Ximo Puig: “Aquí nadie está pidiendo el derecho a la autodeterminación ni quiere asociarse a esa quimera”
El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha asegurado que el debate territorial de Cataluña “no puede en absoluto contaminar la Comunitat Valenciana” y ha pedido respeto a su homólogo catalán, Quim Torra, ya que “aquí nadie está pidiendo ni el derecho a la autodeterminación ni, desde luego, nadie está queriendo asociarse a esta quimera que no tiene ningún sentido para nosotros”.
“La Comunitat ya decidió en su momento su Estatuto y su vía, y su vía es de profundo autonomismo y, al mismo tiempo, vinculación sin ningún tipo de duda en el espacio constitucional con España”, ha indicado en una entrevista concedida a Europa Press en la que ha explicado que no está por la confrontación con la Generalitat catalana porque aboga por puentes de diálogo para avanzar en una solución al problema, pero ha exigido “respeto” porque la autodeterminación “no está en la agenda política valenciana”.
El jefe del Consell, que ya salió al paso del posicionamiento de Torra defendiendo el derecho de autodeterminación valenciano, ha explicado que la carta que anunció remitiría a Torra para pedirle respeto se enviará próximamente y ha agregado que no ha hablado con él estos días, aunque cree que “le ha llegado claramente el mensaje”.
Puig ha incidido en que él respeta todas las ideas y le pide al mismo tiempo que respete a la Comunitat y no la meta en ese debate porque, además, se está dando así más representatividad de la que tienen a los firmantes de la Declaració de la Llotja de Mar -República Valenciana y ERPV- porque las fuerzas parlamentarias en Corts no están pidiendo la autodeterminación.
“Aquí tomamos una decisión que es Estatuto y Constitución, además desde el Gobierno valenciano apostamos por un Estado que sea federal, es nuestra vía. Puede haber personas en la Comunitat que, con total legitimidad, defiendan la autodeterminación, pero en estos momentos no representan ni mucho menos, ni de lejos, un sentir ni mayoritario ni relevante”, ha agregado.
También ha respondido a Joan Tardà (ERC), que enmarcó la reacción de Puig en la campaña electoral porque, según dijo, este entiende su postura, “otra cosa es que lo exprese públicamente”. “Lo que digo en público es lo que pienso”, ha afirmado, y ha precisado que si a lo que se refiere es a que es sensible con la realidad plural de España y las señas de identidad “es cierto” pero no entiende “ni en público ni en privado lo que está haciendo Torra”.
“Intento entender la situación de Cataluña, pero aquellos a los que nos duele lo que está pasando allí lo que no entendemos es la cerrazón al diálogo efectivo entre catalanes”, ha agregado el 'president', a quien le gustaría, asimismo, que “Tardà y otros dirigentes de ERC actuaran como a veces dicen en privado para facilitar el diálogo y para alejar cualquier atisbo de violencia”.
“Beneficio” de la violencia
Puig ha incidido respecto a la violencia en las calles que escuchar a “dirigentes de la sociedad catalana -en referencia a la ANC- hablar del beneficio que representa la violencia a efectos de traslación de un problema político” es “lo más alejado de la política y la democracia” que ha oído en su vida.
“¿Cómo la violencia puede servir de argumento de propaganda? Eso es muy grave, es que es eso lo que se asocia finalmente a todo lo que son los movimientos de carácter terrorista y eso es lo que no tiene ninguna lógica”, ha señalado.
Así, aunque está seguro de que “no hay voluntad de ayudar a un movimiento violento”, ha advertido de que “no se le puede dar la más mínima cobertura a la violencia, cero cobertura a la violencia” y también ha instado a apoyar a “quienes dan la cara por mantener la libertad y seguridad de las personas”.
Puig ha remarcado que la prioridad de cualquier gobernante, tanto él como Torra incluidos, debe ser propiciar la convivencia y mantener la ley como base de la democracia, y “no se puede convertir en un agitador”. “Si quiere ser agitador el camino es bien fácil: dejar que alguien que quiera asumir esa responsabilidad -de gobernar- la asuma y él irse a la agitación”, ha añadido.
Así, le gustaría que Torra “gobernara para todos los catalanes, piensen como piensen, y garantizara la libertad de todos los catalanes, los que se manifiestan y los que no, los que quieren ir a la universidad y los que no” porque “no se puede estar simplemente con una parte de la sociedad y defendiendo un interés partidista cuando se está gobernando”.
“Garantizar la libertad”
Preguntado precisamente sobre la situación que se ha generado en las universidades catalanas impidiéndose el acceso a los estudiantes a clase, Ximo Puig considera que cuando uno es rector “tiene que asumir su propia responsabilidad de garantizar la libertad”, que es fundamental en el ámbito universitario, vinculado a los valores de la Ilustración y la racionalidad.
“Tiene que garantizar esa convivencia”, ha reiterado, porque el espacio lógico de la universidad es situarse “en una atmósfera diferente a la que le corresponde legítimamente a los parlamentos y los partidos políticos”. Además, ha incidido que las sentencias se pueden discutir pero hay que acatarlas porque, de lo contrario, “también las normas de la universidad podrían ponerse en duda”.
Ante la pregunta de si cree que hay una solución al conflicto, Puig ha indicado que en estos momentos “es difícil verla, pero tiene que haberla” y no se puede cristalizar una posición nihilista. “Sí que hay solución, pero se necesita coraje por parte de todos los actores para pensar, por encima del interés partidista personal, en Cataluña y en España. Si pensamos en el conjunto de la sociedad y alejándonos de dogmatismos se deberá y se podrá encontrar alguna solución”, ha agregado.
A su juicio, las posiciones inamovibles “solo pueden hacer posible que no haya acuerdo” y el espacio de ese acuerdo, en todo caso, “tiene que ser la ley porque es producto de la voluntad de los ciudadanos. Se pueden cambiar, ha admitido, pero siempre ”siguiendo las vías que marca la ley“.
“Sin ningún tipo de protagonismo”
Por otra parte, preguntado sobre si se plantea actuar como intermediario entre los gobiernos central y catalán, ha insistido en que el diálogo fundamental se tiene que dar primero “entre catalanes” y hay que “desfronterizar, no se puede ser independentista o anti independentista, eso son fracturas que acaban siendo muy dolorosas”, al tiempo que también hay que superar “la zanja que se está produciendo con el resto de España”.
“Nosotros -ha aseverado- vamos a trabajar y a participar desde una posición de respeto y positiva, no de confrontación, pero sin ningún tipo de protagonismo”.