El noveno brote de Xylella se ceba con once pueblos de la Marina Alta, especialmente con Benissa y Xaló
Pocas poblaciones de la Marina Alta se libran a día de hoy de la virulencia de la bacteria de la Xylella fastidiosa, de una de gran carga negativa, que ha concentrado su furia en el almendro y que amenaza con destruir en esta y otras comarcas alicantinas un patrimonio tan sensible como el paisaje rural. Solo cuatro de los 33 municipios que conforman la comarca no se han visto todavía afectados. Pero, tal y como avanza esta plaga, es cuestión de tiempo.
La Conselleria de Medio Ambiente ha publicado este lunes en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) el noveno brote, que incide en 137 parcelas de 11 localidades. Las más afectadas son Xaló, con un total de 38, y Benissa, con 33. Les siguen Llíber (26), Alcalalí (14), Teulada (7), Dénia (4), Xàbia (4), Calp (3), El Poble Nou de Benitatxell (3), La Vall d’Alcalà (3) y Parcent (2).
29 municipios infectados
Además, la conselleria recuerda que después de nueve brotes se encuentran afectados por la plaga de forma íntegra los términos municipales de Alcalalí, Benissa, Calp, El Poble Nou de Benitatxell, Gata de Gorgos, Llíber, Murla, Parcent, Senija, Teulada y Xaló. Otras 18 poblaciones conforman la lista de términos parcialmente afectados: Beniarbeig, Benidoleig, Benimeli, Castell de Castells, Dénia El Verger, Els Poblets, La Vall d’Alcalà, La Vall d’Ebo, La Vall de Gallinera, La Vall de Laguar, Ondara, Orba, Pedreguer, Sagra, Sanet i Negrals, Tormos y Xàbia.
Casi la práctica totalidad de los municipios de la Marina Alta está infectada. Los únicos pueblos que se libran, de momento, son Benigembla, L’Atzúbia, Pego y El Ràfol d’Almúnia. Esta alarmante situación es similar en la Marina Baixa y el Comtat.
Mientras, la Generalitat sigue apostando por la misma política para luchar contra esta bacteria que tanta controversia ha generado entre los agricultores y que ha sido discutida por otras administraciones como la Diputación de Alicante. La Administración continua instando a los propietarios de los terrenos a arrancar y destruir in situ y en un plazo máximo de quince días todo el material declarado infectado, así como el que tenga de “síntomas sospechosos”.
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