitalista han dirigido esta marcha desde el Parterre hasta la Plaza de la Virgen. Mujeres de distintas edades, profesiones, estudios y condición económica se han unido para escenificar la lucha por sus derechos. Destacan el avance, en comparación con la situación años atrás, pero admiten que queda mucho por conquistar.
“El 8 de Marzo, tomamos las calles una vez más para unirnos y hacernos sentir: las mujeres seguimos en pie de guerra. Llevamos la lucha en nuestras manos, y con ella combatimos este sistema que nos quiere resignadas y aisladas, compitiendo entre nosotros” arranca el comunicado del Bloc Anticapitalista.
“También es necesaria la introducción de la perspectiva de género en muchas disciplinas académicas como las ingenierías. Por todas estas razones hoy exigimos medidas por tal de llegar a tener una educación plenamente feminista”, recalcan miembros del FEU.
Multitud de colectivos y partidos políticos se han sumado a la marcha valenciana, desde las mujeres musulmanas hasta representantes de las estibadoras, pasando por sindicatos estudiantiles y asociaciones culturales. Varias batucadas hacían bailar por los avances obtenidos, pero las pancartas recordaban la cruda realidad: 21 asesinatos en lo que llevamos de 2017 y una larga lista de discriminaciones hacia las mujeres. Las llamadas a la lucha, en todo momento presentes: “Ante los muros que se construyen, mujeres que los destruyen”.
Protestan por la violencia machista, por los feminicidios, por la brecha salarial y por el techo de cristal. Protestan por el escaso apoyo de las víctimas, por la falta de concienciación, por la invisibilización de su trabajo. Protestan por la desigualdad, por la sexualización del cuerpo femenino, pero también protestan por los recortes en políticas que solucionen este problema, por la falta de voluntad de los gobernantes.
