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“Nuestro modelo es Finlandia y el aprendizaje integral de lenguas”

El conseller de Educación, Vicent Marzà

Miguel Giménez / Adolf Beltran

Valencia —

El conseller de Educación, Vicent Marzà, recibe a eldiariocv.es en su despacho tras un inicio de curso marcado por el aumento de la plantilla de docentes y la reducción de ratio de alumnos por aula e inmerso en el debate que ha generado la propuesta de borrador del nuevo decreto de plurilingüismo que presentó hace apenas unos días.

Antes que nada, ¿cómo explicaría el decreto de plurilingüismo?

Es la apuesta del Consell para que nuestros alumnos dominen de forma efectiva valenciano, inglés y castellano, y lo hacemos con una mirada a través de la cual intentamos cohesionar el territorio, que ha estado dividido durante muchos años por batallas lingüísticas que pensamos que se deben superar. También queremos cohesionar las aulas, porque la segregación que había entre líneas en castellano y valenciano segregaba también socialmente. Eso ha de acabar.

¿Por qué el anterior modelo no era válido?

El anterior modelo, elaborado por el Partido Popular, es de niveles bajos y no certifica ni acredita el aprendizaje de lenguas. Por mucho esfuerzo que realicen los profesores, los alumnos acaban sin saber inglés y gramaticalmente a duras penas pueden construir una frase correcta, pero no se pueden comunicar. Además, parte de una premisa falsa, la igualdad entre las dos lenguas oficiales. Eso no refleja la realidad de nuestro país, que es que una de ellas, el valenciano, está 'minorizada' y no tiene la misma presencia pública que el castellano, por lo que necesita de una mayor presencia en el sistema educativo. Y eso debe ir acompañado de un mejor aprendizaje del inglés.

¿Y lo que ustedes proponen?

Frente a eso, nosotros queremos avanzar y queremos que nuestra lengua se utilice. Así que hemos hecho un programa dinámico y progresivo, que lo que permite es superar diversos niveles partiendo de la realidad, de lo que está pasando en los centros. Es un programa ambicioso, porque marca hasta dónde queremos llegar y pretende que todo el mundo pueda tener los niveles de competencia óptimos.

Para eso es necesario un esfuerzo importante en la formación del profesorado...

De hecho, hemos optado por la progresividad para que sea posible. Queremos que la gente esté formada. No aplicamos el programa de hoy para mañana porque actualmente no tenemos una plantilla suficientemente capacitada y no podemos formar a todo el profesorado para cambiar todos los programas de forma inmediata. Eso no es realista. Hemos creado un centro de formación plurilingüe del profesorado, que estará en Alzira, y un centro de asesoramiento para toda la comunidad educativa.

De momento, la propuesta ha recibido críticas de unos sectores y otros, que le acusan de intentar una inmersión encubierta o de ser poco ambicioso.

Insisto, creo que el decreto es realista -nos adaptamos a lo que sucede en un centro de Morella y en otro de Orihuela- y ambicioso, porque aspiramos a lo que creemos que es lo mejor e incentivamos el progreso. Nosotros apostamos por una metodología, la de Finlandia, que es el aprendizaje integral del lenguas. Se pueden aprender diversas lenguas a la vez y trasvasar el aprendizaje de una a otra, es la mejor fórmula. 

En cuanto al PP, no está en contra de la inmersión, está en contra del valenciano, e intenta rivalizar metodologías de aprendizaje porque no se atreve a decir que está en contra del valenciano, e incluso parece que esté en contra del inglés. Nosotros apostamos por un buen aprendizaje del valenciano, del inglés y también del castellano, que ahora mismo está garantizado. No encontraremos a ningún alumno que acabe la ESO y no tenga un buen nivel de castellano, sin embargo hay miles de jóvenes que acaban sin saber valenciano e inglés. Por tanto, las lenguas que tienen menos uso social deben tener más presencia en el aula para que se puedan aprender, y eso no es un posicionamiento ideológico, es un posicionamiento académico.

¿Y por qué no acaba la conselleria con las exenciones del valenciano?

Ahí hay varias razones. La primera es que con un decreto no puedes modificar una ley, como es la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, donde está regulada la exención. La segunda es que hay que tener en cuenta que no llegan a 900 personas las que piden la exención en Infantil y Primaria de un total de más de 400.000 estudiantes en todo el País Valenciano, porque la incidencia es mínima incluso dentro de unos determinados territorios en los que se suele pedir. ¿Qué implica eso? Que las familias no están en contra del valenciano. Y a partir de ahí, lo que tenemos que hacer es acompañarlos, incentivarlos, y hacerles ver que el valenciano ofrece más oportunidades. En cambio, vemos que en Bachillerato hay más gente que cambia de línea. Y eso es porque el sistema no funciona. Por eso lo cambiamos, para que esa gente pueda dominar el valenciano en Secundaria.

Respecto a la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, ¿está superada, es necesario reformarla?

Creo que no estamos en el momento de reformar una ley que ha conseguido la suficiente mayoría y consenso. Lo que sí que creo es que se tiene que desarrollar, y de hecho lo estamos haciendo. Durante muchos años ha estado vigente pero guardada en un cajón, ni se ha aplicado ni se ha desarrollado. Estamos trabajando también en su faceta social para que el uso del valenciano vaya mucho más allá de las aulas y que en la calle se utilice de una forma mucho más normalizada. Tenemos que superar unas tensiones que no están en la calle tanto como en los discursos de determinados partidos o instituciones.

Cambiando de tema, ¿cómo valora los conflictos con la escuela concertada o la universidad privada?

Nosotros nos presentamos con un programa muy claro que quedó reflejado en el 'Acord del Botànic', que es dignificar y garantizar la calidad de la escuela pública, recuperando recursos para llegar al conjunto de la sociedad. Siempre hemos dicho que allá donde no llegue lo público es donde tiene sentido un concierto. Si no, no tiene sentido. En ese marco nació el sistema de conciertos. Lo que no puede ser es que pase lo contrario. No creemos que sea de recibo que pase como hasta ahora, que muchas veces se socializaban las pérdidas y se privatizaban los beneficios. Hay que socializar la educación.

Y en cuanto a las becas, no tiene ningún sentido que habiendo estudiantes de la pública que han sido expulsados del sistema por razones económicas se esté becando a alumnos de la universidad privada, cuando además no se trata de enseñanza obligatoria. Queremos que nadie se quede sin estudiar por razones económicas y que nuestros estudiantes puedan acceder a la universidad pública, que es donde menos tasas se pagan -aunque asumimos que son demasiado caras-. Tiene toda la lógica del mundo.

Respecto a la escuela pública. Los barracones siguen siendo una asignatura pendiente.

Nuestro objetivo es acabar con los centros que están íntegramente en barracones (había unos treinta al principio de legislatura), y pretendemos que cuando acabe la legislatura estén los nuevos colegios e institutos construidos o en proceso para hacerlo. De un año para otro no podemos acabar con veinte años de mala gestión, y ya dirán los tribunales si ha sido sólo mala gestión o ha habido algo más, como hemos visto en la empresa Ciegsa. ¿Lo que yo me pregunto es a qué se han dedicado durante todo este tiempo?

Más del 50% de los centros necesitan reformas y evidentemente en cuatro años no podemos llegar a todos ellos. Priorizamos e hicimos un calendario que es público en el que se marca qué obras se van a desarrollar y cuándo. En algunas intervenciones estamos cumpliendo plazos y en otras es cierto que vamos con retraso. Hay barracones y seguirá habiendo, pero como instalaciones temporales mientras se construye un centro o se solucionan problemas. Lo que no puede ser es que se conviertan en instalaciones permanentes. Desde luego, este año por primera vez en mucho tiempo hay menos módulos que en años anteriores.

¿Y por qué cuesta tanto acabar con los barracones?

El Partido Popular creó9 en Ciegsa una especie de conselleria paralela y acabó con el departamento de infraestructuras. Además, no tenemos recursos porque no tenemos una financiación justa. Simplemente con que estuviéramos en la media de las comunidades autónomas, tendríamos suficientes recursos para hacer todas las obras en un año. Estamos hablando de más de 500 millones de euros que tendría cada año más la Conselleria de Educación. Cuando hablamos de financiación hablamos de escuelas, de profesores...

¿Qué piensa un conseller cuando se encuentra con esta situación y se entera de que se han saqueado más de mil millones de euros en Ciegsa?saqueado más de mil millones de euros en Ciegsa

Que hemos tenido unos gobernantes a los que no les importaba la educación ni que determinada gente viviera muy bien a costa de los ciudadanos. Pienso que todo lo que ha pasado en esos años debe conocerse para que no vuelva a repetirse. Ha habido muchas cosas que se han querido guardar en el cajón del olvido. Vamos a llevar a quien corresponda a los juzgados para que pague por lo que ha hecho y devuelva lo que ha robado. El PP no debería estar dando lecciones, sino pedir perdón por lo que ha hecho. Desde luego, no les gusta que miremos atrás.

Por último, uno de los programas emblemáticos de la conselleria, #XarxaLlibres...

Para nosotros es una apuesta clara por la reconstrucción del sistema educativo público, por garantizar la máxima calidad y la igualdad efectiva de oportunidades. Para que eso fuera posible, lo que no podía ser es que las familias tuvieran que pagar un peaje para entrar al sistema educativo público al tener que comprar un material que ni siquiera es obligatorio. Por eso se puso en marcha el banco de libros, para que todo el mundo aprenda a compartir y a respetar las cosas. Es un programa pedagógico y colaborativo. La valoración es muy positiva. Sabíamos que se tenía que hacer el primer año para que se consolidara y sabíamos que iba a ser difícil, pero la diferencia es abismal si miramos tan sólo dos cursos atrás, cuando había familias que no podían comprar los libros.

Y no sólo hemos hecho #XarxaLlibres, un programa al que se han acogido 360.000 familias y al que hemos destinado cien millones de euros entre la Generalitat, las tres diputaciones y los ayuntamientos. Se han impulsado las becas de comedor, que es uno de los temas que más me satisface. Hay 10.000 familias más que tienen ayuda de comedor y 54.000 familias que tienen todo el menú cubierto, cosa que no sucedía hasta ahora. Para estas cosas hemos venido aquí.

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